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Música

El final del Jazz Plaza y un Fondo suizo de la alegría

'Por los avisos a la prensa, parecía que el Festival Jazz Plaza iba a quedar flojo. Sin embargo, en Cuba hay tanto talento musical...'

La Habana
Yilian Cañizares.
Yilian Cañizares. Kino Music

Por los avisos a la prensa, parecía que el Festival Jazz Plaza iba a quedar flojo. Sin embargo, en Cuba hay tanto talento musical que, con empeño, es posible organizar un evento internacional satisfactorio aunque solo fuera con los artistas del patio.

A esta edición del Jazz Plaza se le ha puesto empeño. Como resultado, hemos tenido por siete días presentaciones significativas.

Hubo días en que fue difícil elegir sin pérdida. De los artistas internacionales, el laureado Ted Nash llevó el protagonismo con su proyecto Jazz por Arte. También estuvo, indiscutible, el percusionista Giovanni Hidalgo.

El evento se caracterizó, además, por el regreso a La Habana de varios talentos jóvenes que llevaban décadas sin presentarse en Cuba, o que vuelven con nuevos proyectos a la Isla. Artistas que ya van consiguiendo un nombre en las plazas del mundo. Tal es el caso del percusionista Pedrito Martínez (la timba florece fuera de Cuba, mientras aquí se marchita), la violinista Yilian Cañizares o los pianistas Axel Tosca y Dayramir González, reincidente.

A pesar del transporte, los precios, las ausencias, el balance del show ha sido provechoso. Un alivio que se agradece en medio de la calamidad.  Otra cosa es el exagerado optimismo.  

Fondo suizo para el arte joven de Cuba

De la mano de la lejana Suiza nos llega el encargo de esperanza. De paso por La Habana, los representantes del cuerpo diplomático de ese país quisieran que olvidáramos la tristeza, que animáramos la fiesta. Con ese fin han reunido dinero en colaboración con diferentes proyectos europeos que estimularán cierta música joven y ciertas artes visuales.

El Fondo de Arte Joven le llaman a la iniciativa lanzada este domingo en el concierto de Yilian Cañizares. Un embajador a quien le parece poco la cercanía con el Ministerio de Cultura y pide más Alpidio Alonso, leyó palabras de oficial simpatía. Reacio a que el éxito termine, también se presentó Lorenzo Suárez, el coordinador del Fondo, que se ha hecho popular en la lisonja de artistas cubanos y que frecuenta a la familia López Gavilan y ya se viste como uno de ellos él mismo.

Con chaqueta de saxofonista y aire seguro, explicó las razones de su patrocinio: lleva más de tres años en la Habana, nos dijo, ha sido testigo de un momento muy  difícil para el pueblo de Cuba. Como en tales trances es común dejarse llevar por la negatividad y fijarse en las pérdidas, él quiere reparar en lo que queda, que es el talento de los artistas jóvenes.

De esa "etapa difícil" que él refiere también quedan todavía más de 700 cubanos presos. Al menos tres son raperos y hay un artista visual reconocido. El Fondo bien podría recordarlos. Pero la positividad no favorece a esos presos, suponemos. Ellos representan lo negativo, la pérdida. Mejor mirar los nuevos que emergen antes de que se conviertan en pérdida ellos mismos, en nuestro ciclo sin fin de ir perdiendo cubanos.  

Esta iniciativa suiza será obediente. Ni siquiera va a parecerse al mecenazgo noruego, que suele tomar riesgos de vez en cuando en favor de la libertad de expresión. Los representantes de Berna no verán las partes feas del dibujo, que lo explican, pero tratarán de ocultarlas.

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