El cantante y compositor cubano Pancho Céspedes, quien está de paso por España, afirma en entrevista con DIARIO DE CUBA, que las protestas en la Isla son un "grito desesperado de gente que no tiene cubierta las necesidades más básicas. No hay comida, medicinas ni libertad de expresión. Tienen hambre, pero no pueden decirlo en voz alta".
"Tengo sentimientos encontrados con todo esto. No puedo dormir por las noches. Estoy preocupado, porque además han quitado la comunicación", dice el cantante, quien reconoce que lo que más tristeza le ha dado ha sido ver imágenes de un grupo de niños de 15 o 16 años usados para enfrentarse a los manifestantes. Eso es una aberración. Es mejor que los dirigentes cojan su dinero o lo que tanga y se vayan. Han agredido al pueblo y eso es imperdonable. Esto puede llevar a una guerra civil".
Preguntado sobre una posible solución, Céspedes reconoce que es muy difícil dar un consejo sin estar en Cuba. "Yo estoy aquí, a mí no me dejan entrar allá. No le voy a decir a nadie que se inmole, lo que se podría hacer es salir a la calle y no reprimir, como pide el Gobierno".
"Estamos haciendo lo que podemos del lado de acá con el corazón. Ahora sí están en las últimas", afirma Céspedes.
El artista habla también con DIARIO DE CUBA sobre sus proyectos musicales. "Estoy trabajando, la palabra no me gusta, pero estoy enfocado en un disco de cinco canciones de Alejandro Sanz a piano y voz. Además, voy a hacer unas canciones de coplas de Miguel de Molina, un gran cantaor de los años 30 que tuvo una vida difícil por ser gay, las personas tienen historias de sacrificio. También estoy haciendo un disco con Pablo Milanés en donde él cantará mis canciones y yo las suyas. Nos queremos mucho", dice Céspedes.
El autor de "Vida loca" dice haber pasado la página de aventuras rocambolescas y estar más tranquilo. "Dejé de tomar alcohol durante la pandemia para sentirme más fuerte. Si no canto, me siento mal. Mi mecanismo para dominar la depresión es enfadarme con ella. La depresión te anula no puedo hacer nada, ni una canción".
Fueron dos seguidores los que le dieron un golpe de realidad a Céspedes en una época de inestabilidad. "Un día estaba en el escenario borracho y dije dos o tres obscenidades que para mí estaban simpatiquísimas. Se me acercan dos personas al final del espectáculo y me dijeron 'mira que nosotros queremos tus canciones, pero no vamos a venir más porque tú has estado muy obsceno esta noche'. Supe que nunca más podía hacer eso en los escenarios", recuerda el cantante.
Céspedes dice que le debe la libertad de su mente a los consejos de sus padres. "Me decían que el idioma tiene muchos adjetivos posesivos. 'Yo soy tu padre, tú eres mi hijo, pero tú no eres mío ni yo tuya. Yo estoy acá para protegerte y educarte, pero tú tienes que ser independiente'".
Tal vez por eso el cantante no ha perdido tiempo ni oportunidades, si acaso se le ha escapado una, dedicarse a los juegos de azar. "Si no fuera músico, me hubiera gustado dedicarme al juego, aunque sé que te quita dinero a la larga. También me veo como profesor de valores, de ética, que tanta falta hace en la actualidad. Hay que aplicar la filosofía a la vida, de otra forma no tienes control sobre tu espíritu, eres muy vulnerable y alguien puede dominarte durante 62 años", dice Céspedes refiriéndose a la situación en Cuba.
Actualmente el músico se intenta abrir paso en España, país en el que ya triunfó, pero le cerró las puertas porque en aquel entonces "tomaba" y a veces se le olvidaban compromisos o llegaba tarde.
Ahora Céspedes dejó la "Vida loca" atrás y está listo para recibir el futuro.