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Música

'Me dio el arte: no sé que habría pasado conmigo si no me hubiese mudado para Alamar'

Albany López forma parte de Sector 25, un grupo en crecimiento que reúne a jóvenes interesados en crear en Cuba pese a las carencias.

La Habana
Albany López, cantante de Sector 25.
Albany López, cantante de Sector 25.

Alamar le "dio el arte", le hizo descubrir el rap, y Albany López puso la intención. Hoy es integrante del grupo Sector 25, donde canta y produce. "No sé qué me hubiese pasado si en el año 98 no me hubiese mudado de Nuevo Vedado, donde nací, para Alamar", dice a DIARIO DE CUBA.

López, de 34 años, es parte de los jóvenes que se las arreglan para hacer arte en Cuba en medio de las carencias. Además de hacer música, pinta. Antes de que la pandemia lo cerrara todo, se presentaba con Sector 25 en lugares de La Habana como los jardines del Mella y el teatro Riviera. Hoy el grupo se dedica a grabar y a prepararse para una nueva etapa.

¿Cómo empiezas en la música?

Descubrí el rap en el año 99, cuando vine a vivir para Alamar, y en el año 2002, estando en noveno grado, me interesé por hacerlo. Decidí que quería hacer música, que quería hacer rap, y vine a cantar por primera vez estando en 12 grado, en las actividades de la FEEM (Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media) en el preuniversitario, becado en el campo.

Mi pasión por la música comenzó realmente después de ver la película Locura azul, sobre Los Zafiros. Estaba en cuarto grado y hasta armé un grupito imitando a Los Zafiros con tres amigos de la primaria. O sea, siempre tuve la música en las venas.

Además de hacer música, sé que pintas e incluso hacías grafiti…

Dibujo desde chiquito. Paralelamente a la música, desarrollé el dibujo y las artes plásticas. En ese tiempo todavía estaba aprendiendo a rapear, a meterme en la música, a producir, pero como dibujaba, cuando me iba para los simposios de rap y otros eventos me unía a los artistas del grafiti que estaban allí y pintaba también.

De allá para acá siempre he hecho cosas. He pintado murales, hago cuadros, esculturas, todo lo que sea crear. El grafiti me encanta, lo que no hay pinturas. Si hubiera, estuviera haciendo grafitis a toda hora al igual que música.

Mis pensamientos de amor, paz, espiritualidad, progreso, los llevo a la gente en música y en grafitis también.

¿Qué te inspira a crear?  

Todo lo que pase a mi alrededor, todo lo que veo en las calles, todo lo que me pasa a mí, la música que escucho, los movimientos que da el mundo, el amor principalmente. El amor para mi es la principal inspiración. Yo soy un ser de amor y le doy amor a todos.

Háblame de Sector 25 y la línea de trabajo que siguen como grupo

Sector 25 es un grupo que tenían dos hermanos míos, Sue Oxt1 y Jamal NBA. Nos conocemos hace un bulto de años. Por en 2012 las energías fluyeron para que llegaran hasta mi casa, al pequeño estudio de grabación que tengo aquí. Me gustó lo que hacían y comenzamos a grabar. Entonces les dije que les iba a hacer la música porque estaban letales. La talla de ellos era otra historia.

Les produje el primer disco. Ya en el segundo comenzamos a andar juntos, como familia, pues vivíamos cerca. Empezamos a hacer canciones, las grabamos y en un mes hicimos un disco. Decidimos ir a más, y desde ese momento fui parte de Sector 25 también.

Somos tres y somos una familia en crecimiento. Sector 25 es una familia abierta a todo el que llegue. Somos más que música, también tenemos artistas plásticos, diseñadores, instrumentistas con los cuales hacemos cosas más allá del rap. Estamos añadiendo más cosas del alma. En materia de música, hacemos trap, rap, reggae, fusionamos. Somos tres locos que compartimos nuestra locura con los demás.

¿Cómo es un día normal tuyo?  

Antes yo me despertaba más tarde, pero ahora, con esta historia de la pandemia, me estoy despertando más temprano, a eso de las 8:00 u 8:30 de la mañana. Me preparo mi café, o mi madre, tan linda, lo tiene preparado; dejo que la naturaleza me dé su bendición y me pongo a mezclar algún tema, porque a esa hora de la mañana el oído está fresco y me cuadra para darle detalles a las cosas.

Cuando termino, salgo para la calle a buscar jama, porque en estos tiempos no sabes qué pueda aparecer. Así que todos los días me doy mi recorrido por las calles de Alamar, buscando lo que aparezca.

Cuando viro, me vuelvo a sentar en la máquina, me pongo a ver alguna serie o poner a producir algo, o a editar videos en el Premier, que es un programa tocao, o voy para casa del Jamal, o de Los Cabezas, y todo el tiempo tiene que ver con crear y con transmitir la luz a toda hora.

Regreso, meriendo algo. Vuelvo a iluminarme, me pongo a mezclar otra cosa o a ver una peli o a dormir. Por las madrugadas siempre trabajo. A esa hora mi cabeza está diciendo "eh, ¿tú no tenías que hacer algo?, pues para allá". Me pongo a ver que tenía pendiente, busco algún proyecto o escucho música, y si alguna me gusta mucho puede ser inspiración para crear otra cosa, y ahí reconecto la musa.

¿Qué representa Alamar para ti?

Alamar a mí me dio el arte. Cuando me mudé para aquí ya me gustaba la música, el arte, dibujar. Llegar aquí fue tener tiempo para mataperrear, porque mis padres trabajaban en el Vedado todavía, llegaban tarde a la casa, los "camellos" en ese tiempo estaban malísimos. Estar en la calle me permitió conocer cómo funciona la vida de verdad.

Alamar me enseñó eso, que somos parte de la tierra y tenemos que estar pisando la tierra.

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