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Cultura

Los Premios Nacionales en Cuba, ¿truco o trato?

¿Por qué los Premios Nacionales que reciben los artistas en Cuba no tienen entre sus candidatos a Alexis Valdés, José Kozer, Rafael Rojas, entre otros cubanos exiliados?

Madrid
Leonardo Padura al recibir el Premio Nacional de Literatura 2013.
Leonardo Padura al recibir el Premio Nacional de Literatura 2013. EFE

No hay en Cuba área de la sociedad que tenga tan abundante cantidad de reconocimientos nacionales como la creación artístico-literaria. Los Premios Nacionales, que se otorgan por resolución del Ministerio de Cultura (MINCULT), y que están dotados con una cantidad de 10.000 pesos, reconocen a más de una veintena de manifestaciones artísticas.

¿Pero por qué solo de manera muy excepcional tales lauros incluyen a creadores destacados que residen fuera de la Isla?

Citemos una excepción: en la nota dedicada al escultor cubano Agustín Cárdenas Alfonso, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1995, la enciclopedia virtual oficial del Gobierno, Ecured, asegura que este artista "nunca aceptó hablar, ni firmar ningún documento en contra de Cuba y su Gobierno, aunque en ocasiones fue presionado para que lo hiciera".

Ese apunte, incluido dentro de un artículo de carácter biográfico, parece querer explicar por qué Cárdenas Alfonso recibió ese reconocimiento a pesar de que la mayor parte de su carrera transcurrió en Francia, donde vivió entre 1955 y 1993, y la celebración de sus aportes se produjo sobre todo en salones y bienales de Europa.

Cárdenas Alfonso había regresado a Cuba para vivir sus últimos años en el país donde nació, si bien la mayoría de sus piezas están en colecciones de Francia, Japón, Argelia, Canadá, Israel y Venezuela. No obstante, el estatal Consejo Nacional de las Artes Plásticas le otorgó su máximo galardón anual.

La práctica de legitimación selectiva que ejerce el MINCULT a la hora de otorgar sus galardones contrasta con los principios que esa misma institución ofrece como ejes de la "política cultural cubana". Entre tales fundamentos están "la reafirmación y el desarrollo de la identidad nacional"; "la conservación, protección y difusión del patrimonio cultural"; "el reconocimiento a la diversidad cultural"; "el fomento y estímulo a la creación artística y literaria", entre otros. El discurso oficial del régimen afirma que la cultura cubana es una sola. Sin embargo, que los artistas emigrados no sean tenidos en cuenta para los Premios Nacionales pone en crisis semejante afirmación.

La cuestión ha sido objeto de polémica. El escritor oficialista Guillermo Rodríguez Rivera polemizó acerca de ello en 2014, en el blog de Silvio Rodríguez, Segunda cita. En un texto dedicado a reflexionar sobre el Premio Nacional de Literatura, Rodríguez Rivera narró que durante una reunión de la sección de Crítica y Ensayo de la Asociación de Escritores de la oficial Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el ensayista Carlos Velazco propuso otorgar el lauro a escritores cubanos que viven fuera de la Isla.

Según el razonamiento de Velazco, la exclusión de esos autores entre los candidatos al Premio hace que este sea un galardón de carácter político. Rodríguez Rivera cuestionó ese razonamiento invocando varios motivos.

Uno de ellos era que la mayoría de los grandes escritores cubanos del exilio están muertos; otra, que su obra es tan poco conocida por los cubanos de la Isla que sus libros debían ser publicados antes de otorgarles cualquier reconocimiento; y finalmente, dado que "el Premio Nacional de Literatura se ha convertido casi en un mecanismo de bienestar social que compensa al viejo escritor cubano, por las carencias que la sociedad no ha podido solventarle a lo largo de su vida", el reconocimiento debía reservarse para "talentosos escritores ya viejos, que han enfrentado en su país los 50 años de bloqueo".

La postura de Rodríguez Rivera recurre al ardid economicista para evitar mencionar el costado político y cultural del asunto: otorgar el Premio Nacional a un creador emigrado supondría dar a conocer oficialmente su obra en Cuba; es decir, permitirle existir en un espacio público natural para su creación del que ha sido excluido.

Ello significaría, por otro lado, que el premiado sea exaltado, sus opiniones difundidas a través de los medios oficiales bajo férreo control, que participe como jurado en concursos, como el del propio Premio Nacional, etc.

Hasta ahora los artistas y escritores cubanos del exilio reciben en la Isla el mismo trato que el resto de los emigrados. Si no están en la lista negra del régimen pueden llegar a ser publicados en la Isla tal como los emigrados que no están en lista negra pueden viajar a su país. Pero no van a ser lauredados por el MINCULT del mismo modo que los emigrados cubanos no tienen derechos políticos y económicos en su país, donde no pueden votar o invertir. 

La libertad del exilio, que permite a tales creadores firmar alguna declaración o suscribir un movimiento mal visto por el régimen, ha de suponer el mayor impedimento para evitar legitimar a aquellos a quienes el oficialismo cubano no  considera "confiables". Y, dado que son escasos los Premios Nacionales residentes en la Isla que, como Lázaro SaavedraPablo Milanés, son capaces de cuestionar a las autoridades, no resulta extraño que fueran escasas las figuras consagradas que apoyaron al 27N en su plantón ante el MINCULT.

La pregunta que se deriva de lo anterior es: ¿podríamos ver a Alexis Valdés recibir el Premio Nacional de Humor? ¿A José Kozer recibir el de Literatura? ¿A Rafael Rojas el de Historia? ¿A Paquito D'Rivera el de Música? Evidentemente, los Premios Nacionales en Cuba no son para ellos y otros como ellos. Y la razón no es precisamente artística.

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2 comentarios

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Profile picture for user Ana J. Faya

Una manera de mantener a los que se fueron, callados, bien callados. En el caso de artistas e intelectuales, si a veces me molesta la servidumbre de los que viven en Cuba, me molesta más la de los que se han ido y no utilizan la libertad que se les ofrece por vivir fuera del régimen.

Profile picture for user Matias Pérez

Falta un nombre aqui, indispensable y de lejos el mejor escritor cubano de los ultimos tiempos: Abilio Estévez.