Los efectos de la pandemia del Covid-19, la agudización de la crisis económica y el recrudecimiento de la represión en Cuba han propiciado este año el despertar ciudadano de varias figuras populares. Las redes sociales se han vuelto el altavoz de artistas y personajes públicos para exponer realidades incómodas para el régimen, abriéndose así otro frente entre las voces que disienten.
"Como figura pública tengo una responsabilidad, y es ser honesto, decir la verdad. Después que venga lo que venga. Me pueden quitar todo, menos quien soy", dijo el reconocido locutor Yunior Morales, que pese a trabajar en medios oficiales no ha dejado de cuestionar en 2020 las desigualdades económicas y las carencias que sufren los cubanos de la Isla.
La consecuencia directa de realizar estas críticas es perder poco a poco el trabajo, como denunció el propio Morales, o como le podría estar pasando al humorista Ulises Toirac, quien confesó llevar un año "viviendo del sueldo" de su esposa. A pesar de que el Gobierno aseguró que ningún trabajador quedaría desamparado durante la pandemia, Toirac dijo en noviembre no tener trabajo ni salario.
El humorista ha sido una de las figuras que con más frecuencia ha abordado temas candentes, como la apertura de las tiendas en divisas, la escasez de medicamentos, el desabastecimiento o las medidas económicas implementadas por el Gobierno.
El régimen ha demostrado no tener sentido del humor ante las críticas, como ocurrió al iniciarse el año con el actor Andy Vázquez, quien fue expulsado de la televisión y del Centro Promotor del Humor, a raíz de un vídeo suyo acerca del fracaso de la inauguración del mercado de Cuatro Caminos en La Habana. A pesar del reclamo popular para que fuera readmitido, Vázquez no regresó al programa Vivir del cuento con su personaje Facundo Correcto, y el actor terminó emigrando a Miami.
El humor es una herramienta eficaz para cuestionar la realidad, así también lo ha usado el humorista Nelson Gudin, quien ha dedicado versos a la escasez, al Covid-19 y a altos funcionarios cubanos, en los que ironiza acerca de la agricultura, la economía y las inversiones en Cuba.
Del mundo de las artes escénicas y el cine, varios actores y realizadores se han sumado a las voces críticas, entre ellos el cineasta Ernesto Daranas, los actores Luis Alberto García, Carlos Massola, Bárbaro Marín y Erdwin Fernández, las actrices Yerlin Pérez López y Laura de la Uz, el dramaturgo Yunior García Aguilera y el realizador Eduardo del Llano, entre otros.
El otro blanco de las críticas ha sido el monopolio estatal de las telecomunicaciones ETECSA, por su pésimo servicio y sus elevados precios. A las denuncias de decenas de usuarios se sumaron las de figuras como la periodista deportiva Julia Osendi, la cantante Dianelys Alfonso Cartaya, conocida popularmente como "La Diosa de Cuba", el humorista Limay Blanco y el músico Carlito QVALIBRE.
De los reclamos económicos a los cívicos
Otros artistas han pasado a los reclamos cívicos, como Haydée Milanés, Mario Guerra, Carlos Varela y Leoni Torres, quienes se pronunciaron en defensa de la libertad de expresión, se solidarizaron con el Movimiento San Isidro (MSI) y condenaron la represión, como ha hecho concretamente Milanés, ante los interrogatorios y arrestos sufridos por los activistas en los últimos meses. La cantante ha transitado desde el año anterior un senda de apoyo a la creciente sociedad civil cubana.
En tanto creadores como Descemer Bueno y Gente de Zona rompieron con la tibieza en el discurso político y declararon abiertamente su oposición a la dictadura. Lo que les ha acarreado el repudio del oficialismo y el aplauso de quienes luchan por la libertad de Cuba.
El dúo de reguetón pidió libertad para Cuba durante su participación en el Free Cuba Fest de Miami, donde por primera vez intervino en un evento contra el régimen cubano. Descemer Bueno, por su parte, pasó de la indiferencia política a cantarle las cuarenta al régimen, y este respondió con descalificaciones hacia el creador de éxitos como "Bailando" y "Súbeme la radio".
"La postura que deberíamos tener todos los artistas en este momento debería ser la de apoyar al pueblo. Veo un futuro en el que habrá un debate muy grande, en una Cuba ya democrática, sobre los artistas que estuvieron con el pueblo, apoyándolo, como es mi caso o el de Gente de Zona, aunque estemos fuera. Pero hay un estigma muy grande con eso de estar fuera o dentro, porque los que estamos fuera hicimos un trabajo que no han podido hacer los que están dentro", dijo el músico en referencia a los contratos sustanciosos con grandes empresas multinacionales en EEUU.
Que artistas con millones de seguidores se manifiesten en favor de un cambio de sistema en Cuba proyecta el problema cubano a otra escala, lo amplifica. La música es una manera de hacerlo, como mostró Orishas, que este año fue el centro de la polémica con la canción "Ojalá pase". El tema, con un claro mensaje de crítica al régimen cubano, usó un fragmento del icónico tema "Ojalá" del trovador Silvio Rodríguez, quien lo calificó como un "acto de parasitismo". La prensa oficial, por su parte, arremetió contra el grupo de hip hop acusándolos de “terrorismo musical".
Luego Orishas volvió a la carga con "Ámame como soy yo", esta vez con estribillo de un tema de Pablo Milanés, que presentaron como un "canto a la libertad y al amor", y que sigue la línea de demandar derechos para los cubanos.
"He sentido el rechazo de mi familia, había una parte que no quería saber nada más de mí", reconoció Yotuel Romero, cantante de Orishas. Una problemática que también está presente en el tema, del que recientemente han anunciado harán una versión donde participará el rapero Maykel Castillo "Osorbo", uno de los acuartelados en San Isidro.
La ola de solidaridad generada por el Movimiento San Isidro (MSI) a raíz del acuartelamiento de este pasado noviembre generó una movilización sin precedentes en la última década, con el plantón de más de 400 personas frente al Ministerio de Cultura. Entre el numeroso grupo de artistas, activistas y periodistas independientes también se encontraban figuras de renombre como el Premio Nacional de Artes Plásticas Lázaro Saavedra y el cineasta Fernando Pérez.
En este empeño solidario también destacan personalidades del deporte, como el ajedrecista Lázaro Bruzón, el campeón mundial de boxeo Yordenis Ugás y el pelotero Odrisamer Despaigne, quienes condenaron la represión contra los activistas acuartelados en San Isidro.
Estas posturas tienen un efecto de contagio entre otras figuras públicas, como se pudo constatar con el apoyo al MSI, donde se fueron sumando más voces, surgiendo incluso temas musicales, como el estrenado por Roberto Carcassés. "Pero" es la respuesta del músico a las campañas de criminalización contra el MSI y el colectivo del 27N que se concentró espontáneamente ante el MINCULT.
Las instituciones culturales oficiales defendieron a los artistas "comprometidos con los más elevados valores de la cultura y la sociedad cubanas", en referencia a los valores que impone el régimen, mientras que atacaron a aquellos que no comulgan con su ideología, como los artistas plásticos Luis Manuel Otero Alcántara y Tania Bruguera, la actriz Lynn Cruz o los músicos de Orishas.
Con la llegada de Joe Biden al poder en EEUU los creadores de la Isla vuelven a fijar sus esperanzas en la reactivación del intercambio cultural entre ambos países, pero, ¿qué pasará con quienes han tomado partido del lado de los que reprimen y censuran a los artistas independientes?
El exilio se ha movilizado para apoyar al MSI, como ya lo hizo en 2019 para impedir que artistas como Haila se presentaran en EEUU. Como se prevé que lo hará este 2021, porque las acciones del MSI han logrado no solo sensibilizar a sectores menos implicados en la lucha por la democracia en Cuba sino también contagiar a los exiliados, que han salido a protestar en diversos países del mundo. Y ese impulso ya es imparable.
"Que artistas con millones de seguidores se manifiesten en favor de un cambio de sistema en Cuba proyecta el problema cubano a otra escala;.........contagio"