En medio de escasez de combustible para la generación eléctrica en Cuba, el Gobierno movilizó a 50.000 personas hacia una Tribuna Antiimperialista este miércoles en la plaza de la Revolución Mariana Grajales de Guantánamo, donde Miguel Díaz-Canel encabezó reclamos históricos del régimen unidos a una protesta por el traslado a la vecina base naval de Estados Unidos de migrantes considerados delincuentes peligrosos por Washington.
Según el portal oficial Cubadebate, Ana Laura Campello Pérez, estudiante de Periodismo y representante de la Brigada de la Frontera Orden Antonio Maceo, exigió la devolución de la base naval de ese territorio, cuya ocupación calificó "ilegal", mientras Juana Eglis Fernández Louit, secretaria general del único sindicato legal cubano en Guantánamo, dijo que la base "es un símbolo de la injerencia extranjera y un recordatorio constante de las luchas que quedan por delante".
Fernández Louit denunció el embargo y dijo que "estas políticas no han logrado doblegar al pueblo cubano, sino que han fortalecido su determinación de defender la soberanía y la paz". Eso mientras desde ese mismo pueblo esta semana cientos de personas criticaron las promesas de resistencia y creatividad del canciller del régimen, Bruno Rodríguez Parrila, en la ONU.
Según el periódico oficial Venceremos, el acto también respondió a la decisión del Gobierno estadounidense de trasladar a las instalaciones de la base naval en Guantánamo hasta 30.000 migrantes. En su convocatoria para la tribuna, la vocera sindicalista del régimen aplicó a todos los detenidos la misma calificación que les ha dado Washington: "delincuentes peligrosos".
"Se trata de una medida que la Cancillería cubana advirtió que podría generar un escenario de riesgo e inseguridad en la base y su entorno, amenazaría la paz y se prestaría para errores, accidentes y malas interpretaciones que podrían alterar la estabilidad y provocar serias consecuencias".
La concentración supuso la movilización de trabajadores de los 15 sindicatos de Guantánamo, a niños de primaria, estudiantes de la Federación Estudiantil Universitaria, de la Enseñanza Media y de la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución.
Además de movilizar a la población de la capital provincial, el Gobierno también gastó recursos para trasladar a población de los municipios de Caimanera, El Salvador y Manuel Tames, "todos vestidos con los colores de la bandera nacional" y en medio de escasez de todo tipo y prolongados apagones.
Después de la tribuna, Díaz-Canel inició un recorrido por el municipio guantanamero Niceto Pérez, donde intercambió primeramente con el colectivo de la Unidad Empresarial de Base de áridos Cantera Luis Raposo, "entidad que se renueva luego de resultados deficientes", según la página de la Presidencia, citada por Cubadebate.
También visitó el Colectivo 1 de la empresa pecuaria Iván Rodríguez, que según la prensa oficial "ha logrado el desarrollo de un programa de producción de leche, carne y entrega de pie de cría para el fomento de estas masas de ganado a seis municipios".
El gobernante apostó por el entrenamiento y adaptación a las condiciones cubanas del ganado bufalino para el trabajo agrícola, "una iniciativa que puede contribuir mucho a la preparación de la tierra, el cultivo y el acarreo de insumos y productos".
Díaz-Canel tuvo tiempo para ir a la comunidad Vilorio en Niceto y luego en Guamá recorrió la finca integral forestal El Cocal, de la empresa agroforestal Guamá, que fomenta coco, cedro, plátano, frutales, pasto y ganado menor; la finca Sevilla, unidad empresarial de base del Ministerio del Interior; y el consejo popular Uvero.
