El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, se fue a Vietnam en busca de más aire para el colchón que le ofrece su aliado, que ha declarado desear una relación "más práctica y eficaz", mientras ha calificado su apoyo a La Habana como una "responsabilidad moral".
Rodríguez Parrilla se reunió con varios altos funcionarios vietnamitas, entre ellos, el primer ministro vietnamita, Pham Minh Chinh; el secretario general del Partido Comunista, To Lam, y con el presidente, Luong Cuong.
Mientras el canciller del régimen destacó en sus redes sociales la "coincidencia" de Hanoi y La Habana en los "avances logrados en vínculos económico-comerciales, inversión y cooperación en múltiples áreas, en particular, la producción y suministro de arroz, la energía, la agricultura y la biotecnología", el primer ministro vietnamita celebró "el desarrollo positivo" de la relación, la que prometió profundizar en lo adelante y hacerla "más práctica y efectiva", según recogió la oficial Prensa Latina.
Minh Chinh abogó por un mayor intercambio a todos los niveles y una "estrecha" coordinación del cumplimiento de los acuerdos firmados durante la visita a Cuba del secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, en septiembre pasado.
Habló de prioridades en la cooperación para la producción de alimentos, así como en la energía renovable, la biotecnología y la atención sanitaria.
Según una reseña del diario oficial Granma de la reunión de Rodríguez con To Lam, el dirigente partidista dijo que "para Vietnam, la solidaridad, el apoyo y la cooperación con Cuba es una responsabilidad moral, no solo en beneficio de los dos países, sino también una contribución ejemplar al movimiento progresista en el mundo".
Rodríguez Parrilla comentó que el Gobierno cubano considera a Vietnam "un modelo exitoso en la innovación y la construcción del desarrollo socioeconómico con orientación socialista", a pesar de que la cúpula rechaza aplicarlo en la Isla.
Por su parte, el presidente Luong Cuong, citado por el periódico oficial Nhan Dan, dijo que "Vietnam se solidariza con Cuba para abordar sus dificultades" y expresó su satisfacción por la "estrecha coordinación" entre los ministerios y sectores de los dos países en la implementación de los acuerdos bilaterales.
En septiembre de 2024 autoridades de Cuba y Vietnam suscribieron un plan de acción para promover la producción de arroz y "garantizar gradualmente la seguridad alimentaria en Cuba" hasta el año 2035 durante la visita a Cuba del primer secretario de Partido Comunista de Vietnam y presidente de la nación, To Lam.
A tono con estos pactos, el Gobierno cubano entregó unas 308 hectáreas de tierras a Vietnam con la esperanza de salvar la desastrosa producción de arroz nacional, una experiencia inédita en 67 años que pretende extender. Según publicó en enero el diario oficial Granma, el plan es que en los primeros meses de este año lleguen a mil las hectáreas en manos de la empresa extranjera para su explotación.
Las primeras tierras que recibe la empresa vietnamita no identificada se encuentran en las terrazas planas de Cubanacán, una granja de la estatal Empresa Agroindustrial de Granos de Los Palacios que, a pesar de que posee los mejores sistemas de riego y la mayor cantidad de áreas montadas en sistemas ingenieros, en los últimos años ha visto sus producciones hundidas.
En 2023, la producción de arroz en Cuba fue de apenas 27.900 toneladas, según cifras oficiales de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Estos datos reflejaron un desplome del 90% en una década.
A finales de 2022, campesinos cubanos se quejaron de que producir arroz les generaba pérdidas en vez de ganancias, en contraste con la promesa del viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca de que obtendrían grandes beneficios.