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Sociedad

Muere la abuela de un reportero y la crisis de las funerarias en Cuba llega a la prensa oficial

'Quedó la sensación de que incluso morirse resulta un enredo, un trámite burocrático, un surrealismo tropical', concluye el periodista del medio oficial 'Girón'.

Matanzas
Una funeraria en La Habana.
Una funeraria en La Habana. Cibercuba

La muerte de la abuela de un reportero del periódico del Partido Comunista en Matanzas, Girón, fue la razón para que el drama que viven los cubanos desde hace años para enterrar a sus seres queridos llegara a los medios oficiales, que apenas hacen referencia al problema.

El texto de Guillermo Carmona refiere que su abuela murió después de años de deterioro y agonía, por lo que la familia decidió que no quería velarla, sino acelerar los trámites para proceder al entierro.

No obstante, la realidad que el periodista al parecer ignoraba lo golpeó con dureza: "La bóveda de mi familia por parte de madre queda en Manguito, un pueblo a unos kilómetros de Colón, y a ella la cuidaban en casa de sus hijas, en Matanzas. Me ocupé de los trámites en la funeraria para el traslado, en lo que mi madre elegía una bata de casa florida para mi abuela y acicalaba el cadáver, porque una mujer presumida en vida, no puede ser menos en la muerte".

Pero en la funeraria, que tenía un carro fúnebre parqueado afuera a la llegada del doliente, le dijeron que "ese tenía poco combustible, que esperara al próximo. Una hora después, apareció el nuevo transporte. Sin embargo, otra vez me explican que la gasolina no alcanza. Me enseñan una tarjeta y me aseguran que en verdad sí tienen, pero necesitan poder reabastecerse en algún 'servi', pero como no había fluido eléctrico en la ciudad, no se podía".

Ahí supo el periodista de Girón que, si bien los servicentros tienen grupos electrógenos para operar durante los apagones, "hay una orden de que solo se pueden encender si lo autoriza un funcionario específico del Gobierno. En ese momento llamaban al señor, pero este no respondía o el teléfono le daba apagado o fuera del área de cobertura".

Pese a la tensión resultante de la situación y al temor de la familia de que tendrían que pasar la noche velando a la fallecida, "al final, por suerte, tal vez el déficit bajó y uno de los 'servi' pudo proveer, y se realizó el traslado". 

Según el periodista, aunque se resolvió la situación y pudo realizarse el sepelio en el poblado ubicado a más de una hora de la ciudad de Matanzas, "quedó la sensación de que incluso morirse resulta un enredo, un trámite burocrático, un surrealismo tropical".

"Acompañé el ataúd en el carro funerario y le pregunté al chofer si casos como el ocurrido eran comunes. Me contestó que, por desgracia, más de lo que se quisiera", subrayó.

La crónica periodística finalizó apuntando que "lo que sucedió en la funeraria pudo ocurrir también para otros servicios, como ambulancias, o los taxis que trasladan a los pacientes que requieren diálisis". Tristemente, aunque el redactor lo desconozca, esto que dice temer ocurre con frecuencia en Cuba. 

Según un reporte desde Santiago de Cuba, en esa provincia en 2024 la crisis de los servicios necrológicos incluía el suministro de azúcar, café, flores y hasta la tinta y el resto de los recursos con que se confeccionan los cojines y las coronas. A falta de madera, los sarcófagos se sellaban —no pocas veces— con cartón forrado en tela.  

Desde principios de ese año, además, resultaba común que los ataúdes se coloquen en los pasillos y sobre sillas, debido al hacinamiento.

Asimismo, hay videos en la red social Facebook que muestran instantes en que los sarcófagos se caen en plena calle porque los carros fúnebres no tienen condiciones y los choferes violan sus responsabilidades.

Peor situación enfrentan las familias de las personas que fallecen en sus casas, pues primero deben esperar a Medicina Legal para emitir el certificado de defunción, y luego por el transporte que conduzca el cadáver. En esos trámites transcurren, por lo general, más de 24 horas, sin contar los tiempos del velatorio y el de llegar al cementerio.

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3 comentarios

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No se trata de que algunos puedan ser más o menos iguales que otros. Sr trata de cuando el comunismo, sus secuelas, y los avatares de la vida toca a uno de estos "comunicadores" del sistema es cuando se dan cuenta, que lo que defienden no es al pueblo sino al aparato Castrofascista que con su complicidad y sus mentiras sustentan.

Exactamente Sr Robinson, mi difunta madre lo decía en pocas palabras; esta es la revolución del callo, todo el mundo está con ella hasta que se lo pisan.

Pero si es un coronel o general,banda de música,etc,etc,etc .Es que somos muchos más iguales que otros,como en " Rebelión en la Granja".