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Sociedad

El calvario de enterrar a un ser querido en Cuba

Ni carros fúnebres, ni taxis, ni ataúdes resistentes, ni condiciones adecuadas en la funeraria. Al dolor de perder un familiar en Cuba se suma la odisea de enterrarlo.

Santiago de Cuba
Un carro fúnebre cargando ataúdes en la fábrica de sarcófagos
Un carro fúnebre cargando ataúdes en la fábrica de sarcófagos Diario de Cuba

El Gobierno cubano ha comenzado a cobrar algunos servicios funerarios, como parte de lo que llama "reordenamiento económico". Hasta el momento —excepto la cremación, un porciento del traslado de féretros a otras provincias y algún que otro servicio más—, lo necesario para enterrar a un ser querido en Cuba había sido gratis, estatal… y cada vez de peor calidad.

En Santiago de Cuba, los servicios fúnebres se pactan en la funeraria. El protocolo tras fallecimiento de una persona, si muere en la casa, es avisar al médico de familia del área, quien emite el acta de defunción que posteriormente debe ser acuñanada en el policlínico de la comunidad. Con ese documento, se va a la funeraria, que debe proveer el carro fúnebre, el sarcófago y la capilla sin costo alguno. Los familiares pagan las flores, los taxis del cortejo y los cafés del velatorio, ofertados también por la funeraria. Esa es la "teoría".

En la práctica, la crisis económica ha llevado a la debacle los servicios funerarios. Los carros son viejos, con problemas mecánicos y visibles maltratos en sus carrocerías. En los últimos años han sido frecuentes en las redes sociales las denuncias de cubanos que se han visto obligados a trasladar los cadáveres de sus seres queridos en medios inapropiados, debido a que el Estado ha sido incapaz de proveer transporte.

La funeraria en Santiago de Cuba dispone de pocos carros, lo que ha llevado a buscar en ocasiones "soluciones" como la de trasladar dos sarcófagos en un mismo vehículo, e incluso utilizar camionetas de otras empresas estatales o vehículos de transportistas privados, como ocurrió durante los peores momentos de la pandemia de Covid-19. En cuanto al servicio de taxis, ya no existe.

El esposo de Magaly, una jubilada, falleció en el hospital hace tres meses. "Pensábamos que, como murió en el hospital, todo iba a ser más rápido que cuando fallecen en la casa; pero no, fue peor", relató. "Le hicieron la necro y ya a las 7:00 de la mañana estaba listo. Queríamos enterrarlo el mismo día por la tarde. Nos fuimos a la funeraria sobre las 8:00 de la mañana y el cadáver llegó a las 3:00 de la tarde porque solo había un carro. Mi hijo habló para pagar un carro particular para que hiciera el traslado y nos dijeron que no se podía, así que estuvimos todo el día esperando. Cuando por fin llegó, nos querían dar el entierro para el día siguiente en la mañana y dijimos que no".

"Con tantos funerales pendientes, mi hijo pagó (ilegalmente) para que nos sacarán el entierro para ese mismo día a las 5:00 de la tarde", reconoció Magaly. "El velatorio fue de dos horas; (el cuerpo) estuvo esperando en la morgue ocho horas, imagínate".

La fábrica de sarcófagos de Santiago de Cuba está ubicada en el paseo Martí. "Todas las cajas son iguales, hechas de tablas de corteza de troncos todavía verdes, que ni siquiera se han secado", dijo un trabajador que pidió mantenerse en el anonimato. "Se unen toscamente con clavos que son visibles en el interior, y se forra el exterior con una tela gris. Cómo no hay muchos clavos, se ponen los imprescindibles".

"Hay un solo diseño, lo que cambia son los modelos, que tienen que ver con los tamaños de los difuntos (para adultos, niños, sobremedidas). A los clavos se les ponen chapitas de botellas, que eran adornos de hojalata antes. Son sarcófagos muy endebles; así que, a la hora de exhumar los restos, están esparcidos por toda la tumba. Esos ataúdes no resisten ni seis meses", explicó el trabajador.

La insatisfacción de la población por el mal servicio funerario y la imposibilidad de mejorarlo, aunque se tenga dinero, deja rastro constante en las redes.

La caja es "muy frágil, sin cristal", denunció la usuaria de Facebook Yamilka González. "Te ponen un cristal sucio que van rotando sin lavar de muerto en muerto. La funeraria está llena de moscas y no ponen el aire acondicionado para ahorrar", señaló.

"No hay servicio de taxis, ni siquiera uno. Así que, imagínate, debes salir y alquilar en la calle una máquina", añadió.

González dijo además que los parientes deben pagar 4.000 pesos "por la izquierda" para conseguir que el fallecido sea enterrado en el Cementerio Santa Ifigenia. "Los santiagueros perdieron el derecho a ser enterrados allí. Si no pagas, te mandan para Caney, Icacos o Juan González", lamentó la usuaria de Facebook. "Es un negociaso la muerte", criticó.

Lo cierto es que, desde que está en Santa Ifigenia "la piedra" de Fidel Castro, ese cementerio parece una fortaleza, llena de custodios, guardias y cámaras. La tumba de Castro ha limitado los entierros en el lugar. La Administración lo justifica diciendo que "no hay capacidad". Así que, si la familia no tiene una bóveda privada, y las bóvedas estatales "están llenas", los entierros son enviados a cualquier cementerio de las afueras.

"Este es un cementerio militarizado", lamentó Roberto, un jubilado que estaba en Santa Ifigenia visitando la tumba de su madre. "Desde que tengo uso de razón, Martí está aquí y nunca su tumba ha sido profanada, y no había está cantidad de seguridad", agregó.

En contraste, "los servicios son una vergüenza", dijo. "Exhumé a mi mamá y tuve que traerlo todo: talco, alcohol, guantes para limpiar los huesos. Después de dos años, del ataúd no quedaba nada. Los huesos no se unieron con los de otros muertos porque la división de las tumbas estaba fuerte. Después, la colocaron en un nicho que no tiene división; ponen las cajitas unas sobre otras, sin tapas, levantan una pared y ya; así que uno no sabe sí le está poniendo flores a su difunto o a otro. Al final, aquello en un revoltijo de huesos, por eso decidí ponerle flores en mi casa".

Para Dania, el entierro de su madre hace un mes también fue traumático. "Imagínate que a mí me tocó con la crisis del combustible. En la funeraria me dijeron que no había taxis, pero sí una guagua que vendría a buscarnos… y nosotros nos confiamos. Una hora antes del entierro, la guagua no había aparecido, así que tuvimos que salir corriendo para buscar alquilar cualquier cosa. Al final, tuvimos que pagar cuatro carros particulares, a un costo de 600 pesos cada uno".

"En la funeraria nos dijeron que ellos no controlan el transporte. Nosotros les respondimos que por qué no entregan la funeraria a los particulares. A fin de cuentas, para el mal servicio que da el Estado, es mejor pagarlo todo", concluyó Dania.

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3 comentarios

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Profile picture for user pim-pam-pum

El régimen ha seguido matando al pueblo de hambre, ahora de forma más literal, y encima le quitan eso del "entierro gratis". Los Tadeo se quedaron chiquitos con esta nueva realidad.

Profile picture for user Ramon Santis

Es todo muy vergonzoso y lamentable. Pero que esperaban? Que esperan? mientras sigan aguantando y no pase nada; ira de peor a peor. Hay muchas quejitas, y descargas en Facebook lal la la, pero no hay valor para enfrentar de verdad a estos bandidos y mentirosos que han esclavizado a Cuba. Mientras no les de al menos; un millon de piedras volando y y un poco de soga y alambre combinado con la naturaleza de una gusima; seguiran para peor. Todavia no se dan cuenta? que mas hay que esperar a ver? El problema no son los pocos clavos, ni que la madera esta verde, ni del bloqueo, llevan tragando cuentos y mas cuentos mas de 60 anos y... nada. El problema es el sistema castro-comunista, los dirigentes y gobernantes, son una partida de ladrones e incapaces que solo "dirigen" para vivir ellos y sus familiares. Son peores que la mafia! Mientras no los echen del poder; llegara el dia que van a tener que quemar a los muertos en el patio de la casa.

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