El Gobierno cubano, a través de la Empresa de Gas Licuado, anunció, una vez más, un déficit de dicho combustible en La Habana, Artemisa y Mayabeque, algo que se ha convertido en tendencia en los últimos meses, a pesar de las promesas de las autoridades de resolver el tema. En medio del resquebrajamiento integral de la sociedad, miles de cubanos deben dedicarse a "perseguir" los escasos cilindros de gas licuado, imprescindible, sobre todo para las labores de cocción, en muchas zonas de la Isla.
"El producto arribó a nuestro país por la provincia de Santiago de Cuba. Una vez concluidas las operaciones de descarga, este se trasladará a nuestro territorio", informó en 14 de enero en su perfil de Facebook la filial de la Empresa de Gas Licuado que comprende a las provincias afectadas y, dos días después, la distribución aún no ha comenzado.
"La Empresa de Gas Licuado no controla las pocas balas de gas que distribuye en los puntos y esto provoca descontrol en la venta. Se cometen muchas irregularidades con la venta, hay negocio con las balitas y el pueblo es quien lo paga", criticó, en el mencionado perfil de Facebook, el internauta identificado como Scott William Rt.
Otra usuaria, Alina María Fumero, comentó, a tenor con el drama que la crisis con la distribución del producto significa para muchas familias cubanas: "Soy de Boyeros, punto de Rio Verde, desde el 24 de octubre no he podido coger gas. Soy maestra y me es imposible estar el día entero en el punto para ver si llega o si no. Hay prioridad para otras muchas cosas y los maestros no tenemos ese derecho. Ayer el carro vino y recogió balitas vacías, hay un listado y van por el 658, todavía me faltan 100 y ya mis dos balitas se acabaron".
"¿Y qué pasa con los clientes que no tenemos contrato y que antes comprábamos el gas de manera liberada y ahora no podemos comprar? ¿No cocinamos?, cuestionó el internauta Yadier Licor.
"¿Y para cuándo entra en Matanzas? La última vez, el gas de Matanzas se descargó en La Habana y ahí se quedó, mi última compra fue el 30 de agosto y sin esperanzas de nada", reclamó la usuaria Lídice Pedre.
En noviembre, cuando una situación similar hizo mella en numerosos hogares cubanos, el director adjunto de la Unión Cuba-Petróleo (CUPET), Irenaldo Pérez Cardoso, indicó que no se supliría toda la demanda.
"En el pasado, nosotros hacíamos pagos parciales, a partir de acuerdos comerciales con los armadores de los barcos, y de esta manera se descargaba parte del producto. En la actualidad, se nos exige el pago del 100%, además de que se incrementa el costo del flete. También ha habido nuevas dificultades con los procesos de transferencia bancaria, pues desde mediados de mes estamos tratando de hacerlo y no se logra pagar a los proveedores con la inmediatez que se requiere", admitió el funcionario en ese momento para justificar la crisis y, según los indicios disponibles, esta sería la misma causa para la actual demora.
Hace poco más de un año, en medio de una crisis similar con este producto, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy dijo: "Vamos a seguir restringiendo el gas licuado, ahorrando en nuestras casas, y cuando empiecen a llegar los combustibles viene un trabajo mucho más fuerte, que es la distribución, para que lleguen a las personas que lo necesitan". Ahora, como si en un año la situación no hubiese cambiado nada y se tratase de la pescadilla que se muerde la cola, el panorama vuelve a ser el mismo.
