Tanto el mandatario Miguel Díaz-Canel en su intervención especial, como el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, en las palabras de clausura del pasado X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), hicieron énfasis en la importancia que el castrismo le concede a la interpretación de la historia de la manera que le conviene al régimen cubano. De esa forma, además, son ocultados o tergiversados los acontecimientos del pasado que no les sirven para legitimar el actual estado de cosas en la Isla.
Generalmente ese proceso de castración intelectual tiene lugar con acontecimientos o figuras pertenecientes a la historia de Cuba, aunque en ocasiones se relaciona también con sucesos de la historia universal. Los hechos que centran hoy nuestro interés forman parte de este último grupo, y por supuesto que se emparenta con esa labor manipuladora de la cúpula castrista.
El periódico Tribuna de La Habana, en su última edición de cada mes, relaciona las efemérides más importantes del mes siguiente vinculadas con la historia de Cuba, aunque también toma nota de las más relevantes pertenecientes a la historia universal. Así, en su edición del pasado 27 de octubre, en la sección "Noviembre en la Historia", se recoge que el día 7 de ese mes del año 1917 se produjo el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia. Sin embargo, nada se dice acerca de la fecha del 9 de noviembre, cuando en el año 1989 caía el Muro de Berlín.
En días previos, en varias emisoras de la radio oficialista cubana se hablaba de los sucesos acaecidos en Rusia el 7 de noviembre de 1917, lo que denota la importancia que la propaganda castrista le concede a ese episodio, al que califican como "un hecho que cambió la historia de la humanidad".
Un análisis objetivo permite apreciar que fue un evento que influyó en el acontecer de las décadas posteriores, pero que su trascendencia fue limitada debido a que el tipo de régimen derivado del poder de los bolcheviques ha sido un fracaso. Las pocas naciones que mantienen un sistema político parecido al surgido tras la Revolución de Octubre han implantado reformas económicas que se alejan diametralmente de ese evento. Al propio tiempo, otro pequeño número de países que se obstinan en seguir de modo más ortodoxo con la doctrina marxistaleninista, entre ellos Cuba, soportan grandes descalabros.
En cambio, la caída del Muro de Berlín sí ha representado un cambio drástico en la historia de la humanidad. Los procesos políticos que en torno a este suceso tuvieron lugar en Europa oriental les devolvieron las libertades a casi una decena de naciones en las que existían gobiernos satélites de Moscú, mientras que la desaparición de la Unión Soviética —un verdadero imperio—posibilitó el advenimiento de la independencia para varios países, entre ellos las repúblicas bálticas.
Por cierto, conviene recordar que el silencio del oficialismo cubano hacia la caída del Muro de Berlín no solo ha estado presente en este 35 aniversario de ese hecho. En los propios días de 1989, cuando se desplomaba lo que se denominaba como "socialismo real", la propaganda castrista informaba muy poco acerca de esos acontecimientos trascendentales.
La actualidad cubana estuvo centrada, durante buena parte de ese año, en el proceso que culminó con el fusilamiento de Arnaldo Ochoa y otros tres militares cubanos, acusados de estar involucrados en el tráfico internacional de drogas.
No faltan los que opinan que la gran algarabía que el castrismo montó en torno a estos procesos judiciales sirvió para que los cubanos de la Isla no estuvieran muy al tanto del desmoronamiento de un sistema político que durante años se nos presentó como un auténtico paraíso terrenal.
Bueno pero estamos a 15 de noviembre a qué viene semejante información para hablar sobre esta fecha de nacimiento del fascismo de izquierda y del asesino maniático Lenin del cual ni los rusos se acuerdan .