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Opinión

De San Antonio del Sur a Paiporta: el fango de la politiquería es insalvable

Ambas crisis, la de Cuba y la de España, cargan con el abandono de los gobiernos como elemento esencial para describir el caos.

Córdoba
Vivienda precaria dañada por el huracán Oscar en Cuba.
Vivienda precaria dañada por el huracán Oscar en Cuba. Radio Baracoa / Facebook

Uno de los pocos libros que traje de Cuba fue mi maltrecho ejemplar de El siglo de las luces, la gran novela de Alejo Carpentier, y fue sin así pretenderlo que, mientras las fuertes lluvias del huracán Rafael caían sobre el occidente cubano y colapsaban aún más el día a día de un país ya colapsado, encontré en sus páginas amarillentas una frase que ilustra el panorama: "Para quienes vivían en la Isla, el ciclón era aceptado como una tremebunda realidad celeste, a la que, tarde o temprano, nadie escapaba. Cada comarca, cada pueblo, cada aldea, conservaba el recuerdo de un ciclón que pareciera haberle sido destinado".

La "tremebunda realidad" es en Cuba un escenario cotidiano, que todavía se recupera, malamente, de la destrucción provocada por el huracán Oscar en San Antonio del Sur y otros pueblos del oriente, que ya los medios comienzan a olvidar ante el impulso de los daños ocasionados por Rafael. Tremebunda también es la realidad en Paiporta y las numerosas localidades de Valencia que permanecen atascadas en el barro desde hace días, con la politiquería flotando sobre ellas, y, como en Cuba, con el abandono de los gobiernos como elemento esencial para describir el caos, con escenas sucesivas del pueblo salvando al pueblo.

La frase, repetida por muchos a ambos lados del Atlántico, es tan poética que corre el riesgo de quedarse en las palabras, tanto en Paiporta como en San Antonio del Sur. Ambas catástrofes meteorológicas, sumadas a los destrozos de Rafael, que deja a decenas de cubanos sin techo y añade más sufrimiento y pobreza al ya depauperado entorno, cargan no solo la fuerza de las lluvias y el viento acabando con todo, cargan la desidia de los políticos cubanos, la desidia de los políticos españoles, mientras miles de vidas avanzan suspendidas desde entonces y las heridas están todavía abiertas, los muertos todavía son llorados y los daños se siguen acumulando.

Aunque a muchos nos sobrecoja el espíritu romántico de la frase "Solo el pueblo salva al pueblo", aunque la solidaridad sea desde hace más de una semana un elemento sine qua non en las sociedades cubana y española, aunque muchos recojan y entreguen donaciones y otros tantos se calcen unas botas de agua y vayan a palear fango, la voluntad de "solo el pueblo salva al pueblo" no es suficiente. El pueblo, para ser salvado, necesita instituciones que sepan gestionar una crisis, que no se ahoguen en la burocracia, que no mientan y que estén, verdaderamente, interesadas en hacer todo cuanto sea posible. Necesita políticos con vocación de salvarlos y no políticos con vocación de salvarse a través de fingir que salvan al pueblo, pero no.

Tampoco es suficiente la frase de Antonio Machado que he visto repetida en decenas de perfiles en las redes sociales: "En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva". No es suficiente pero describe el panorama, y los que palean fango en Paiporta, los que tal vez ni siquiera tienen herramientas para hacer lo mismo en San Antonio del Sur, los que permanecen con el país a oscuras y fueron arrasados este miércoles por Rafael, no hablan de la patria porque la patria es la casa y la perdieron.

Sin electricidad, sin agua, sin comida y con los pueblos colapsados, es repudiable la actitud de "salvadores" con la que han acudido los políticos de la capital, a venderles humo en nombre de la patria, ese constructo amorfo que tiene cada vez menos adeptos y no puede circunscribirse a los dimes y diretes entre el PSOE y el PP, en España, ni cabe tampoco en las mentiras y las falsas promesas del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y su séquito de funcionarios que, como ha sucedido siempre, cuidan más sus puestos que a la gente.

Las crisis en Paiporta y en San Antonio del Sur se parecen. En ambos escenarios los políticos despreciaron la catástrofe, la minimizaron, no alertaron y ahora, tantos días después, hacen una cosa detrás de otra, o todas juntas, y nos atosigan de información para tapar sus errores y están, otra vez, más preocupados por el relato que por la gente. Y se disfrazan de personas que van a ayudar, pero no, como el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, con un chaleco rojo de la unidad de emergencias, con el que cree dar la impresión de que sabe lo que hace. Lo mismo que Díaz-Canel, que acudió disfrazado de militar a San Antonio del Sur y está ahora otra vez de verdeolivo, con la vana esperanza de que algún despistado lo tome en serio. Va con justificaciones y sin empatía, con un cada vez más menguado grupito de aplaudidores, que parecieran ser siempre los mismos, como un circo ambulante que avanza de pueblo en pueblo.

Después de que todas las desdichas sucedieran juntas, después del caos social, político e informativo en Valencia y en San Antonio del Sur, sitios en los que nadie quiere asumir culpas y ya ni siquiera lo disimulan, hubo más lluvias en la región española del Mediterráneo, hubo más lluvias en el oriente de Cuba, incluso otro huracán cargó contra el occidente de la Isla, pero esta vez los sistemas de alerta sí funcionaron, los que tenían que hacer sí hicieron, o al menos eso parece, y la conclusión es una y es simple: los políticos solo hacen las cosas bien cuando los están mirando, y a veces, muchas veces, ni siquiera así.

Paiporta no es solo Paiporta, es también Catarroja, Aldaia, Picanya, Massanassa, Alfafar y otros casi 70 municipios valencianos. San Antonio del Sur no es solo San Antonio del Sur, es también Imías, Maisí y Baracoa, en este caso, pero, ¿cuántos pueblos de Cuba están hace años abandonados? ¿Acaso no está abandonada la Isla entera?

Más allá de las claras similitudes en la gestión de los desastres, más allá de que el presidente español, Pedro Sánchez, anuncie un plan estatal de millones de euros para la recuperación y que la gente siga paleando barro, sin que las ayudas salgan de los despachos y lleguen al terreno, más allá de que el Gobierno cubano enarbole como un logro la mezquindad de que quienes lo perdieron todo, y viven en un contexto de alza sostenida de la pobreza, tendrán que asumir el 50% del costo de colchones y materiales de construcción para levantar o reparar sus viviendas, más allá de los bulos y las medias verdades, de que a ambos lados de Atlántico se escuden en la torpeza de decir "sucedieron cosas que nunca habían pasado", hay un elemento que diferencia ambos caos. Es la democracia que existe por una parte y la ausencia de ella que lacera la vida en la Isla.

En España, nadie será acosado por un cuerpo represivo por decirle a las autoridades "Nos abandonaron". Nadie será amenazado por exigir responsabilidades a los políticos ni por exigir la dimisión de los culpables. Pero en Cuba, lo sabemos bien, contradecir públicamente el patético relato oficial de "Nadie quedará desamparado" y sacarle los colores al régimen, con hechos y no con propaganda, es asegurarse una visita de la Seguridad del Estado, como si los enemigos fuesen los ciudadanos por atreverse a decir que los están pisando, mientras quienes detentan las botas siguen mal gestionando el resquebrajamiento nacional y las imágenes del pueblo salvando al pueblo seguirán sucediéndose porque, simplemente, no hay nadie más que lo salve.

Cuando el impacto de otras noticias demande más de nuestra atención, cuando imágenes más terribles ocupen las portadas, como ya sucede con las del huracán Rafael, cuando el ejercicio cotidiano de las pequeñas catástrofes del día a día sustituya los caos que ahora vemos, cuando el concurso de muchas manos limpie el fango, cuando los políticos encuentren otros temas para fingirse preocupados, nos iremos olvidando de San Antonio del Sur, de Paiporta y de tantos pueblos que ya estarán olvidados cuando comencemos a olvidarlos. Y dentro de algunos meses nos escandalizaremos cuando algún periodista regrese al terreno y constate que los ciudadanos siguen reclamando más ayudas, que el abandono es entonces más hondo y que, como en esa frase premonitoria de Memorias del subdesarrollo, "Aquí todo sigue igual".

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8 comentarios

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La locución verbal " no tienen ni donde caerse muertos" nunca ha sido tan real para nadie como para los cubanos, donde hasta para enterrar una persona fallecida es un verdadero dolor de principio al fin . y todo en el comienzo de la tercera década de siglo XXI

Profile picture for user pericoperez

TODOS LOS CASTROS, CANEL AL INFIERNO. LOS CASTROS ESTAN GOZANDO EL BILLETE ROBADO AL PUEBLO CUBANO. Y ESTE T TITERE SINGAOO SE PRESTA PARA SUS ASESINATOS, TODOS AL INFIERNO.

Profile picture for user pim-pam-pum

Los políticos, en su gran mayoría son kk, la diferencia entre Cuba y España es que en España la gente con su voto puede poner en su sitio a todos esos políticos que ahora mismo la han ca... y esto aplica tanto a Sánchez como a Mazón. En Cuba la gente seguirá esperando ayuda y encima "erizándose" cuando el gordinflón vaya de visita con su uniforme sin mancha y el auto lleno de gasolina.

Profile picture for user Ana J. Faya

Muy de acuerdo con su comentario. Añado que show mediático o no, al menos los reyes se llenaron de fango y, como diría un cristiano, pusieron la otra mejilla, no salieron de allí a la carrera como hizo Sánchez. En las fotos, el uniforme verdeolivo de los barrigones está impoluto.

Una de sus afirmaciones más certeras es la del " Circo ambulante " de Candy la Salá lo que tiene una particularidad, es que al Circo de Candy le crecieron los enanos y la mujer barbuda tiene un síndrome de stress agudo y se le cayó la barba de raíz.
Ademas de la diferencia real y efectiva con la situación de Valencia. A corto y a largo plazo el problema material tiene una solución plausible, a pesar de las incongruencias e incapacidad manifiesta del Gobierno de Sánchez para manejar esa crisis, Sánchez enredado en las componendas de Begoña y sus propios amigos, no tuvo lugar ni cojones para enfrentarlo y se fue a India, y la gracia de su idiotez supina le costará el gobierno. Recursos tienen.
Pero Cuba y los cubanos no tienen de momento la posibilidad de despedir a Candy que lleva ya un largo rato, aún antes de los ciclones, metiéndole el dedo en salva sea la parte a los cubanos. A no ser que finalmente se arme en el Caribe, una Rumanía 2.0

en verdad,muy errado su comentario: en espana sucedio una catastrofe natural mucho peor que en cuba,la zona danada es intensamente habitada,la informacion despues del suceso ha sido amplia y casi en directo y a pesar de la hecatombe,los recursos empleados han sido diez mil veces superior en espana.Y para terminar,los culpables de alguna negligencia,tendran que responde !! Muy desacertado

Profile picture for user El Santo

Jose, tengo familiares en Catarroja que lograron sobrevivir a la DANA y me dijeron que la Agencia Estatal de Metereología días antes ya la había anunciado.
Que cómo es posible que el ejecutivo de la Generalitat Valenciana haya dado la alerta a los teléfonos móviles a las 8:00 pm cuando el desastre y las muertes ya estaban desde las 2:00 pm.
Y también me dicen que el tal Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, sobre las 6:00 pm andaba en una reunión ajena a lo que estaba pasando con una periodista y que había colgado un tuit afirmando que el fenómeno se había marchado a Cuenca.
No sé, pero por lo que me cuentan, el mayor responsable de toda la tragedia ocurrida es el señor Mazón.

Entonces, tú estás jugando como los adolescentes a “la mía es mas grande que la tuya”?. 😀