El ministro de Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, dijo que el descarrilamiento de tren del viernes provocó una situación de "tensión máxima" en el sistema ferroviario con cientos de pasajeros que quedaron varados por periodos prolongados en distintos puntos de la Isla.
"Se restablece con precaución y gradualidad la circulación de los trenes por la Línea Central. A las 12:55PM se restableció el paso por la Línea Central del ferrocarril, después de la interrupción provocada por el accidente ocurrido el viernes por la tarde de un tren local con tres coches en el kilómetro 149,2 entre las estaciones de Jovellanos y Quintana, en Matanzas", informó Rodríguez Dávila en Facebook.
"Desde ese momento, el sistema ferroviario ha estado en tensión máxima, con varios trenes en circulación detenidos por periodos prolongados en distintos puntos del país. Mientras, se trabajaba duro en el restablecimiento de la línea, con la premisa de que por la urgencia de las obras no se infringieran nuevos daños a la locomotora y los tres coches afectados en el accidente", añadió el ministro.
Rodríguez Dávila dijo que se tomaron medidas para atender a los pasajeros de los distintos trenes ante esta contingencia. Es "algo que siempre genera molestias y gran insatisfacción", agregó, pero no precisó el tiempo de espera de las personas a bordo de los trenes.
"Los principales jefes de la Unión de Ferrocarriles de Cuba y de varias de sus empresas, así como el recién nombrado viceministro, Luis Roberto Rosés, han estado todo el tiempo en los escenarios frente a los principales problemas, que no han sido pocos", dijo.
Añadió que las tripulaciones de los trenes nacionales "han atendido a los pasajeros con esmero, a las personas que requieren atenciones especiales, embarazadas, ancianos, niños". Sin precisar el número de afectados, habló de que "en un tren nacional se trasladan aproximadamente 1.000 personas y en circunstancias como esta, es un reto poder atenderlas y evitar daños a su salud".
Según el ministro, recibieron "apoyo de las autoridades del Partido Comunista y Gobierno de muchas provincias y municipios", sin el cual "hubiese sido imposible disminuir los impactos de esta contingencia y comenzar a restablecer la normalidad".
Prometió que vendrán análisis de las causas del accidente y "sobre todo" de cómo "evitarlos y disminuir el impacto que generan".
"La infraestructura ferroviaria ha sufrido los impactos de no contar por años con los recursos necesarios para su mantenimiento. Aún en las difíciles circunstancias de hoy encontraremos maneras de mejorar un sistema de transporte que es parte medular de la nación, y con el que contamos para recuperar y desarrollar la economía cubana y, ante todo, prestar mejores servicios de movilidad a nuestra población", concluyó.
El jueves 12 de septiembre en el mismo lugar, un tren de carga que llevaba contenedores hacia Villa Clara se descarriló a la altura de Matanzas.
En abril pasado, otro descarrilamiento, esta vez en el kilómetro 364 de la Línea Central, provocó la interrupción de la circulación de trenes y un derrame de fuel oil que estuvo a punto a provocar la contaminación del río Zaza, una importante vía fluvial de Santi Spíritus.
En esa ocasión, el descarrilamiento dañó alrededor de 300 metros de vía, razón por la cual fue necesario emplear ramales alternativos para garantizar la circulación nacional de trenes.
El 67% de las vías férreas cubanas requiere algún tipo de mantenimiento, al igual que el 40% de las obras de infraestructura. En el país, además del pésimo estado de las vías, solo funcionan 12 de las 34 locomotoras de gran porte que son necesarias para la transportación de cargas y de pasajeros, admitieron en marzo último autoridades del Ministerio del Transporte.
Según cifras oficiales, en 2023 circularon en Cuba 2.458 trenes menos y decreció la cantidad de pasajeros transportados en comparación con 2022.
