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Salud

Higiene menstrual en Cuba: cuestión de salud, evidencia de pobreza y desigualdad

Acceder a productos específicos para contener el sangrado y para la higiene durante la menstruación es una odisea más para las mujeres.

Madrid
Ilustración.
Ilustración. Diario de Cuba

Con rodeos y mucha vergüenza, Yadira ha pedido una copa menstrual a su amiga de la infancia Doris, quien vive en España. "Ya no aguanto más, lo de las íntimas en las farmacias es un desastre; cuando no son meses sin recibirlas, es el sufrimiento por la pésima calidad. No soportan la abundancia de mi regla, paso los siete días del mes que me toca con una incomodidad terrible, manchando ropa y con un asco que no debería sentir por algo que es inherente a la condición femenina. Mi ginecóloga me recomendó la copa, pero aquí no sé cómo conseguirla".

La situación de esta joven cubana con la higiene menstrual es igual que la de miles de otras mujeres en la Isla, condicionadas por la escasez de almohadillas sanitarias y otros productos para contener el sangrado, los precios prohibitivos de las ofertas, y la falta de instalaciones laborales, estudiantiles, entre otras, con condiciones mínimas para recibir a mujeres menstruando. Son otra realidad que profundiza la desigualdad de género.

El 28 de mayo se celebró el Día Internacional de la Higiene Menstrual, una fecha que pretende sensibilizar y concienciar a la población acerca de este asunto de derechos humanos. Ese mismo día, María Regla compró a través de Revolico, por un precio de 500 pesos, dos paquetes de almohadillas marca Angélica, que empezó a fabricar la empresa italocubana Industria Arthis en diciembre de 2023.

"Esta vez tuve suerte, el mes pasado las compré a 850. Estas son las de mejor calidad y se las dejo a la niña (una adolescente de 14 años). Yo suelo tener menor sangramiento y me las arreglo con las íntimas de la farmacia que, por cierto, donde reside mi hermana tienen retrasos de meses", dijo a DIARIO DE CUBA.

Al interior de la Isla la situación es crítica. En un reporte reciente, el periódico provincial de Ciego de Ávila, Invasor, informó que en lo que va de año las íntimas no se han vendido en la red de farmacias del territorio, situación que se repite en casi todas las provincias cubanas. En Santiago de Cuba desde febrero de 2023 no las distribuyen. Allí una profesora universitaria ha tenido que recurrir a toallas rotas, blusas viejas y medias escolares en desuso para contener el sangramiento de dos adolescentes, que "han tenido que utilizar trapos insalubres desde que tuvieron su primer período".

En esa provincia los paquetes de 20 unidades tienen un costo de 800 pesos, los de 36 se pueden encontrar a 1.500 y las cajas de 50 tampones entre 1.000 y 1.200 pesos. En divisas, el importe oscila entre 4,50 y 5MLC.

En 2021 la Plataforma Femenina Nuevo País presentó el informe Menstruación y Derechos Humanos en Cuba, en el que hizo un esbozo de la situación y recomendaciones al Estado.

Eroises González, coordinadora nacional del grupo, dijo a DIARIO DE CUBA que "el panorama sigue crítico, nada ha cambiado". Consideró que "no es un tema que preocupa a los organismos (del Estado o controlados por este) que tienen que ver con el tema de las mujeres, niñas y adolescentes".

"Existen problemas con las instalaciones higiénico-sanitarias y no se tiene acceso a una higiene menstrual conveniente, por lo que las cubanas están expuestas a más riesgos de salud", apuntó.

González recordó que las niñas y adolescentes en ocasiones faltan a la escuela por temor a mancharse cuando están en su periodo, y por dolores que las incapacitan para realizar todo tipo de actividades y que no pueden calmar por la falta de analgésicos. "Esto limita sus estudios y hay riesgos de abandono del sistema escolar. La escasez de materiales higiénico-sanitarios, medicamentos y de condiciones mínimas amplía la desigualdad de género", señaló.

La plataforma reclama que la higiene menstrual esté en la agenda estatal como una prioridad. "No se ha trabajado en legislar, en desarrollar políticas públicas sobre el tema que garanticen el acceso a productos de aseo e higiene menstrual de todas las niñas, adolescentes y mujeres, incluyendo aquellas con discapacidad, en situación de movilidad o de privación de libertad".

Si para las mujeres cubanas en libertad la llegada del periodo menstrual es "momento de tristeza", para las mujeres encarceladas es un "horror", dijo Annia Zamora, madre de la presa política del 11J Sissi Abascal.

"No solo es el alto precio que muchas no pueden pagar, sino que no hay", dijo Zamora, residente en Carlos Rojas, municipio Jovellanos, Matanzas. La activista calificó la situación de su hija en la prisión como "preocupante".

"De vez en cuando le dan un paquetico de esas almohadillas que son de muy mala calidad. Siempre tengo que estar comprándole y llevándole. Para mí también es muy preocupante la cuestión del agua. Yo le llevo la de tomar porque allí el agua está contaminada. Hemos tomado la medida de llevarle bicarbonato para que le eche al agua de asearse porque tengo terror de que coja allí un parásito. Aquí no hay medicamentos ni en la calle ni en los hospitales, mucho menos en la prisión", lamentó.

Para la activista feminista Kiana Anandra, la higiene menstrual en Cuba es "lamentable". A su juicio, la situación está marcada por tres grandes problemas que se extienden hacia todos los servicios públicos en la Isla: "la accesibilidad, la calidad y el precio".

"Conseguir productos de higiene menstrual es una tarea difícil. Los que son de calidad, en su mayoría se venden en moneda libremente convertible (MLC), en comercios dispuestos en divisas, tiendas ubicadas en hoteles y farmacias internacionales", señaló.

Lamentó que "la farmacia estatal, que idealmente debería ser la distribuidora de este tipo de productos, a precios asequibles (1,20 pesos), siempre presenta problemas de atraso".

La única empresa que fabrica las almohadillas marca Mariposa es la estatal de Materiales Higiénicos Sanitarios (MATHISA), con sedes en La Habana, Sancti Spíritus y Granma. Su producción está plagada de problemas, principalmente porque ocho de los diez insumos necesarios para la fabricación son importados y el Gobierno culpa al embargo estadounidense de obstaculizar su compra.

"Yo pertenezco al municipio Plaza, al consejo Carmelo, y este año no ha llegado aún. El año pasado vino en dos vueltas, pero todo ese tiempo intermedio las personas menstruantes deben resolver como pueden", dijo Kiana Anandra.

"Higiene menstrual es la íntima, el tampón, la copa, pero lo es también el antiinflamatorio para los dolores, las pastillas anticonceptivas, el agua y otros productos de sanitización. Factores todos que se complejizan aún más cuando la persona menstruante, además, decide ser madre", opinó.

Una ginecóloga consultada por DIARIO DE CUBA que prefirió hablar bajo anonimato alertó de que la menstruación muchas veces impide a las mujeres participar en actividades ordinarias y que esto requiere atención médica.

"Hay ocasiones en las que el dolor puede ser debilitante. Es el caso de la dismenorrea o cólicos menstruales. A ello hay que añadir otras dolencias vinculadas con la menstruación y que deben ser tratadas, como la menorragia o el sangrado prolongado, con riesgo de anemia, síndrome del ovario poliquístico, endometriosis o fibromas", dijo.

La doctora alertó de que una mala higiene íntima femenina puede crear condiciones para que crezcan microorganismos patógenos como las cándidas.

"Si bien no es aconsejable someter la zona genital a continuados lavados con jabones no diseñados para respetar la flora vaginal, la falta de aseo, las aguas contaminadas y los trapos a los que recurren personas sin recursos (la ONU y UNICEF hablan de pobreza menstrual) pueden provocar infecciones, algunas de las cuales pueden tener un impacto negativo en la fertilidad, por ejemplo", advirtió.

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3 comentarios

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Profile picture for user Pedro Benitez

Caben las comparaciones con algunos países pobres de África: “pobreza menstrual”

En la cadena logística de distribución, los productos no llegan a su destino. Cuando los productos fabricados en Cuba o importados, pasan directamente a ser comercializados en el mercado negro sin llegar a la tienda, la corrupción está fuera de control. Digamos que los camiones están descargando mercancías en las casas y no en las tiendas.

Profile picture for user Ana J. Faya

La odisea de la mujer cubana con la crisis permanente de almohadillas sanitarias, y productos de higiene lleva décadas andando. ¿La FMC ha hecho algo al respecto? No. ¿El PCC, UJC o cualquier otra C? No. Las almohadillas no han sido nunca ni prioridad, ni de su interés, punto. Qué se puede esperar en ese manicomio cuando no han sido capaces de garantizar viandas a la población, ni les interesa.

Profile picture for user pim-pam-pum

65 años de "revolución" y no han sido capaces ni de suministrar algo tan básico como son las compresas sanitarias. Después el puesto a dedo se pone a decir que Cuba avanza... será hacia el abismo, aunque yo creo que ya hace años que están dentro de él y eso no lo arregla ni el médico chino.