La Salinera de Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas, no puede trasladar sus producciones a otras provincias del país, en medio de dificultades para que la sal que procesa llegue incluso a hogares del territorio a través de la libreta de racionamiento.
Según publicó la edición digital de Periódico 26, si esta unidad empresarial estatal de base no amplía su mercado de sal fina más allá de Las Tunas, Holguín y Villa Clara es por la falta de transporte de carga para trasladar las producciones hacia estos territorios con compromisos e, incluso, "en no pocas ocasiones esos problemas han incidido en el déficit de la entrega a los consumidores".
Aunque otros implicados estatales sean incapaces de completar la cadena, la salinera dice que mantiene sus producciones y las lomas de sal siguen creciendo con la vista puesta en sus planes de entrega para la Industria Electroquímica y la sal fina para el consumo social y la canasta básica de las provincias mencionadas.
En 2023 la empresa produjo más de 25.000 toneladas de sal. Este año el plan es similar, a partir de 32.000 toneladas de extracción de la materia prima para elaborar 16.500 toneladas de sal gruesa para su principal cliente, la Industria Electroquímica de Sagua la Grande, en Villa Clara, y la alimentación animal, y 8.500 toneladas destinadas a la canasta básica y el consumo social.
En medio de problemas materiales y de estructura, la Salinera de Puerto Padre aspira a volver a exportar sal como lo hacía años atrás, dada la calidad de su producto, según declaraciones de la jefa técnica Yenisleydys Domínguez Sánchez al medio local oficial.
La sal, el producto más básico de la cocina, sigue dando dolores de cabeza a los cubanos. La del mercado racionado no alcanza, en las tiendas muchas veces no hay. Un paquete de un kilogramo en tiendas virtuales, enfocadas en las compras de residentes en el exterior a sus familiares en la Isla, puede llegar a costar actualmente cinco dólares. Las autoridades dan cuenta año tras año a la prensa oficial por la falta de este producto, pero el problema se repite una y otra vez.
En febrero de 2023 el entonces ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, explicó en el programa televisivo Mesa Redonda que en los almacenes de las salinas había unas 9.000 toneladas de sal, pero que el problema era el mismo: "la transportación".
Sal no habrá pero salación, sobra.
Pues no sé de qué se quejan, con tanto verde-olivo ocioso, con darle unas javitas a cada uno de ellos, seguro que repartirían la sal puntualmente en lugar de tener que entretenerse repartiendo palos.
Un ejemplo más que claro de que el comunismo no funciona, una isla y por tanto una porción de tierra rodeada de mar por todas partes y no hay sal.