Los precios de la vivienda han registrado un marcado descenso en Cuba en los últimos cuatro años. En contraste, hay miles de familias sin casa que no pueden costearse una. Es una paradoja sin salida a la vista que afecta a propietarios, posibles compradores y a quienes se dedican al "negocio inmobiliario".
Josefina, de 71 años y residente del municipio Playa, heredó de su madre un apartamento en el municipio Cerro. El inmueble se encuentra en muy buenas condiciones; tiene sala, comedor, baño, cocina y dos habitaciones.
"Hace más de cinco años que estoy tratando de venderlo. Inicialmente, su valor era de 10.000 dólares, pero con el paso del tiempo he tenido que rebajarlo a 8.000 dólares. Sin embargo, debido a la devaluación de los precios de los inmuebles en Cuba, su valor se ha reducido a la mitad, es decir, 4.000 dólares. A pesar de esto, no he logrado encontrar un comprador", dice.
"He puesto anuncios en Revolico, pero, lamentablemente, la competencia es muy fuerte. Existen muchos apartamentos como el mío, e incluso mejores, que están en venta", explica Josefina.
Afirma que necesita encontrar pronto un comprador, y que el objetivo de la venta es "poder disfrutar de mi vejez con algo de dinero en estos tiempos en que la vida esta tan cara en Cuba".
En Cuba no existe un mercado inmobiliario oficial, pero datos publicados por el medio independiente El Toque indican que solo en julio de 2023 más de noventa propiedades en La Habana estaban a la venta por más de 500.000 dólares. En zonas exclusivas de Playa, como Siboney o Atabey, las cifras podían sobrepasar el millón de dólares.
El medio encontró anuncios de compraventa de cuartos, casas e incluso mansiones de 12 dormitorios. Los precios dependían de la ubicación, tamaño y estado de la vivienda. En el valor también influía la relación entre demanda y oferta, la existencia de servicios cercanos o características adicionales como patios, piscinas, garajes y sistemas de seguridad.
La mayoría de las ofertas, sin embargo, corresponde a zonas más modestas e incluso muy empobrecidas de la ciudad, como La Lisa, Guanabacoa, Regla y San Miguel del Padrón, donde los precios han disminuido y hay propiedades por menos de 3.000 dólares.
En estos casos, también influyen las características de los inmuebles: infraestructuras de madera, techos con cubierta ligera, construcciones inconclusas o en barbacoa y ubicación en interiores.
La urgencia de los propietarios por concretar la venta también afecta los precios. Muchos cubanos están vendiendo sus viviendas y otras propiedades para costear procesos migratorios hacia otros países.
Hugo tiene 56 años y es corredor de permutas y ventas de viviendas. Lleva más de una década en el negocio y asegura que en los últimos cuatro años la devaluación de los inmuebles ha tenido un impacto significativo en el mercado inmobiliario de Cuba. Él ha sido testigo de una marcada disminución en el valor de las propiedades, lo que le ha generado preocupación.
"Los factores que han contribuido a esta devaluación son la crisis económica, la escasez de recursos y la falta de inversión en el sector inmobiliario", considera.
Para Isabel, de 45 años y residente en El Vedado, su casa ha sido su refugio durante toda su vida, pero la situación se ha vuelto insostenible. La inseguridad ciudadana, la crisis económica y la falta de oportunidades la han obligado a buscar una vida mejor en otro lugar. Sin embargo, sin la venta de su casa no puede salir de Cuba.
"Luego de la muerte de mi madre me quedé sola y comencé a vender mi casa que estaba valorada en 40.000 dólares hace cinco años. He intentado todas las estrategias posibles, he publicitado la casa en todos los medios posibles, pero no ha habido respuesta. Esta situación me ha causado una gran angustia, ya que el tiempo apremia para tomar la decisión de dejar el país. Actualmente mi casa tiene un valor de 20.000 dólares y aun así nadie la compra", lamenta.
El Decreto-Ley 288 rige la transmisión de la propiedad de la vivienda en Cuba y reconoce la compraventa, permuta, donación y adjudicación por divorcio, fallecimiento o salida definitiva del país del propietario. Esta normativa, según el Gobierno, tiene como objetivos eliminar prohibiciones, flexibilizar trámites relacionados con la transmisión de la propiedad de la vivienda.
El mercado inmobiliario cubano se encuentra en un momento de reajuste impuesto por las tensiones económicas y sociales que vive la Isla.
Frente a la cantidad de vendedores que como Isabel y Josefina no encuentran compradores para sus casas, en octubre de 2023 el Gobierno reconoció un déficit de 800.000 viviendas que afecta a miles de familias.
Y es que la sobreoferta, impulsada por el éxodo masivo, choca con la inflación que afecta a todos los productos básicos y reduce cada vez más el poder adquisitivo de los cubanos, una situación que no parece vaya a cambiar en el mediano plazo. Algunos economistas han advertido que la inflación podría llegar al 500% tras el paquetazo económico anunciado por el Gobierno.
La mayoría de los compradores cubanos depende de una ayuda de familiares o amigos en el exterior para hacerse con una vivienda. Pero analistas han señalado que, debido al deterioro progresivo se la situación en la Isla, la mayoría de los familiares estaría más interesada hoy en sacar a sus familiares de Cuba que en ayudarlos a mejorar sus vidas dentro del país.
¿1 millón de $ por una propiedad en la isla?
Bueno, la mafia rusa puede que esté interesada en tomar posiciones y, aun así, lo dudo.
En un campo de concentracion totalitario comprar propiedades es como apostar a que los piratas respetaran la propiedad ajena.
El gran problema que tiene el cubano que quiere vender su casa o apartamento en Cuba se puede sumar en tres palabras: LOCATION LOCATION LOCATION.
Quién querría comprar (vivir) en aquel infierno!?😝