"Únanse y celebren como puedan este fin de año 2023. A pesar de todo, que no falte el amor y la unión familiar", recomienda Claudina Rodríguez, una jubilada cubana de 75 años.
Claudina tenía 21 años cuando el Gobierno de Fidel Castro prohibió las celebraciones navideñas y recuerda que eran motivo de encuentro familiar.
El 2 de enero de 1969, el diario Granma, órgano del Partido Comunista, anunció la suspensión de las festividades. El pretexto entonces fue que era necesario trabajar sin descanso para lograr 10 millones de toneladas de azúcar al concluir la zafra de 1970. Pero la prohibición permaneció en medio de las tensas relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica, y el deseo el régimen de eliminar cualquier espacio de libertad.
El festejo de la Navidad dejó de realizarse públicamente, pero continuó de forma clandestina en muchas familias, sobre todo católicas, cuyos miembros se arriesgaban a ser acusadas de tener "debilidades ideológicas" y a ser marcados en empleos y centros de estudio.
Las cosas cambiaron con la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, en 1998. El nacimiento del Hijo de Dios volvió a ser motivo de celebración pública, aunque nunca más regresó el esplendor de los primeros 50 años del siglo.
Durante los 28 años de prohibición de las celebraciones navideñas, la emigración se volvió protagonista en Cuba. Centenares de miles de cubanos abandonaron el país y dejaron atrás una parte de su familia, pero llevaron consigo historia y tradiciones.
Teniendo en cuenta la información publicada por Datosmacro en 2020 y las cifras de arribo a Estados Unidos durante los últimos tres años, más de dos millones de cubanos habrían abandonado la Isla.
Memorias de la Navidad cubana
Claudina Rodríguez ha sido testigo de todos estos cambios. Recuerda perfectamente que, antes del triunfo de la Revolución, en diciembre las vidrieras de las tiendas se engalanaban con la temática navideña, se vendían adornos, turrones, arbolitos, e incluso rebajaban los precios de todo tipo de artículos, por lo que muchos más podían comprar algún regalo para su familia.
En su memoria la Navidad permanece como una gran fiesta. Tiendas como El Encanto, Fin de Siglo y Flogar tenían personas que se disfrazaban de Papa Noel y compartían con los niños.
Si bien las celebraciones regresaron en 1998, en un país bajo crisis económica perenne "nada fue como antes", afirma.
Esta Navidad será la peor que se viva en la Isla, consideran muchos cubanos. La inflación sin precedentes —que según el Gobierno fue en noviembre de casi un 32%— y la escasez de alimentos y productos básicos han dibujado una crisis humanitaria que hace que este fin de año transcurra en medio de tristeza y hambre.
"Que nos acompañe la salud a todos, porque en estos momentos en que los hospitales cubanos no funcionan es muy importante no enfermarse", dice Claudina refiriéndose a el colapso de la Salud Pública derivado de la crisis económica.
Esta anciana recibe una pensión jubilatoria de 2.000 pesos cubanos y forma parte del sector poblacional afectado por la inseguridad alimentaria que daña principalmente a niños, personas de la tercera edad, embarazadas, enfermos crónicos, jubilados y trabajadores estatales. El 70,8% de los hogares cubanos solo hace una comida al día y, de acuerdo a una encuesta del proyecto Cubadata aplicada a más de mil personas, el 47,2% de los entrevistados dejó de comer alguna vez durante todo el día.
Lejos del país y la familia
Mary Esther Lemus, artista visual de 33 años, recuerda los años 90, cuando pasaba las fiestas al lado de su familia. Esta Navidad será diferente, vive exiliada en España desde el año 2022 por el asedio al que fue sometida por parte de la Seguridad del Estado.
Cuando llegó a Madrid pudo ver la ciudad llena de detalles festivos, era una celebración gigante donde todo estaba en pos de crear un espíritu de unión, fue una experiencia bonita a pesar de la nostalgia de haber tenido que dejar Cuba y a su familia, dice.
Según datos publicados por el Observatorio Cubano de los Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid, al menos 336 acciones represivas se produjeron en Cuba en diciembre de 2022. Varios activistas y periodistas fueron forzados al exilio, una tendencia que ha ido en aumento.
Mary Esther forma parte de este grupo de activistas hostigados. Antes de su partida de Cuba recibió citaciones oficiales para interrogatorios de la Seguridad del Estado.
"Solo cambiando corazones cambiará nuestra patria"
El padre Kenny Fernández Delgado tiene 38 años, es natural de La Habana, lleva ocho años de ministerio sacerdotal y está a cargo de la parroquia ubicada en Madruga. En declaraciones a DIARIO DE CUBA dice que su experiencia como sacerdote ha sido muy difícil. "El Señor me ha sostenido porque él es mi fortaleza. He experimentado mi debilidad para seguir todo lo que Dios me pide, así como la insistencia de Dios para que siga adelante a pesar de todo".
El religioso recalca que en tiempos de crisis como los que vivimos hay personas que no quieren celebrar la Navidad porque en realidad solo la ven como una fiesta de comidas y bebidas, pero esta fiesta es mucho más que eso.
Hay que celebrarla con lo que haya, dice. Por muy poco que se tenga, sigue siendo una fiesta muy alegre y profundamente esperanzadora, considera. Implica que el que va a mejorar nuestra triste situación ya ha nacido.
El sacerdote pide a los cubanos que en estas fechas "se unan más a ese niño que nació, lo que simboliza, el amor que Jesús nos trajo y que podamos sentir la continuidad de ese amor".
"La solución de nuestros problemas no vendrá de milagros, ni de países extranjeros, ni de cambios de gobierno. Podría ser que cambie el gobierno y todo siga igual o peor, tiene que cambiar el corazón de las personas, y ese niño ha venido a cambiar corazones. Aunque la mayoría no lo quiera aceptar todavía, cambiando corazones es como cambiará nuestra patria", señala.
El padre Kenny también condena la represión y la violencia ejercidas contra el pueblo durante protestas pacíficas. "Si golpeas al pueblo que pide reclamos justos y tú eres parte del pueblo, te estas golpeando a ti mismo", dijo en una transmisión en vivo por Facebook.
Según información brindada por Datosmacro en 2010, en Cuba el 86,85% de las personas profesaba algún tipo de credo religioso. La mayoría eran católicos entonces, pero el alcance de las iglesias protestante ha ido en ascenso.
https://datosmacro.expansion.com/demografia/religiones/cuba
La fe religiosa y sus celebraciones han sobrevivido a 64 años de dictadura, las prohibiciones oficiales y el exilio.
El gobernante Miguel Díaz-Canel a través de su cuenta de X invitó a los cubanos a "emprender juntos el camino del Año Nuevo con alegría", pero en su publicación no mencionó la Navidad.