La emigración femenina cubana se ha duplicado en cuatro años, según cifras de México

El número de cubanas que ha ingresado a México, principalmente con Estados Unidos como objetivo final, pasó de ser el 19% de la población migrante de la Isla en ese país en 2018 a constituir el 40% en 2022, según cifras de la Unidad de Política Migratoria (UPMRIP) que cita el medio español El País.

Cuba atraviesa desde 2021 una crisis migratoria sin precedentes, en la que la presencia femenina se hace cada vez más notable. Ello a pesar de los peligros implícitos tanto en las travesías marítimas, a bordo de embarcaciones rústicas, como en la ruta a través de Centroamérica, en la que se exponen a ser víctimas de violencia sexual o de abandono.

Ese patrón de feminización de la emigración cubana es mostrado por El País a través de las historias de varias mujeres, que salieron de la Isla por distintas vías de la Isla y se encuentran en Tapachula. Algunas ven esta ciudad como el trampolín desde el que saltar hacia Estados Unidos y otras como un lugar donde intentar asentarse.

La crisis económica que atraviesa la Isla es la razón fundamental para escapar, dejando atrás hijos pequeños. Mai, quien no da su apellido por cuestiones de seguridad, era abogada en Cuba y ganaba 4.895 pesos cubanos —poco más de 40 dólares, según el cambio en el mercado oficial—. El sueldo no le alcanzaba para alimentar, vestir y calzar dignamente a su hija de cinco años.

"En Cuba un pomo de aceite te cuesta 1.500 pesos, la libra de arroz está en 250 pesos, ¿entiende?", dice otra joven que el medio español identifica como Ariadna.

En la Isla trabajaba como clasificadora de camarones en una industria pesquera. Su sueldo era de 2.500 pesos y, aunque lo completaba con ganancias obtenidas del trabajo sexual, seguía sin alcanzarle para mantener a sus niños.

Mientras Mai y su prima al menos pudieron costearse los pasajes de avión hasta Nicaragua —que en noviembre de 2021 exoneró a los cubanos de visa, con lo que desencadenó la avalancha de emigrantes de la Isla que comienzan en ese país su ruta hacia EEUU—, Ariadna se lanzó al mar en una embarcación con otros seis balseros. Después de navegar durante 19 días fueron detenidos en Islas Caimán. Se fugaron, agarraron otra lancha y navegaron hasta Honduras.

Mai y su prima ya consiguieron la cita de CBP One para solicitar asilo en Estados Unidos, después de estar mes y medio en Tapachula, donde enseguida pudieron alquilar un lugar para dormir y un empleo. Ariadna de momento trabaja en un tipo de cafetería llamada botanero, en Tapachula.

"Aunque yo tenga que dar mi vida por mi familia, la voy a dar, fue a lo que yo vine —dice antes de ir a atender a un cliente—. Menos que sea matar personas, yo lo que sea voy a trabajar".

En 2022, el número de migrantes de Cuba que fueron interceptados en México ascendió a 41.475, seis veces más que en 2021, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

Un sondeo realizado entre el 23 de marzo y el 8 de abril de 2023 por la encuestadora independiente Cubadata, en el que participaron 1.776 personas de todo el país, arrojó que un 57,5% de los cubanos consultados tenía la intención de emigrar, un 25,3% no estaba seguro de hacerlo, y solo un 17,2% no se planteaba salir de la Isla.

El 77,4% de los encuestados tenía entre 22 y 55 años de edad, el 44% había estudiado en la universidad, y el 45% eran trabajadores de centros estatales.

Si preocupante es que la crisis migratoria esté dejando a Cuba sin jóvenes y sin mano de obra calificada, igual de alarmante es que dentro de esa población que opta por abandonar el país las mujeres vayan camino de convertirse en la mitad.

Las mujeres son uno de los sectores más golpeados por la precariedad en Cuba, pero también son las que asumen principalmente los cuidados de varios de los otros grupos vulnerables, como advierte a El País la socióloga Elaine Acosta, directora del Observatorio sobre Envejecimiento, Cuidados y Derechos Cuido60.

"Las mujeres cubanas tienen un rol protagónico en la provisión de los cuidados", afirma la investigadora asociada de la Universidad Internacional de Florida.

Con la migración, la mayoría de ellas se vuelven cuidadoras transnacionales y envían remesas y otros insumos a los que se quedan: ancianos y niños, sobre todo, la cita el medio español.

Acosta explica además que el paulatino deterioro del bienestar social que debería garantizar el Estado ha vuelto la gestión de la vida cotidiana "cada vez más compleja, difícil y costosa, con un enorme impacto en la salud física y mental de las mujeres".