'La bancarización puede ser la gota que colme el vaso'

La bancarización impuesta por el Gobierno cubano, que busca disminuir la circulación de efectivo en el país, afectará fundamentalmente a los ancianos y las mujeres. Esta medida, anunciada a principios de agosto, se suma a una política de deterioro progresivo del bienestar de toda la población, según la socióloga cubana Elaine Acosta, directora del observatorio sobre envejecimiento Cuido60.

"Veremos graves consecuencias para la población en general, pero afectará especialmente a las personas mayores, con un pobre acceso a la tecnología; las mujeres, que siguen teniendo la principal responsabilidad de la gestión cotidiana de la vida. La bancarización implica más horas de gestión de alimentos, colas y dificultades para el acceso a los servicios", dice la socióloga en Los Puntos a las Íes. 

Los ciudadanos de zonas rurales y los grupos más marginalizados de la sociedad, como las mujeres afrodescendientes, también sentirán con más fuerza esta medida, advierte Acosta.

Para la socióloga, es inaceptable que esta política económica no venga acompañada de un paquete de medidas sociales que mitiguen sus consecuencias negativas.

"Ninguna de estas medidas, que son política económica, han venido acompañadas de una política social. Uno espera que el Gobierno anticipe los impactos, pero no ha sido el caso. La sociedad cubana está poco preparada para esta medida, sin capacitación y con un corto tiempo de implementación", dice Acosta, quien duda que el régimen pueda implementar la bancarización en seis meses, como prometió. 

Las consecuencias sociales de esta medida pueden ser variadas, según la socióloga. El aumento del descontento en redes sociales, la delincuencia, la violencia en las calles y el estallido de protestas ciudadanas, son algunas de estas posibilidades. 

"Tras las protestas que se han venido dando después del 11J la ciudadanía cubana ha aprendido que hay represión, pero también que han podido detener algunas medidas del Gobierno. Esta puede ser la gota que colma el vaso". 

Para Acosta la bancarización recalca la postura totalitaria y dictatorial del Estado, que se ha retirado paulatinamente de la protección social. "Estamos viendo una transferencia a las familias del coste de todas las políticas económicas. Esta es la cultura de 'sálvese quien pueda'". 

La socióloga adelanta que la bancarización afectará áreas fundamentales como la alimentación, el acceso a la sanidad y la educación en el país.

"El curso escolar está a punto de comenzar y sabemos que las herramientas con las que un niño va a la escuela, son cada vez menos garantizadas por el Estado. Son las familias cubanas las que tienen que conseguir los libros y uniformes. La pobreza en la alimentación también impactará la educación y la salud". 

En la sanidad, la socióloga prevé un encarecimiento de los medicamentos básicos que ya escasean  y que son comprados por los cubanos en el mercado informal. "Habrá un encarecimiento, las empresas tendrán que gastar recursos para implementar esta medida y esto lo terminará pagando el cliente".  

Las remesas de los cubanos en el exilio a sus familias en Cuba es una de las principales fuentes de ingresos del régimen. La bancarización también afectará a la diáspora cubana, según Acosta. 

"El Gobierno ha instrumentalizado a la diáspora para resolver sus problemas. Esta vez será usada porque es la única que puede proveer de efectivo a los cubanos. El exilio debe ser más activo y oponerse a esta medida. El Estado se aprovecha económicamente de la diáspora, pero políticamente la sigue desconociendo como un actor".