Un viejo y buen amigo mío residente en Cuba estuvo de visita en EEUU hace algunos años. Mi esposa y yo lo invitamos a cenar en un restaurante y casi sin mirar el menú le dijo al camarero: "Para mí, un bistec con papas fritas".
Casi por reflejo condicionado (emana del cerebro sin pedir permiso), eso es lo que pide la mayoría de los cubanos de la Isla cuando pisan tierra en el aeropuerto de Miami, u otro de cualquier lugar del mundo, y sus familiares o amistades los invitan a comer en un restaurante. "Un bistec de res con una manifestación de papas fritas", como diría un criollo jaranero.
Esa ansiedad irreprimible por comer bistec de vaca es lógica. Es una carne en proceso de extinción en Cuba que los cubanos de a pie solo pueden comer una pizquita, y de puro milagro, de vacas robadas en los campos, sacrificadas y vendida su carne clandestinamente a 300 pesos la libra, o más. Tres libras cuestan casi la mitad de un salario mínimo mensual.
¿Por qué tan alto precio? Además de su escasez, según el nuevo Código Penal comete delito de "receptación" tanto el que roba la vaca, la sacrifica y la vende, como quien la compra para alimentarse. Las penas de cárcel van de nueve meses a cinco años ¿Sorprenden entonces los 300 pesos citados?
Hoy a los cubanos más viejos eso de "bistec de carne de res" les trae gratos recuerdos de su juventud, o de la niñez. Solo al evocarlos se les hace la boca agua. Los más jóvenes apenas la conocen, y muchos niños y adolescentes probablemente no han comido nunca en su vida un filete con crujientes papas fritas.
"Ya se me olvidó cómo se corta la carne, pero jamás olvidaré aquel jueves 20 de diciembre de 1990, la última vez que los vecinos de La Habana pudimos comprar carne de res", así lo contó un carnicero de Centro Habana, Jorge Lobaina, en una crónica publicada en el sitio Contexto Ganadero. "Aquí ya la gente ni pregunta por la carne de vaca, es como que no existe", puntualizó Lobaina.
Lo peor es que los cubanos no solo no pueden comer un buen bistec de res al horno, frito, empanizado o en cazuela, sino tampoco ropa vieja, carne con papa, boliche (carne mechada con jamón), picadillo a la habanera, albóndigas, carne estofada, empanadillas, y otros suculentos platos con carne vacuna. Ni siquiera pueden conseguir un pedacito de ternilla de res con hueso para hacer un sopón y matar el hambre.
Encima, también está perdida la carne de puerco, el pollo de engorde no se produce desde hace más de 40 años, y las importaciones de pollo congelado están limitadas por falta de divisas. El país no produce lo suficiente para obtenerlas.
Y una elocuente curiosidad, tan arraigado está el consumo de carne bovina en la cultura culinaria cubana, que decir bistec, así a secas, significa que es de res, y la palabra carne por sí sola identifica a la vacuna. Las restantes llevan apellido: de puerco, de carnero, de chivo. Y la de pollo, es simplemente pollo. Incluso no pocos consideran que la única "carne de verdad", es la vacuna, y punto.
La carencia de carne bovina es grave, pues es la que más proteína animal aporta, según los nutricionistas. Ese déficit de proteína animal es uno de los mayores problemas en la dieta actual cubana. Dichos especialistas explican que la proteína animal contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo no es capaz de crear por sí mismo, y la proteína de origen vegetal no tiene esa cualidad.
Un bistec de res aporta toda la proteína necesaria en un día
Hoy los médicos recomiendan no comer mucha carne roja porque contiene grasa saturada, colesterol. Eso es factible en países donde los consumidores pueden comprar otros tipos de carnes, pescados y mariscos. En Cuba ya no hay tales opciones.
La ciencia médica sostiene que un ser humano debe ingerir diariamente 0,8 gramos de proteína animal por cada kilogramo de peso corporal, para no sufrir de desnutrición, poco desarrollo, anemia, y otros males. Quien pesa, digamos, 75 kilogramos (165 libras) debe consumir entre 55 y 60 gramos de proteína diarios.
Y ahí está el detalle, un bistec de res de ocho onzas (es el promedio) contiene 60 gramos de proteínas, toda la que se necesita en el día. Eso explica por qué la producción mundial de carne bovina se disparó de 70 millones de toneladas a principio de los años 60, a más de 345 millones de toneladas en 2022, según la FAO.
En Cuba, a golpe de comunismo, ocurrió lo contrario. En 1958 los cubanos eran los terceros mayores consumidores de carne bovina per cápita en Latinoamérica, luego de Argentina y Uruguay, según datos de la FAO, y en 2021 el consumo no llegó a una libra mensual per cápita, según cálculos de economistas independientes, mientras que en la región el consumo fue de 11 libras mensuales per cápita.
El régimen cubano importa pequeñas cantidades de carne de res de Chile, México, Brasil y otros mercados, pero esa carne va al sector turístico y a la oligarquía dictatorial. Que le pregunten a Mariela Castro, su papá, y a toda la alta nomenklatura castrista si ellos no comen carne de res.
Quienes pueden comer un poquito son los cubanos que tienen familiares en el extranjero que pagan desde ultramar a empresarios y a mafiosos de GAESA la entrega en la Isla de carne bovina a domicilio, a 10-12 dólares el kilogramo. Por ejemplo, la Empresa Agropecuaria Obdulio Morales, de Sancti Spíritus, vende filetes de res, carne deshuesada, boliche, palomilla, y riñonada, pagada por "la escoria" cubana emigrada.
En 1918 había 1,5 vacas por habitante, hoy hay tres cubanos por vaca
¿Y las "masas trabajadoras"? Si algo sobra va a las shopping en divisas y a precios inflados desmesuradamente. Si al final sobra un poco de carne puede que vaya alguito por la "libreta" para la hambrienta plebe, si hay alguna efeméride "revolucionaria".
Refresquemos algunas cifras. En 1918 había en Cuba cuatro millones de vacunos y 2,8 millones de habitantes, casi una vaca y media por cada cubano. A principios de 2022 el Gobierno informó que había 3,7 millones de cabezas (300.000 menos que hace 103 años), con 11,1 millones de habitantes. O sea, hay tres cubanos por vaca. En 1959 había casi siete millones de bovinos y 6,6 millones de habitantes, más de una vaca por cada cubano.
Como vimos, quienes no reciben remesas o paquetes de carne vacuna la poquísima que pueden comer, es la de reses robadas en los campos. Según el sitio oficialista Cubadebate, en 2022 fueron robadas 82.445 reses en el país.
Pero aun así la cuenta no da. Si cada bovino robado (están muy flacos) pesaba 800 libras, digamos, y dio 400 libras de carne, fueron 33 millones de libras de carne vendidas "por la izquierda", o sea, solo 3,1 libras al año para cada uno de los 10,6 millones de habitantes (emigraron unos 440.000 en dos años). Estamos hablando de 4,1 onzas mensuales per cápita, o una onza semanal.
Falta de proteína animal causa serios daños, algunos irreversibles
Lo dramático es que el déficit de proteína animal en la dieta afecta el crecimiento, la reparación y mantenimiento de los músculos, tejidos, huesos y dientes. En los niños impide su crecimiento normal, incluso del cerebro, puede ocasionar cierto retardo mental, y un deficiente sistema inmune, así como déficit de ácidos grasos omega-3. También puede causar fatiga y problemas de concentración.
Obviamente, la desnutrición puede comenzar en el vientre materno, y el bebé que nace desnutrido será de más baja estatura, delgado y enfermizo. Podrá tener problemas para su desarrollo intelectual. Médicos cubanos han mostrado que los niños cubanos hoy son más bajitos que décadas atrás, cuando Moscú subsidiaba la economía cubana.
En fin, niños más bajitos, delgados, o enfermizos, con cierto riesgo de retardo mental, adultos desnutridos con su sistema inmunológico afectado por el déficit proteico y que solo pueden comer una sola onza de carne vacuna cada domingo. Son esas huellas inequívocas de la "continuidad revolucionaria".
Para que mi nieto se comiera un pedazo de carne de res se le compraba una sra que la traía en la barriga y se ponía un blusón bien ancho y para cocinarla teníamos que cerrar puertas y ventanas para que el olor no saliera afuera gracias a Dios pudimos salir de ese pais llamado Cuba de mierda que desgracia nos callo
Un huevo duro dobla la esquina en La Habana, corriendo a más no poder y para su sorpresa había un suculento bistec de lo más relajado, apoyado a la pared.
- Corre, bistec! Ahí vienen los cubanos y tienen mucha hambre!
A lo que el bistec responde:
-Corre tú, a mi ni me conocen.
En Cuba en los 70 y 80 todavía se comía res. Racionada venía en la novena y en algunos restaurantes se comía. Los que nacieron a partir del 85 más o menos no saben lo que es un bistec.
Aunque se ha puesto de moda el vegetarianismo y el veganismo yo sigo disfrutando comiendo carne, y recuerdo con tristeza que el primer chuletón que comí en casa de unos parientes de mi padre que nos invitaron a comer recién llegados a Canarias lo regué con mis lágrimas pensando en mi madre y hermanos que se habían quedado en la isla.
Yo a los veganos que encima se ponen bastante pesados con los que seguimos disfrutando de un buen bisté los enviaba sin miramiento alguno a la isla, ahí iban a estar en la gloria, no carne, no pescado, no pollo.
"En 1959 había casi siete millones de bovinos y 6,6 millones de habitantes, más de una vaca por cada cubano", nos aclara RAQ con dolorosa exactitud. Y eso que no eran vacas sagradas; o sea, que se mataban en número elevado para el consumo, de acuerdo con la demanda (que era mucha). No siempre y no todos comían filete de palomilla, claro, pero había otras opciones de bistec. Y en un final gandinga, como se decía en la época. Se podía comprar hígado y oras vísceras a precio módico. O , si no, el hueso envuelto en carne que se lo echaban a los frijoles colorados y luego daba para una 'carne ripiá' riquísima. No me xodan con el cuento de que no todo el mundo podía comprar carne. Que una libra de picadillo costaba igual que una cerveza o una cajetilla de cigarros, o sea, una peseta, siendo Cuba un pueblo bebedor y fumador. Tan floreciente era la ganadería cubana que se exportaba hacia Venezuela y otros destinos cercanos. Lo sé porque mi abuelo en alguna ocasión embarcó vacas por Casilda.
De niña visitaba la casa de unas amistades de mi madre, gente humilde y trabajadora, él trabajaba en la zafra y en tiempo muerto de pinche en un restaurante, ella limpiaba en una casa de Guanabo, el matrimonio tenía una hija de mi edad más o menos, y cuando nos invitaban a almorzar nunca faltaba el picadillo con su arroz y ensalada, aparte de los frijoles o una sopa, y siempre había algún flan para los pequeños. Aún tengo en mi poder una foto de mi amiguita, una "negrita" con su bonito vestido de cumpleaños y sus zapatos blancos con su medias con encajito en el puño, año 1957.Luego llegó el comandante y mandó a parar.
Lleva razón. Y hasta había puestos de fritas donde se podía comprar un pan con bistec.
Muy interesante este artículo, como siempre.
No sabía que la carne en Cuba escasea desde hace sesenta años.
Nada extraño, mediquito peste a pinga...tu siempre has sido un pendejo.
Si pinchas tienes toda la carne que quieres tanto en el plato como en la punta del palo.
Si no pinchas sólo tienes la carne ablandada por los palos.
Entonces, Weston, tú comías carne en Cuba todos los días. ¿Por qué te fuiste? Por eso es que aquí te hacen bullying. Salí de niño en los sesenta y me acuerdo de que ya era una tragedia comprar carne, mi madre se la compraba a un guajiro que se arriesgaba el pellejo trayéndola y le pagaba en dólares.
Es lo que yo digo Juanito, tú eres un ser inocente, buena gente. Tú no entiendes nada.
Saludos.
Bueno, de acuerdo a lo que escribiste, te conteste, pero yo sé que lo tuyo es pelear con el músico. En Cuba de acuerdo a ti o tu tirada sarcástica o humorismo negro, había carne en los 60 y bastante.
En todo hay sus excepciones.
Conocí la historia de un guajiro que llegó a Hialeah y cuando le pusieron delante un bistec de palomilla con papas y una Coca Cola, expresó: ¡Coño, aquí sí que están atrasados, todavía siguen comiendo lo que se comía en la isla antes del 59!
Preguntó si tenían en el menú picadillo de Soya.
Santico __ Una pregunta. Usted que es mentalista del Ringling Brothers ¿cómo sabía si lo del guajiro no era una simulación, si fingía, era una ilusión o un espejismo? 🦹♂️
Mozart, porque el guajiro no hizo ni conato de huelga, se comió todo el picadillo que pidió.
😇😇😇
Después que un cubano recién llegado ve la gran variedad de comestibles en EEUU, lo menos que come es pan con bistec.
Lo que come el cubano de a pie sólo Dios y los que lo producen lo saben! Cuando se habla de la cocina cubana, hay que irse de los 90s hacia atrás.
La libra de carne de res en Cuba, a contrabando, es la más barata de todo el mundo y en toda la galaxia, en USA está tan cara que es recomendable ni mirarle el precio si tienes interés en comerla sin berrinche; en el ‘92 en mi aldea se conseguía a dólar la libra, el mismo precio de la cañada del Sedano de la época; no sé de qué carajo se quejan los cubanos, o este es un artículo de ciencia ficción?
Creo que se equivoca cuando dice que una libra de carne de res está a 300 pesos (1,50 dólares). Lo dudo mucho.
Serán 3000