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Política

No es momento de bajarle el fuego al castrismo, Bob Menéndez lo sabe

Lejos de lo que opinan algunos miembros del Partido Demócrata, el abrupto aumento de la migración cubana es impulsado por el castrismo, no tiene que ver con el embargo.

La Habana
El senador demócrata Bob Menéndez.
El senador demócrata Bob Menéndez. B. Menéndez/Twitter

En mayo pasado, la congresista demócrata Verónica Escobar, secundada por más de 50 economistas y especialistas en política exterior, envió una carta al presidente Joe Biden, demandando levantar el embargo en base a que, según ella y sus expertos, este exacerba la migración hacia Estados Unidos.

A la misiva respondió en menos de 24 horas —una inmediatez que trasluce pasión y compromiso— el demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y uno de los bastiones de la "línea dura" contra el régimen de La Habana, por más que esta posición sea vilipendiada por su aparente fracaso.

Y es que, aunque el resultado óptimo del embargo estadounidense, democratizar a Cuba, no se ha alcanzado, ¿cuántos de los "derechos" —más bien permisos— que los cubanos de hoy disfrutan y que no tenían sus semejantes de los 70 y 80, existirían de haberse mantenido inamovible aquella economía hipercentralizada que le permitía al castrismo conculcar derechos civiles y económicos? O —y de esto deberían saber esos expertos en política internacional— ¿cuántos recursos habría dedicado el Gobierno cubano, de tenerlos, a financiar guerrillas armadas en Hispanoamérica?

Si quebrado como está el castrismo —no los castristas— ha continuado apoyando movimientos urbanos para desestabilizar gobiernos en Chile, Argentina, Perú, Bolivia o Ecuador, y ha seguido promoviendo vía Foro de Sao Paulo y similares el antinorteamericanismo de venas abiertas y cerebros vacíos que infecta todo al sur del río Bravo, ¿cuánto más daño habría hecho de tener recursos?

En su respuesta, Bob Menéndez fue al hueso del asunto, y aun cuando Estados Unidos sufre una inmigración ilegal descontrolada, sin dejarse intimidar por cómo la dictadura cubana regula los flujos humanos a conveniencia, mantuvo la disputa donde debe estar, en los valores y principios de libertad y derechos como los que gozan en Estados Unidos, pero que, a la muy progresista congresista Verónica Escobar y a sus acólitos, parece no importarle que no existan en Cuba.

El senador cubanoamericano entiende que el abrupto aumento de la migración de la Isla los dos últimos años, lejos de ser causado por el embargo ¡demuestra precisamente lo contrario!, la poca relación entre estos dos fenómenos, pues al aumento sin precedente de los flujos migratorios no le precedió ningún endurecimiento en el "bloqueo", el cual, por el contrario, es cada vez más permeable como muestra el milmillonario comercio entre Cuba y Estados Unidos.

Lo que sí cambió hace dos años fue la política castrista que, a través de la Tarea Ordenamiento, cuando el país estaba en el pico de COVID, suprimió de un plumazo las políticas paternalistas del fidelismo, al mismo tiempo que destruía los salarios reales para hacer más eficientes las empresas estatales, luego de arrasar con el cuentapropismo, un sector verdaderamente privado y pujante aun con las limitaciones que padecía. En definitiva, fueron las políticas de La Habana, no las de Washington, las que desataron la ola migratoria.

Bob Menendez, además, comprende que solo un Gobierno que no permite libertades ni rinde cuentas a su pueblo —y ese es el meollo del asunto— puede lanzar impunemente una política tan cruel y malintencionada que tenga entre sus objetivos fomentar la emigración para bajarle presión al país y aumentar el número de cubanos que desde el exterior envían dólares, al mismo tiempo que se presiona a la Administración demócrata para que haga concesiones sin contrapartidas, una nueva obamización.

"Lo cierto es que cubanos y venezolanos están dejando sus patrias por un simple hecho: sufren bajo el yugo de brutales dictaduras que reprimen violentamente a sus ciudadanos y que han destruido las economías de sus países a través de mala gestión y sobornos generalizados", describió correctamente el senador.

Y es que en Cuba economía y política son la misma cosa desde que el castrismo robó los medios de producción —incluyendo la fuerza laboral— y supeditó el bienestar del pueblo a su permanencia en el poder. Los emigrantes cubanos, tanto o más que salvadoreños o guatemaltecos, huyen de una banda armada y violenta, con la diferencia de que en Cuba la Salvatrucha se llama Partido Comunista (PCC) y secuestró el Gobierno hace 64 años, teniendo al país entero como rehén.

Entonces, ceder ante la presión migratoria desentendiéndose del destino político de la Isla no solo es ruin y moralmente injustificable sino, además, y principalmente, es legitimar y financiar un régimen abiertamente hostil, que conspira de forma activa con los mayores enemigos del pueblo norteamericano —China, Rusia, Irán—, con el aval de haber instalado misiles nucleares de una potencia enemiga y belicosa a pocos minutos de algunas metrópolis estadounidenses.

Y, para colmo, el argumento de la ola migratoria, además de moralmente inválido, es incluso contraproducente, pues ¿cuánta más migración recibiría Estados Unidos si los Castro logran multiplicar su infección más allá de Venezuela y Nicaragua?

El castrismo, contrario a lo que piensa la progresía norteamericana, es extremadamente conservador y, como el macao, solo suelta cuando le dan candela. No es momento aun de bajarle el fuego a este cangrejo, los cambios y "derechos" que ha cedido el castrismo son reversibles o encaminados a su propia salvación. Solo cuando la finca pase a Estado de Derecho perderá su utilidad el embargo; solo entonces, no ahora, y eso Bob Menéndez lo sabe.

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8 comentarios

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Profile picture for user Pedro Benitez

Abajo las corrientes que definen el antinorteamericanismo

Profile picture for user Ana J. Faya

Ninguna solución en Cuba va a pasar por cualesquiera de las adaptaciones de política que establezca EEUU --o algún otro país. Sin embargo, la postura confrontacional, de oposición al régimen de la isla, que sucesivas administraciones han mantenido --embargo incluido-- de ser cambiada por otra "más noble" de acercamiento, sería darle un espaldarazo al régimen cubano, legitimarlo como interlocutor, concederle la capacidad de entrar en una negociación en la que no ha demostrado un ápice de interés, como señala el artículo. Además, en las circunstancias actuales de guerra de Rusia contra Ucrania respaldada por la OTAN, ese cambio de política no sería aconsejable para EEUU cuando Díaz-Canel S declaró su total respaldo a Rusia y ha dado pasos verdaderamente peligrosos en ese sentido. EEUU ha sido líder en la oposición internacional al régimen cubano, ese --pienso-- es su más útil y mejor papel. Quede la solución de Cuba en manos de los cubanos, los de dentro y fuera, de nadie más.

Profile picture for user guampara

Le da respaldo no solo a Rusia sino también a cuanta alimaña antiestadounidense existe en este planeta, y asi tan descaramente quieren que los Yankees los saquen de las listas y que les quiten bloqueos, en que dimensión viven los comuñangas de la isla manicomio? A cual sistema solar pertenecen esos hijos de la gran puta?

Profile picture for user Amadeus

Excelente análisis Rafaela, como siempre. El régimen no le interesa que el país se abra a la libre empresa y lo ha estado demostrando hasta ayer. Quieren el control absoluto de la economía en el mejor estilo soviético, y no habrá suspensión del embargo mientras sigan cerrados a cal y canto. Los demócratas le han dado todas las posibilidades para hacerlo, pero se han negado. No quieren hacer concesiones y cuando se necesita de alguien, esas concesiones hay que hacerlas porque la vía es en dos direcciones. Con los republicanos siempre será peor. No hay otro arreglo en ese país que largarse.

Profile picture for user Weston

Mama, le estas dando un buen consejo a la Sra. Cruz: “largarse”. 😊

Profile picture for user Amadeus

Papo__ ¿También vas a incluir a Rafaela en la lista de los que difamas y atacas?