La burocracia campea desde hace décadas en Cuba y ahora el primer ministro Manuel Marrero Cruz dice que afecta la atención a la población, un asunto que adolece de celeridad, rigor y suficiente comprobación por parte de los gobiernos locales, según publicó el diario oficial Granma.
Este martes, en el balance del trabajo de 2022 del Departamento de Atención a la Población del Palacio de la Revolución, María del Carmen Cedeño Rodríguez, jefa de esa oficina, dijo que el año pasado se atendieron en el país 684.976 casos recibidos por diferentes vías.
Según Cedeño, los asuntos más reiterados estuvieron vinculados a las solicitudes de viviendas, terrenos, atención médica, morosidad en la actuación contra ilegalidades, así como la falta de agua. También se recibieron quejas sobre los cortes de la energía eléctrica y dificultades para adquirir productos en las tiendas de las cadenas Caribe y CIMEX, así como "insatisfacciones" con el monto de las pensiones de los jubilados y los altos precios de los artículos de primera necesidad y los servicios.
No precisó, sin embargo, el número de quejas solucionadas en un país con una crisis sin precedentes que golpea todos los sectores y ha profundizado el malestar de los cubanos en medio de situaciones familiares cada vez más precarias.
El informe presentado por la funcionaria dice que "las personas designadas para atender a la población no siempre actúan con la sensibilidad, humanismo y profesionalidad exigidas, en ocasiones no se brindan respuestas oportunas y fundamentadas a los asuntos planteados".
"Se detectan asuntos considerados con lugar, que se dan por concluidos con la respuesta, y no se les da seguimiento a la restitución de los derechos quebrados y se manifiestan insuficiencias en la atención a los segmentos poblaciones en situación de vulnerabilidad", añade.
"En los trámites no podemos decir que hemos logrado que tengan un curso expedito, con tiempos razonables, para que las personas reciban la atención o la respuesta; todavía hay exceso de burocracia en este importante asunto", dijo por su parte Marrero Cruz.
La actividad de atención a la población tiene rango constitucional. La Carta Magna en sus artículos 10, 53 y 61 establece la obligación de los órganos del Estado de atender y dar respuesta al pueblo.
"Tenemos que continuar profundizando en la manera en que diseñamos, estructuramos, organizamos, implementamos y controlamos la atención a la población a nivel de país", señaló el jefe de Gobierno, quien apeló una vez más a "aunar esfuerzos e inteligencia colectiva en la búsqueda de soluciones a nuestros problemas".
Marrero Cruz admitió que "en los procesos de atención a la población no siempre se aplica el principio de celeridad y rigor en los resultados y se mantiene el formalismo en muchas de las respuestas, así como insuficiente comprobación de los asuntos por parte de los gobiernos".
Según Granma, el dirigente dijo que existen dilaciones excesivas en los términos de los trámites y se ofrecen justificaciones y respuestas que no satisfacen los planteamientos y reclamos de la población.
En palabras del primer ministro, "la atención a las quejas y peticiones de las personas debe sustentarse en principios inviolables como: objetividad, imparcialidad, celeridad, transparencia, veracidad y calidad de la información, retroalimentación constante y fundamentación de las respuestas".
Habló de la necesidad de aprobar una ley de atención a quejas y peticiones de las personas, que ha sido puesta a consideración de varias instancias antes de su presentación a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y de que "nazca con todos los elementos necesarios". En opinión del funcionario, "por sí sola esa norma jurídica no resolverá los problemas que hoy tenemos".
"Lo menos que podemos hacer cuando no tenemos las condiciones materiales para dar una solución, es dedicar todo el tiempo a escuchar y a explicar", añadió Marrero.
"No puede existir el llamado 'peloteo'; la mayor respuesta a la población es allí, metido en el terreno, donde está el problema. Sensibilidad y humanismo deben distinguir a todos los que, como servidores públicos, tienen la alta responsabilidad de atender a la población", concluyó.
Estos discursos que llevan en el aire décadas tienen hartos a los cubanos, quienes han dejado de tragarse las justificaciones del régimen de las escaseces que padecen en medio de pedidos de "confianza" y "sacrificios".
Esta misma semana una madre cubana preocupada por el déficit de vacunas que ha afectado el esquema de vacunación infantil exponía claramente el asunto de la "desatención" a la población.
"Ante mi preocupación escribí a la página facilitada por nuestro presidente para plasmar inquietudes. Mi carta fue recibida (tengo evidencia pues me enviaron un correo) y reenviada al Ministerio de Salud Pública. Y hasta ahora no he recibido respuesta. Al parecer lo que funciona es la catarsis en las redes, hacer directas, sonar calderos o paralizar tráfico. Por las vías normales no hay respuesta para las madres que estamos preocupadas por el sistema de inmunización de nuestros bebés", añadió.
En los últimos tres años las redes sociales han servido para amplificar los problemas que padecen los cubanos. La repercusión ha permitido que algunos de ellos, muy escandalosos, hayan sido, al menos, respondidos. Pero el malestar ha saltado también a las calles con manifestaciones ante gobiernos locales y sedes partidistas para exigir lo que se han casado de plantear por los canales establecidos.
La más grande expresión de la falta de respuesta gubernamental a las necesidades del pueblo en las últimas seis décadas, tanto materiales como en cuestiones de libertades, se concretó el 11 de julio de 2021. Hace casi dos años ya miles de personas en unas 50 localidades y ciudades de todo el país salieron a las calles a protestar, la mayoría de manera pacífica. El resultado fue la toma de algunas medidas cosméticas por parte del régimen, en medio del encarcelamiento y procesamiento penal de cientos de manifestantes.
Un burócrata contra la burocracia.
Jajajaja....
Marrano degenerado!!!!
Vállense coñoooo Gordo Grasiento… HP
El comentario a esta noticia debía comenzar como los cuentos infantiles, "Había una vez..." Muchos de los que aquí comentan, y escriben para DDC, no habían nacido cuando El Difunto en Jefe en los 60 "se enfrentó" al burocratismo; hasta un año fue bautizado como lucha contra el burocratismo, o algo parecido. El ICAIC hizo aquella película, entonces simpática, "La muerte de un burócrata". Pero nada se resolvió. Al burocratismo se le sumaron la ineficiencia y la apatía de los funcionarios públicos, y pasó un año tras otro, y hoy estamos aquí, con este cara de lata de Primer Ministro. La Oficina de Atención a Asuntos a la Población existe desde tiempos remotos. Se dedican a escribir cartas de acuse de recibo, según, o a informar al MININT u otras instancias, según también. Muy rara vez ayudan a que algo se resuelva.
El hombre piensa como vive. Este señor no ha pasado trabajo para resolver sus papeles, por lo tanto no tiene idea de lo que pasa hasta q le cuentan y tiene q hablar de ello. Es un mentiroso compulsivo amante de Starbucks (ni para eso tiene gusto)
todo el mundo sabe que el gobierno tiene como único objetivo mantenerse en el poder y hacer sus negocios de robo sin demasiados problemas; el bienestar del pueblo ni siquiera se contempla, tan solo a nivel cosmético y aún. Es lógico que reciban con atención quejas de la gente y también es lógico que las deriven al departamento correspondiente en donde son archivadas y a lo mejor envían una respuesta con alguna excusa absurda, pero no resuelven el problema porque no tienen ninguna intención de resolver nada de nada, que el pueblo llano siga con su problema y así no creará otros problemas. No interesa que el pueblo adquiera riqueza y bienestar, como toda tiranía es necesario mantenerlo ocupado en sus acuciantes problemas sin solución ni esperanza porque sabe que en caso de rebelarse le esperan años de cárcel. al final la única solución es emigrar y enviar después dinero para que la cleptocracia siga mantenerse en el poder, aparte de algunas migajas que recoge su familia en Cuba.