El alto representante de la Unión Europea (UE) para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no fue recibido a su arribo a Cuba, como se esperaba, por el canciller Bruno Rodríguez, su homólogo entre los funcionarios del régimen de Cuba.
La agencia EFE apuntó que, extrañamente, Bruno Rodríguez se habría ausentado "tras presentar un cuadro de gripe".
"Repentina afección viral me obliga a aislamiento responsable", tuiteó el canciller cubano. "Cálida bienvenida al Alto Representante de la UE, Josep Borrell, y deseos de éxitos al Consejo Conjunto Cuba-UE. Gratitud por la demanda de la UE de poner fin al bloqueo y exclusión de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo".
"Lamento no haber podido estar con él", dijo el diplomático europeo. Pero las especulaciones llueven, sobre todo después que el régimen de la Isla estrechara sus lazos con Moscú, que tiene a la UE entre sus principales adversarios tras la invasión de Ucrania.
Según el reporte de EFE, el encuentro con Rodríguez iba a ser uno de los momentos clave de la agenda de Borrell, junto con el consejo conjunto del viernes. También estaba contemplada una declaración conjunta sin preguntas de la prensa.
Miguel Díaz-Canel sí se reunió con el funcionario europeo, y tuiteó que "constatamos la contribución del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba a los avances en las relaciones entre Cuba, la UE y sus Estados miembros, y la madurez alcanzada al abordar diversos temas de manera respetuosa y bajo principios de reciprocidad e igualdad".
Borrell afirmó el viernes que la delegación que preside abordará con el Gobierno de Cuba "muchos temas" para "el bienestar y la prosperidad" del pueblo de la Isla.
El funcionario realizó estas declaraciones tras iniciarse los trabajos del tercer Consejo Conjunto UE-Cuba en La Habana, después de ser recibido por el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas, quien encabezó la delegación cubana al encuentro.
Al finalizar esa reunión, Borrell se limitó a tuitear: "Hemos hecho balance de nuestras relaciones bilaterales y abordado nuestros diálogos políticos y sectoriales para continuar la implementación del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la UE y Cuba".
La visita del alto representante, iniciada el miércoles y que concluye el sábado, ha estado precedida por las peticiones de varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), que exigieron a Borrell que los derechos humanos sigan siendo una prioridad en la política de la UE hacia Cuba.
Su principal demanda está ligada a la represión de las protestas del 11 de julio de 2021, estallido social que ha dejado más de 1.000 presos políticos, algunos de ellos con hasta 30 años de cárcel.
En ese contexto, al menos 15 prisioneros políticos cubanos se han declarado en huelga de hambre en los últimos días, en reclamo de que el mundo tome en cuenta su situación y el representante europeo la aborde en La Habana.
Pese a ello, hasta el momento el único comentario público al respecto tuvo que ver con el anuncio de que la UE sostendrá una conversación sobre derechos humanos con el régimen cubano antes de que finalice 2023.
"Nuestro deseo es acompañar a Cuba en su proceso de apertura, de reformas económicas y sociales, desde una relación de respeto mutuo para cooperar en la mejora de la vida de todos los cubanos. Y para eso celebraremos pronto un diálogo sobre derechos humanos, espero poderlo hacer antes de fin de año", dijo Borrell el jueves, en un encuentro con emprendedores de la Isla.
Las palabras de Borrell parecen transmitir el mensaje de que las violaciones de derechos humanos que perpetra el régimen cubano no serán prioridad durante su presente visita, pese a que antes de viajar a la Isla afirmó que estaban en su agenda.
Asimismo, mientras Borrell se reunía con emprendedores y celebraba la creación en la Isla de unas 8.000 micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) desde 2021, activistas denunciaban represión contra varios presos y sus familiares. A estos últimos, la policía política les impedía salir de sus viviendas y los mantenía bajo vigilancia.
En cambio, el jefe de la diplomacia europea fue guiado el jueves en un recorrido por La Habana durante el cual, según dijo en sus redes sociales, intercambió con el pueblo, comió pastel de guayaba, aprendió jugadas de dominó y manifestó su respaldo a las MIPYMES.
"Escuchando voces cubanas en Centro Habana. Hablamos sobre sus inquietudes y desafíos de la realidad cotidiana. Comimos pastel de guayaba. Me enseñaron jugadas de dominó", escribió Borrell en Twitter, donde le llovieron cuestionamientos de decenas de usuarios, entre ellos familiares de manifestantes del 11J encarcelados por motivos políticos.
El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, que rige las relaciones bilaterales, se firmó en diciembre de 2016 y está en vigor de forma provisional desde el 1 de noviembre de 2017 porque el parlamento de Lituania lo rechazó.
Este acuerdo supuso el fin de la llamada "posición común" de la UE hacia Cuba, que la Unión mantenía desde 1996, y que vinculaba todo avance en la relación bilateral a los progresos en democratización y derechos humanos en la Isla.
Por supuesto que nos corresponde a nosotros lograr el fin del castro-comunismo, no a la UE. Obvio, pero las hipocresías andan sobrando, señor Borrell.
Como siempre, una vez más, el bienestar del pueblo cubano no está en la agenda del gobierno cubano.
Dicen que Bruno tiene sida y que le queda poco antes que acompañe a callejas y demás esbirros en el infierno.
¿A Raul y Alejandro Castro no les gusta el tono de Bruno Rodríguez? No lo maten.