Las labores de recuperación de la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras de Matanzas luego del desastre mortal del viernes pasado se enfocan todavía en la extracción del hollín que permanece en el interior de la chimenea y la limpieza del área alrededor de ese sector, informó la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Misbel Palmero, director de la CTE, explicó que una brigada de la Empresa de Construcción y Montaje Especializado (ECME) labora en la zona en la cual se produjo el desplome de una pared de división que ocasionó la muerte de dos obreros de esa misma entidad.
"Aún se estudia el cronograma de trabajo para solucionar los daños a la estructura, pero contamos con los recursos materiales y humanos para llevar a cabo la tarea, que no debe exceder el tiempo destinado para el mantenimiento del bloque, previsto hasta finales de mayo venidero", dijo el ingeniero.
Sin embargo, es una realidad que los trabajos para poner en óptimas condiciones la chimenea del desastre añaden presión al plan general de mantenimiento uno de los mayores bloques generadores de electricidad en Cuba.
Palmero Aguilar dijo que las acciones constructivas abarcarán, básicamente, el levantamiento de las paredes laterales derribadas para facilitar la extracción del cuarto operario sepultado por los escombros, en tanto se estudia la factibilidad de construir un nuevo tabique en el interior de la chimenea.
En la tarde del viernes 7 de abril, luego del derrumbe de la pared divisoria de siete metros de altura, cuatro obreros de la ECME quedaron sepultados en la parte inferior de la chimenea, dos de ellos fueron rescatados poco tiempo después y atendidos en el Hospital Provincial comandante Faustino Pérez, en Matanzas, además de un tercero que ayudó en el rescate.
Pese a las labores de salvamento, que se extendieron por casi 30 horas, en el incidente perecieron Alexis Bernardo Labrada Junco y Lázaro Montero Pita.
El martes el primer ministro Manuel Marrero Cruz dijo en una reunión del Gobierno que "estos incidentes comprometen más al personal del sector en la identificación y evaluación de los riesgos y en la elaboración de un plan de medidas para evitar accidentes laborales", según publicó el diario oficial Granma.
El domingo la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) emitió una declaración en la que además de transmitir sus condolencias por el dramático incidente llamó a las autoridades a velar por la seguridad de los trabajadores.
"Expresamos nuestro disgusto por la errónea labor de rescate que se llevó a cabo al derribar parte de la estructura que quedaba en pie cuando aún permanecía sepultada entre los escombros la última de las víctimas", señaló la ASIC.
"De acuerdo con la información recibida y que apunta a una mala práctica que originó el lamentable accidente, hacemos un llamado a las autoridades responsables para que en lo adelante garanticen las condiciones de trabajo adecuadas, decentes y seguras para que sucesos evitables como este no vuelvan a repetirse", señaló.
Tras el hallazgo de la primera víctima mortal, el sábado, las labores de rescate se complicaron. Autoridades informaron entonces de una nueva estrategia que requirió de equipos pesados.
El plan consistió en abrir orificios en las paredes de la chimenea, lo que finalmente permitió el drenaje de escombros y de hollín incrustado durante años con mayor agilidad. Según publicó Granma, al ser expulsados hacia el exterior, los gases contaminantes eran perceptibles a una distancia considerable.
Muy cerca de la termoeléctrica ocurrió el devastador incendio que redujo a cenizas la mitad de la base de supertanqueros, en agosto pasado, en lo que se considera el mayor desastre petroquímico de la historia en Cuba. En ese episodio murieron 17 personas, sobre todo bomberos y rescatistas.