El incendio de Pinares de Mayarí, Holguín, 'ya fue sofocado completamente por la lluvia', aseguró bajo condición de anonimato a DIARIO DE CUBA una fuente cercana a las fuerzas que combatían las llamas.
"Los primeros chubascos del miércoles pasado no llegaron a los focos de la loma de Los Ñames y La Llorona, cerca de Cochuflí. El fuego parecía controlado la semana pasada, pero volvió a soplar el viento bien fuerte y se reactivaron con fuerza los focos en Cochuflí, amenazando rumbo a Casimba", detalló la fuente.
Ricardo, un vecino del barrio Monteverde (poblado al pie de las montañas), y extrabajador de la empresa Forestal, dijo sobre el incendio que duró alrededor de un mes: "parecía que se iba a quemar el barrio y el fuego bajaba para el llano desde el valle de Mayarí. Se nubló el cielo del humo y las cenizas cuando comenzaron a arder las faldas de las lomas aquí cerca. La cosa se estaba poniendo fea de nuevo, pero por suerte vino la lluvia y paró el fuego. Ese incendio solo lo apagaba la lluvia".
Los 31 milímetros de precipitaciones que cayeron en la noche del miércoles y la madrugada del jueves, apagaron completamente los nuevos focos que ardían en las cercanías del salto del río Guayabo, cerca del barrio Monteverde. El mirador y las instalaciones turísticas de este sitio estuvieron amenazadas por el fuego, pero entre el viernes y el domingo varios aguaceros llegaron a los focos más alejados y los sofocaron.
"La lluvia es el único bombero capaz de apagar un fuego así en un bosque como ese, de pinos y matorrales medio secos por tantos meses de sequía. Eso es como una pólvora, no se apaga si no le cae agua del cielo al mismo tiempo. Lo que hacían era casi por gusto, más bien para proteger las instalaciones del turismo y de la Empresa Flora y Fauna. ¡Menos mal que finalmente llovió!", comentó a DIARIO DE CUBA Noel, un exguardabosques que operaba en Pinares de Mayarí.
"Vi muchos incendios forestales que se apagaron rápido porque llovió y algunos que duraron semanas porque tardaba en llover. Y eso que antes se podía movilizar a cuanta gente se quisiera por los CDR. Pero sin lluvia no se apaga completamente", dijo el exguardabosques.
Aunque ha cesado, el fuego deja un impacto ambiental y económico enorme. Las autoridades incurrieron en enormes gastos intentando apagar el incendio. Además, provocó daños en plantaciones, lo que pudiera llevar a un aumento de la escasez y la inflación.
"Este incendio acabó con el poquito de café que quedaba y dejó a Pinares arrasado. La cosa se va a poner todavía peor. Es más desgracia lo que se avecina. El café se va a poner carísimo, se va a perder y seguramente el precio pasará como con el arroz, que hoy está a 100 pesos la libra, pero la gente teme que en un par de meses se desaparezca y llegue a 500 pesos. Esto es de locos", opinó René, un comerciante ambulante que se mueve por la localidad.
Las autoridades del municipio Mayarí y la Defensa Civil dieron por 'controlado' el incendio desde el día 8 de marzo, diez días antes de la total extinción gracias a la lluvia. En esa fecha se calculaban cerca de 6.000 hectáreas consumidas por las llamas. Sin embargo, una fuente consultada por DIARIO DE CUBA dijo que "se dejó de calcular el área afectada a la espera de un equipo especializado que usa drones e imágenes satelitales, para tener un dato más preciso". Extraoficialmente se maneja que la cifra podría ubicarse entre 8.000 y 10.000 hectáreas quemadas, casi todas de bosques.
Hasta la próxima semana, las zonas afectadas por el incendio forestal de grandes proporciones en Pinares de Mayarí serán evaluadas por un equipo del Centro de Investigaciones Ambientales (CISAT) de Holguín, reportó el diario oficial Granma.
El director general del CISAT, Wilder Carmenate Reyes, dijo que "la evaluación se inició por el área protegida Parque Nacional Mensura-Piloto y se ampliará a toda la meseta de Pinares de Mayarí afectada por el incendio". El funcionario añadió que otro grupo comenzará sus recorridos el próximo día 27 de marzo junto a especialistas del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIECO), de Santiago de Cuba.
"Esperamos en los próximos 30 días terminar el informe de evaluación", detalló Carmenate Reyes. En ese informe se incluirán las estrategias a seguir para rehabilitar las zonas afectadas.
