Una neblina de humo y cenizas, proveniente del incendio forestal que desde hace 11 días afecta a Pinares de Mayarí, en la Sierra de Nipe, Holguín, cubre desde la mañana de este miércoles el cielo en el valle de Mayarí, el área más poblada del municipio y donde se encuentra la ciudad cabecera.
"Se viró el viento y trajo el humo. Normalmente sopla viento del norte-noreste y por eso aquí, en Mayarí, estábamos ajenos a los efectos del incendio, pero ya nos tocó. Tuvimos suerte hasta ahora", comenta Alfonso Suárez, un mayaricero de 72 años, jubilado del sector forestal. "El viento sur, que sopla desde esta mañana, está trayendo humo y cenizas. Ojalá pare pronto, porque si se mantiene por varios días esto se va a poner que no se va a ver nada de nada", aseveró.
A 200 metros de distancia, aproximadamente, la visibilidad comienza a opacarse, y en el horizonte cuesta trabajo divisar hasta las montañas que rodean el valle, principalmente en el lado de la sierra Nipe, donde están la meseta de Pinares de Mayarí y la zona del incendio.
Al indagar vía telefónica en el Cuerpo de Guardia del Hospital Mártires de Mayarí, el principal centro asistencial del territorio, se pudo verificar que el humo y las cenizas "todavía no ha tenido un impacto en la salud de las personas, pues no se ha registrado un incremento 'anormal' de pacientes con signos de dificultad respiratoria. Todo está en los rangos habituales". Sin embargo, es posible que en las próximas horas o días comience a haber consecuencias.
A 11 días de iniciado, el fuego todavía se encuentra "fuera de control" y ya afecta cerca de 4.000 hectáreas de bosques madereros de pinos y matorrales. A pesar de los ingentes esfuerzos y cuantiosos recursos empleados, no se pudo impedir que el fuego llegara a la zona de Pinarito y Vigindy, perteneciente a los municipios Mella y San Luis, de la provincia de Santiago de Cuba, fuera de la meseta con riscos de mayor dificultad para el acceso.
El reporte oficial del periodista oficialista Emilio Rodríguez Pupo, de la emisora local Radio Mayarí, desde el frente de combate al fuego, indica que hubo avances en los focos de Cochuflí y Casimba, cerca de la loma de la Mensura, pero el incendio sigue "sin poderse controlar". Sin embargo, "funcionó la trocha" reforzada para proteger "la estación ecológica Poza de Rafael, en el Parque Nacional Mensura-Piloto, en parte consumido por las llamas".
Según Noel Ricardo, un trabajador citado por Rodríguez Pupo que pasó la noche en vela chequeando el fuego en la estación ecológica, su avance estuvo "muy cerca, pero no entró. Estuvimos rodeados por el fuego, pero preparamos bien el área".
El combate de este lamentable siniestro ha sido reforzado con la aviación y equipos pesados de varias empresas y militares. 400 efectivos, muchos presumiblemente adolescentes del Servicio Militar Activo (obligatorio), han sido incorporados a esta dura y peligrosa actividad.
Cabe señalar que el impacto económico del incendio forestal es muy elevado, aunque aún no ha sido cuantificado oficialmente, ni siquiera de forma parcial, por ser un evento en desarrollo. Al daño a la empresa forestal local por la paralización de sus actividades y la pérdida de los árboles y cafetos, se suman los ingentes gastos en función de combatir las llamas, sin que se logre todavía el objetivo.
Y el impacto ambiental, por otro lado, está siendo descomunal, por estar afectando un área protegida de la flora y la fauna (el Parque Nacional Mensura-Piloto), con alto nivel de endemismo y especies amenazadas. En el Centro de Investigación para la Montaña, conocido como "La Academia" radica el puesto de mando desde donde se dirige el enfrentamiento a las llamas.
