Estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana denunciaron su desacuerdo con la formación que reciben en una institución académica donde no se encaran las violaciones de derechos que comete el régimen de Cuba ni se abordan los desafíos que ello supone para el sistema de Justicia.
En una carta colectiva, que fue publicada el lunes de forma anónima, los firmantes aseguran haber matriculado "con la ilusión de estudiar una carrera de prestigio. Veníamos con la idea de hacer el bien para el pueblo. Eso fue antes de descubrir que no puede haber justicia donde se prostituye el Derecho. Ahora estamos decepcionados, a medio camino entre nuestra vida de estudiantes y un futuro profesional incierto".
Subrayan que todos proceden de "familias revolucionarias, que creyeron en el proceso, aunque a estas alturas nuestros mismos padres están llenos de tristeza, temor y decepción. Hoy solo quieren que el tiempo vuele, que agarremos los títulos y nos vayamos a otro lado. Para poder vivir dignamente, sin miseria y con libertad".
Los autores del documento denuncian que sus profesores son simuladores "que no creen en los códigos éticos del buen maestro y jurista" porque "han faltado a la más elemental condición humana e intelectual: el compromiso con la verdad".
"En Cuba hoy solo vive bien el oportunista y privilegiado. En Cuba hay hoy cientos de personas, la mayoría jóvenes como nosotros, que siguen presos por manifestarse, por pedir un país mejor. Los dirigentes, no el pueblo, han aprobado un Código Penal criminal, que parece sacado de los libretos de Batista o Pinochet. Aquí te multan por poner un post de Facebook criticando a un cuadro del partido, a un dirigente corrupto y aburguesado. Por un comentario en Twitter riéndote de alguna chapucería de los de arriba".
Subrayan que "de nada de eso hablan nuestros profesores en la Facultad. No les falta conocimiento, lo que les falta es dignidad. Pero les sobra cinismo y oportunismo. Se la pasan todo el tiempo cazando puestos, viajes al exterior y encargos del Gobierno. En nuestras clases no se habla de Derechos Humanos, y cuando se hace se hace mal, de pasada, como si fuera algo lejano, abstracto. No se discute tampoco de cómo en un país como este puede haber una Constitución democrática y a la misma vez se pisotean los derechos ciudadanos. En esas condiciones, ¿para qué estudiamos Derecho?"
Menciona la carta que algunos de los docentes, entre ellos los doctores Yuri Pérez, Martha Prieto y Yan Guzmán "han puesto su conocimiento para justificar este desastre. (...) Ellos (y otros pocos) viajan a congresos fuera del país pero no usan su conocimiento y sus contactos para apoyar a quienes luchan por la justicia y la democracia en el país donde nacieron y trabajan".
"La lista de mentiras, corruptelas y trabajos de los profesores para la Seguridad del Estado, que vigila a los estudiantes, es conocida en la Facultad. Si a alguno de nosotros se nos ocurre decir algo crítico, los profes son los primeros que nos dejan, como se dice en la calle, quemados. Ahora esos profes hasta organizan congresos con prestigiosos invitados extranjeros para hablar de derechos humanos y constituciones. Foros que en las actuales condiciones de control y censura, donde solo participan en esos eventos a quienes aprueba el poder, nada más sirven para engañar, maquillar y exportar este fracasado modelo", enfatizan.
Según lamentan, la Facultad de Derecho donde estudiaron generaciones de revolucionarios que se enfrentaron a otras dictaduras ya no existe. "Los jóvenes estudiantes aprendemos más hoy de profesores dignos, verdaderos revolucionarios y socialistas, como los doctores Julio Antonio Fernández Estrada, Eloy Viera y René Fidel González que de lo que vemos en nuestras aulas, donde abundan las clases mediocres, los currículos desfasados, los juramentos hipócritas y los profesores cansados y cínicos. Lo triste es que los profes Julio, Eloy, René y otros han sido expulsados de sus aulas por esta misma mediocridad segurosa".
"Escribimos esto para denunciar, impotentes por no poder cambiar la situación desde dentro, lo que está pasando. Nos duele tener que hacerlo, porque al fin y al cabo es aquí donde nos formamos. Es de este lugar de donde saldrá nuestro título. Pero debemos pagar nuestra propia deuda con la sociedad que nos formó diciendo la verdad", enfatizan.
Y concluyen con un consejo: "Si quienes leen esto son aspirantes a estudiar en la Facultad, olvídense de eso: inviertan mejor su tiempo estudiando otra cosa. Váyanse del país y hagan su sueño realidad en otro lado, donde los maestros enseñen lo que es verdaderamente la justicia y el derecho. Si son académicos extranjeros, no comprometan sus nombres y prestigio en convenios y eventos con esta cueva de policías, vividores y mediocres en que se ha convertido la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana".
Impresiona la valentía de estos muchachos, aún desde el inevitable anonimato.
En estos momentos Villa Marista debe tener un puesto de mando en el decanato de Derecho.
Muchachos, la jurisprudencia revolucionaria no puede apegarse a la verdad porque la revolución en sí misma es una mentira que camina y levanta hermosas banderas de igualdad.
Impresiona que la carta, aún viniendo de estudiantes de Derecho, no haga alusión a la "Unidad de poderes" del estado cubano donde los poderes legislativo y judicial quedan vergonzosamente amarrados al gobierno. Sin Tripartición de poderes TODO es mentira.
Duele leer en su carta la solución que promueven y aconsejan a las nuevas generaciones, y cito :
" Vayanse del país y hagan su sueño realidad en otro lado, donde los maestros enseñen lo que es verdaderamente la Justicia y el Derecho"
Disculpen, pero ese NO es el camino.
La prostitución del Derecho de que hablan estos estudiantes radica en el régimen de gobernanza del país. La prostitución ya existía bajo esos profesores que ellos admiran en su carta, lo que pasa es que ahora todo es peor. No es asunto de esa Facultad, de los profesores actuales o de la UH. Es un problema consustancial a un régimen que no implementa ni respeta sus propias leyes, que viola constantemente los ddhh, y donde el sistema jurídico responde a las necesidades de la permanencia en el poder de los que allí mandan.
Las universidades también sirven al Estado. Y el Estado está interesado en controlar a los estudiantes. Los estudiantes universitarios cubanos necesitan referencias para poder desarrollar su argumento socio-intelectual. Las universidades de la República Dominicana ofrecen un buen mecanismo de comparación paralela. Porque las universidades están en el Caribe, y en un país hermano con casi la misma cantidad de habitantes.
En Cuba se prostituye todo.
La universidad cubana hace mucho tiempo que está llena de todo ese tipo de maleantes, delincuentes, cuentistas, oportunistas y delatores -entre claustro y alumnado-, que comenzaron a llenarla desde 1959. Ya entonces ocurrieron las primeras purgas ideológicas, que incluyeron a un catedrático -entre otros- y expresidente democrático: Ramón Grau San Martín ¿Qué pasa en la Colina hace tiempo? - La habanera tenía tradición liberal, pero las nuevas universidades siempre fueron mayoritariamente un nido de víboras comunistas, injertadas por obra de la delación. El claustro de la habanera anterior a 1959, y que no se fue, hubo que mantenerlo -con la boca cerrada y salarios especiales-, pero no hundían a nadie, salvo comunistas y afines. Le daban mil vueltas al Fidel y sus malas artes, e hicieron un trabajo serio. Ahora la universidad es un reflejo de la decadencia del país. Por cuenta propia se aprende mucho, y un título es necesario. Ayuda donde sea. Hay que aprender de los viejos profes.