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Política

La deuda cubana con Argentina es más antigua y abultada que la reclamada en Londres

¿Piensa al menos negociarla Díaz-Canel en su visita a Buenos Aires para la cumbre de la CELAC?

Madrid
Alberto Fernández y Miguel Díaz-Canel durante un encuentro.
Alberto Fernández y Miguel Díaz-Canel durante un encuentro. Infobae

A diferencia de la deuda adquirida por el Gobierno cubano en 1982 que en breves horas será el centro de un juicio en Londres, La Habana tiene otra con Argentina que se remonta a 1974, y que podría ser parte de los temas que tenga que enfrentar Miguel Díaz-Canel en su anunciada visita a ese país para asistir a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que allí se celebra.  

El medio argentino Infobae se pregunta en un texto al respecto si la deuda, estimada hoy en la astronómica cifra de 15.000 millones de dólares, estará en la agenda de la reunión bilateral que sostendrán el martes 24 de enero el gobernante cubano y el presidente Alberto Fernández.

Según el resumen que ofrece el medio, el origen de la obligación se remonta a febrero de 1974, cuando el entonces ministro de Economía José Ber Gelbard, acordó con el régimen de Fidel Castro un préstamo de 1.278,8 millones de dólares para que este comprara tractores, maquinaria agrícola, camiones pesados y automóviles Fiat 125, además de Renault 12, Ford Falcon, Citroën Ami 8, Peugeot 404, y 9.000 unidades de Dodge 1500.

"Era el mayor crédito otorgado por la Argentina a país alguno hasta ese momento", aseguró el diplomático Juan Archibaldo Lanús en su libro De Chapultepec al Beagle.

Se trató de un gesto de acercamiento al bloque socialista encabezado por la URSS, por lo que la gira del canciller prosiguió en Moscú, Budapest y Praga.

Según dijo a Infobae el exembajador de Argentina en Israel y Costa Rica, Mariano Caucino, el excanciller argentino Oscar Camilión dijo que "nada caracterizó a Gelbard, el que realizaba operaciones tan manifiestamente vinculadas con intereses soviéticos, como el crédito a Cuba. Una operación que estaba destinada naturalmente al fracaso, que posteriormente se registró. Era una operación en la que el Banco Central financiaba por una parte a Cuba y por la otra a una multinacional".

Apenas dos años después del desembolso, la dictadura militar instaurada en marzo de 1976 se desentendió del préstamo. En 1986, con el regreso a la democracia, Raúl Alfonsín fue el primer presidente argentino en visitar la Isla, pero no trascendió arreglo alguno al respecto.

El economista Ramón Frediani aseguró que en 1995 "hubo una propuesta para capitalizar la deuda a cambio de inversiones argentinas en Cuba. El canciller Guido di Tella propuso saldarla con facilidades cubanas a inversiones argentinas en obras públicas y turismo en la Isla, e incluso el presidente Carlos Menem conversó el tema con Fidel Castro, sin llegar a ningún lado", indica el artículo de Infobae.

Con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, prosigue el texto, "los intentos se intensificaron", sobre todo a través del canciller Rafael Bielsa en Cancillería, quien habría propuesta una quita del 75% de la suma y saldar el 25% restante a través del pago de intereses en efectivo, la atención médica gratuita en Cuba a argentinos de bajos ingresos, la entrega de medicamentos producidos en la Isla y la capacitación en biotecnología a profesionales locales.

"Adicionalmente, la Argentina solicitaba en aquel borrador de acuerdo un tratamiento preferencial para introducir a Cuba con ventajas arancelarias 1.300 productos argentinos", asegura Frediani. Otra vez no hubo arreglo.

El Gobierno de Mauricio Macri fue el que más insistió en el tema. En 2018, el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Fulvio Pompeo, viajaron a La Habana con la idea de resolverlo y volvieron con las manos vacías.

En 2019, el entonces secretario de Negociaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina, Horacio Reyser, se reunió con Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, y tampoco consiguió nada.

Con Alberto Fernández al frente del Gobierno, el tema reemergió en junio de 2021, cuando la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini propusieron a La Habana saldar la deuda con la compra de vacunas cubanas contra el Covid-19. Idéntico resultado. 

A raíz del negocio para poner a producir tierras ociosas en Cuba con tecnología e inversión argentina, el entonces vicecanciller Jorge Neme mencionó nuevamente la deuda.

En 2020, durante una reunión con el sector agrario de su país para promover las inversiones en el extranjero, dijo que "no solo hay que asegurar el pago de lo que seamos capaces de producir, sino que está el tema de la deuda con Argentina. Todo lo que entregaremos estará muy cuidado. La idea es llegar a un acuerdo país-país con normas de servicios, productos y uso de la tierra, y que sea contemplada además la deuda que existe entre Cuba y Argentina".

El negocio agroalimentario echó a andar en 2022 y sobre la deuda, silencio absoluto.

Según Infobae, Frediani calculó en mayo de 2019 que la suma de capital e intereses de la deuda ascendía a 4.805 millones de dólares, pero eso sin tener en cuenta intereses que "duplicarían fácilmente ese monto". El economista Orlando Ferreres comentó que el valor sería ahora de unos 15.000 millones.

Mientras, La Habana hace campaña para quitarse de encima la responsabilidad con la suma que le exige el grupo de acreedores CRF I. Pero, en caso de salir mal la operación en Londres, en la avalancha consiguiente de reclamos de deudores de todo el mundo, ¿podría incluirse la suma otorgada por Argentina a Fidel Castro?

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4 comentarios

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Todavia deben los Chevys y los falcon de los 70'

Ladrón que le roba a otro ladrón tiene 100 años de perdón , la maldita herencia española italiana entre bandidos anda el pueblo

Profile picture for user Ex-cubano

si sos tan boludo de prestar al que no paga pues entonces a la concha de su madre.

Todos sabemos que Cuba no tiene capacidad de pago para saldar esa y otras deudas.
¿Puede un sistema, aún cuando sea teóricamente hermoso e igualitarista, ser un modelo a seguir por un empobrecido tercer mundo?
Ojalá este huracán económico y financiero que se le pronostica a la dictadura cubana produzca los verdaderos y pacíficos cambios político-económicos que mi patria necesita.