El bombero cubano Juan Carlos Santana Garrido, muerto en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas, en agosto pasado, fue condecorado post mortem con la Orden 6 de junio de Segundo Grado, en el Museo Provincial de Cienfuegos, este lunes 12 de septiembre, informa el medio estatal Granma.
La condecoración, emitida mediante Decreto Presidencial No. 477 del 26 de agosto de 2022, fue entregada a la hermana del fallecido, Vicdemia Santana Garrido.
En el acto, presidido por la miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC) en la provincia, Marydé Fernández López, también fueron reconocidos otros bomberos de la provincia que trabajaron en la extinción del incendio de Matanzas, con la Medalla por la valentía durante el servicio, de segunda clase, de acuerdo con el Decreto Presidencial 478 del 26 de agosto de 2022.
Santana Garrido, de 60 años, fue la primera víctima del incendio reconocida por el Gobierno cubano. Era primer operador de equipo de extinción del Comando Especial de Protección de la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos, según precisó el medio estatal 5 de septiembre, tras la identificación de su cuerpo. Se desempeñada en ese cargo desde hacía 15 años. Era el más experimentado de los bomberos fallecidos en el enfrentamiento al siniestro.
El pasado 9 de septiembre, le fue otorgada, también post mortem, la misma condecoración a Elier Manuel Correa Aguilar, quien resultó herido en el incendio y falleció el 10 de agosto, tras permanecer varios días hospitalizado. Al morir, tenía 24 años.
La Orden 6 de junio se creó en 1988 para entregarse a miembros o unidades del Ministerio del Interior (MININT) por méritos extraordinarios en las misiones asignadas, o éxitos muy relevantes que hayan contribuido al mantenimiento de la Seguridad del Estado o el orden interior, según la web de la Presidencia de Cuba.
El Gobierno también la otorgó a otros seis bomberos muertos en el incendio, el pasado 2 de septiembre.
Los fallecidos condecorados en esa fecha fueron el primer suboficial Diosdel Nazco Vargas y los soldados Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, Adriano Rodríguez Gutiérrez, Fabián Naranjo Núñez, Luis Ángel Álvarez Leyva y Pablo Ángel López Martell.
La orden fue entregada a sus familiares por Susely Morfa González, primera secretaria del PCC en Matanzas.
Familiares de varios jóvenes muertos en el incendio han rechazado el tratamiento heroico que pretende darles el Gobierno. "Mi niño no es un mártir, es una víctima del Servicio Militar Obligatorio. Perdonen, el dolor no me permite continuar. Él no tenía que estar allí", lamentó la abuela de Leo Alejandro Duval Pérez de Prado, Vivian López.
Entre los muertos hay cuatro jóvenes soldados de entre 19 y 21 años. Varios de ellos que se encontraban cumpliendo el Servicio Militar como bomberos, y su presencia en el lugar del siniestro ha sido criticada duramente por muchos cubanos, que han acusado de irresponsabilidad a las autoridades.
A raíz de ello, una campaña que exige la abolición del Servicio Militar Obligatorio en Cuba cobró fuerza en las redes sociales.
Por otra parte, la opinión ofrecida a DIARIO DE CUBA por un experto apunta a que esos hombres fueron en realidad víctimas y varias de esas muertes pudieron ser evitadas.
Amauris Betharte Chapeaux, ex inspector de Seguridad Química, opinó que uno de los mayores fallos del siniestro radicó en "las respuestas de emergencia".
El experto explicó que, según las normas estándares internacionales, en este tipo de instalaciones deben haber al menos dos bombas, una de agua y otra de espuma, y al menos una se debe activar automáticamente.
El otro factor decisivo para Betharte Chapeaux es "la preparación del personal", ya que "instalaciones como esta deben contar con un equipo de bomberos propio", puesto que deben estar muy bien preparados y "mostrar un grado de especialización para atender este tipo de situaciones". Algo que obviamente no se cumplió en esta tragedia, ya que se encontraban prestando labores jóvenes reclutas sin la suficiente preparación. Lo que "ha causado la mayor cantidad de víctimas".
"Si se hubieran tenido los equipos y toda la técnica contra incendios necesaria, ellos no hubieran estado allí cuando la segunda explosión, e incluso se pudo haber evitado esa segunda explosión", opinó.
"Los mandaron a un suicidio", señaló Betharte Chapeaux, quien recalcó que era imposible apagar el incendio con mangueras de agua, como las que se vieron en las imágenes que los medios oficiales.
Y siguen con las puñeteras medallas. Bueno, algo tienen que hacer para cubrir la forma, aunque de cierta manera sería mejor que no hicieran nada, ya que lo que hacen de nada vale, e insulta.