La caída de una "valla" fue la causa del fallecimiento de una niña el pasado 6 de septiembre en la escuela primaria Amador Martínez Wilson, del municipio guantanamero El Salvador, dijo la Dirección Provincial de Educación a través de una publicación en Facebook.
"En el horario de receso, la estudiante de segundo grado Magalis Vázquez Gómez fue impactada por una valla provocando la pérdida inmediata de su vida", explicó la breve nota al tiempo que ofreció condolencias a familiares, amistades y vecinos de la víctima.
Aunque la información oficial no especificó la edad de la niña, por el grado que cursaba debía tener siete años.
El breve comunicado finalizó diciendo que "se continúan investigando las causas del doloroso y fatal accidente."
Como es constumbre en estos casos, las autoridades cubanas se exculpan de cualquier tipo de responsabilidad.
En respuesta a varios comentarios emitidos en el post, una trabajadora de Educación provincial señaló que "se les brindará a los familiares de la niña todo el apoyo necesario en su dolor."
Al momento de conocerse la noticia, Irita Romero, quien dijo ser tía de la menor, lamentó lo ocurrido en su muro de Facebook: "Princesa mía, no sabes el dolor tan grande que has dejado en nuestros corazones. Esa alegría contagiosa que llevabas dentro, nos hacías reír con tus bellas palabras. Te recordaremos siempre. Recuerdo como si fuera hoy que me decías: 'tía Irita, ponme las uñas que a mí me gustan, y pónmelas bien largas y de rojo'".
El padre de la menor, Osmani Omaña, no ha publicado al respecto en sus redes. DIARIO DE CUBA intentó contactarlo en varias ocasiones sin éxito para conocer detalles sobre los hechos.
En publicaciones previas, familiares y allegados de la menor fallecida habían manejado el suceso como la caída de una pared en mal estado. Al final, da igual si lo que cayó fue una pared o una valla, lo cierto es que una menor perdió la vida a solo horas del inicio del curso escolar en Cuba, celebrado con un fuerte énfasis propagandístico por las autoridades.
Los derrumbes son parte de la cotidianidad de los cubanos, que viven en su mayoría en viviendas en malas condiciones constructivas. Sin embargo, las instituciones escolares son, según las autoridades, prioritarias en los programas de reparación y mantenimiento.
La muerte de Magalis Vázquez Gómez se suma a la de tres niñas de entre diez y 11 años que perecieron aplastadas por el balcón de una edificación en peligro de derrumbe aledaña a su escuela el 28 de enero de 2020 en La Habana Vieja.
En esa ocasión, las autoridades dieron por saldado el asunto ofreciendo el otorgamiento de una indemnización a sus familias de 350 pesos mensuales, así como "sugiriéndoles" no hablar del tema públicamente, después que lo ocurrido provocara una oleada nacional de indignación.
Mientras la precariedad de las viviendas, las escuelas y todo tipo de inmuebles se agrava en la Isla, el Gobierno sigue levantando hoteles de lujo, aunque en la primera mitad de 2022 el sector turístico no consiguió ni un 15% de ocupación.
La caída de una valla mató por la cabeza a la niña. Pero no especifican que tipo de valla. Valla con materiales de construcción fabricados a partir de dientes de roedores, alas de mosquitos y patas de cucarachas. Vallas de promoción de enfermedades virales e infecciosas. Porque Norma Ricardo Santiesteban, directora de la escuela primaria Ruiz Aboy en La Habana, fue expulsada de la escuela por denunciar la integración de un vertedero a la institución escolar.
Accidente, por supuesto. De negligencia y abandono nada. Ni hablar de eso.