Un cubano residente en Sancti Spíritus sobrevivió a graves heridas provocadas por un arma blanca durante el robo de su moto eléctrica, un hecho que relató con detalles al periódico oficial Escambray.
Era tarde en la noche y tres jóvenes lo pararon y le ofrecieron dinero si los llevaba hasta el Camino de las Cañas, en la barriada de Colón. El viaje era hacia las oscuras calles que bordean la empresa mayorista de la sucursal Cimex en la ciudad. Una vez allí, uno de los jóvenes le pidió avanzar por un terreno baldío donde no se veían casas. Según el delincuente, su novia lo esperaba allí.
"Ella me espera detrás de esos matorrales —le dijo—, apúrate, que está sola y tiene miedo", pero el que comenzó a sentir el miedo fue el chofer, quien aceleró.
"El joven sacó un cuchillo y cortó el cuello de Alfredo, quien, a punto de ser degollado, saltó de la motorina aún en movimiento. Ya sin chofer, el motor perdería el control y chocaría contra una cerca, hasta darle unos preciosos momentos de ventaja. Empapado en sangre, intentó escapar, pero el joven que lo había agredido se le vino encima, cuchillo en mano, con la clara intención de terminar el trabajo", contó Escambray.
En un forcejeo el agredido recibió dos heridas más de arma blanca: una cerca del corazón y la otra casi rozándole un riñón y la sangre brotaba a borbotones.
"Fue pensar en mi familia lo que me salvó. Luchaba por mi vida y a la vez pensaba en mi hijo que en diciembre cumple 11 años, en mi esposa, en lo duro que sería para todos si me mataran allí. La adrenalina también hizo lo suyo y no sentía dolor. Solo me defendía como podía, con uñas y dientes. Los otros dos que estaban sacando la motorina del hueco en el que había caído de pronto venían también pa’rriba de mí y creí que ese iba a ser el final", explica.
Sin embargo, en un descuido del atacante el hombre logró huir y "corrió como nunca lo había hecho en su vida". Ya en un lugar seguro llamó a la Policía que, según Escambray, "en menos de 24 horas recuperó la moto eléctrica y detuvo a los implicados".
Hoy los autores del delito, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 22 años, están con medida cautelar de prisión provisional y el proceso continúa en investigación.
Según el periódico oficial, que ensalza la actuación del Ministerio del Interior (MININT), los órganos del MININT han esclarecido "de manera rápida en lo que va de año el robo de seis motos eléctricas en la provincia de Sancti Spíritus". No dice cuántos de estos hechos se han producido y los que no han sido esclarecidos.
Según el mayor Yéster Reyes Marrero, primer oficial de la jefatura de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en el territorio, se trata de delitos que atentan contra el patrimonio, por lo cual se enfrentan con todos los medios y fuerzas técnicas.
Los hechos asociados al robo y hurto de motorinas se sancionan dentro del título 13 de la Ley No. 62 del Código Penal vigente (aún no ha entrado en vigor el aprobado recientemente por el Parlamento cubano), como delitos contra los derechos patrimoniales, o sencillamente contra el patrimonio, informa María Esmeralda Pérez Pérez, fiscal jefa del Departamento de Procesos Penales de la Fiscalía Provincial de Sancti Spíritus.
El capítulo uno de la mencionada norma dice: "Quien sustraiga una cosa mueble de ajena pertenencia, con ánimo de lucro, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años, o multa de 300 a 1.000 cuotas o ambas".
Sin embargo, la sanción es de privación de libertad de tres a ocho años si el hecho se comete en vivienda habitada, se hallen presentes o no sus moradores; si se realiza con la participación de menores de 16 años de edad; o si se ejecuta por una o más personas que actúan como miembros de un grupo organizado.
Según la fiscal, en una vivienda ubicada en La Rotonda, los autores del hecho rompieron las persianas de una ventana para acceder al interior de la casa y sustraer así la motorina. En esos casos, el delito se tipifica como robo con fuerza y la sanción de privación de libertad puede ser de ocho a 20 años cuando ocurre en la vivienda habitada, pero vacía.
Sin embargo, la sanción es de privación de libertad de 20 a 30 años o de privación perpetua de libertad si este acto se comete en vivienda habitada, con sus moradores dentro.
En los últimos meses, junto con el agravamiento de la crisis económica en Cuba, se han incrementado notablemente las denuncias de robos y asaltos contra ciudadanos de la Isla. La nota de Escambray es una rareza porque la prensa oficial no suele reportar de los incidentes de este tipo. Son las redes sociales y los medios independientes los que hacen trascender estos hechos.
Hace algunos meses, una nota del Ministerio del Interior afirmó que denuncias por robos de motos eléctricas en las redes sociales eran "sucesos ocurridos en años anteriores o noticias falsas, con la pretensión de generar un clima de impunidad e inseguridad ciudadana".
Vidal Romero, jefe del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México dijo a DIARIO DE CUBA que las verdaderas cifras de delincuencia en la Isla no se conocen debido a que el Gobierno las esconde.
"El Gobierno cubano ha sido muy sistemático en no reportar datos del crimen; las últimas estadísticas oficiales son de 2016 y no reportan datos de robo, solo de homicidio (…) El Gobierno tiene el monopolio de esa información y ahí es donde las organizaciones independientes podrían colaborar mucho", dijo Romero.
"La pandemia ha sido un acelerador importante en el aumento de ciertos tipos de delitos como el robo, relacionados con la necesidad. Pondría entre comillas lo de necesidad, porque una cosa es robar pan, azúcar o plátanos, y otra muy diferente es robar una motocicleta", opinó.
Parece que falta poco para que la gente acuda al machete por justicia. El vasito, no de leche, de sangre, se desborda.