Con la victoria de Gustavo Petro en Colombia, país gobernado históricamente por la derecha, Latinoamérica da un giro a la izquierda y los diferentes ejes geopolíticos quedan expectantes sobre las posibles jugadas de Petro en el tablero de ajedrez de la región.
En la más reciente edición de Los Puntos a Las Íes, el programa de debates de DIARIO DE CUBA, el historiador, politólogo y ensayista cubano Armando Chaguaceda y el también historiador y ensayista cubano Rafael Rojas, hablaron sobre las consecuencias para la Isla de la victoria de Petro en Colombia y las formas en las que la oposición cubana puede relacionarse con los gobiernos de izquierda de la región.
Para Rafael Rojas, "esta es una izquierda que llega al poder por la vía democrática, que preserva el marco constitucional democrático, que no abandona del todo la economía de mercado y que adopta líneas de políticas públicas en materia de combate a la pobreza y la desigualdad, pero a la vez diseña compromisos políticos con las grandes matrices geopolíticas del hemisferio y en algunos casos veremos una aproximación al eje geopolítico bolivariano y en otros un alineamiento más claro con el marco interamericano".
"Creo que en esta nueva ola progresista predomina más la defensa del marco interamericano que el alineamiento con el eje bolivariano, lo que no quiere decir que algunos de estos gobiernos, incluso, los más comprometidos con la relación con EEUU, como es el caso de México, Chile, Argentina y Colombia con Petro, den algún tipo de señal de respaldo diplomático a los tres regímenes más antidemocráticos de la región".
Rojas opina que hay una falsa creencia en las cancillerías de la región de que criticar públicamente las faltas de libertades en Cuba es subscribir la política de EEUU.
"Hay una premisa que no se puede obviar y es que todos los gobiernos latinoamericanos, incluidos los de derecha, están en contra del embargo de EEUU contra la Isla. No se debe confundir eso con el grado de intimidad geopolítica que se produce al interior del bloque bolivariano".
Armando Chaguaceda, coincide con Rojas en la diferencia en la política interior y exterior que practican los gobiernos de izquierda. "Hay una diferencia entre las opciones de política pública al interior y las opciones de alianza política o connivencia con los tres regímenes que son estructuralmente las tres autocracias del continente".
Chaguaceda dice ser muy cauto a la hora de hablar de "nueva izquierda" y define tres bloques en este sentido.
"En términos de nueva izquierda, programáticamente, yo solo identifico al presidente de Chile, Gabriel Boric, quien proviene de una izquierda juvenil, autonomista, que tiene una formación distinta a la izquierda comunista y nacional popular. Luego tienes este consenso nacionalista estatista en el cual México es muy claro, y un poco Argentina, que sería más bien una especie de reloj del viejo nacionalismo revolucionario. Y, por último, tienes personas que vienen de una izquierda más radical, como es el caso de Petro".
Aunque Petro se define como un líder de izquierda progresista, Chaguaceda no lo incluye en su concepto de "nueva izquierda". Rojas, por su parte, opina que "es un error definir a la nueva izquierda en términos ideológicos y no en términos políticos casi geométricos o físicos de cada lugar".
"Estamos recayendo en la vieja trampa del debate sobre el socialismo real. Recuerden que en la época de la Guerra Fría muchos teóricos decían que lo que sucedía en Europa del Este es que ninguno de esos países era socialista, y entonces tuvieron que añadir el término de 'socialismo real' para que se entendiera. Ahora, si la izquierda no tiene ciertos elementos ideológicos no se les considera izquierda, y yo creo que eso es un error".
"Andrés Manuel López Obrador es la izquierda real en México y si vamos a los 100 puntos famosos de AMLO en el zócalo en 2018, encontraremos muchos elementos de lo que llamamos 'nueva izquierda', como ecologismo, feminismo, políticas publicas agresivas contra la desigualdad, la pobreza, etc. El propio AMLO, como líder, tiene ciertos rasgos de autoritarismo y en sus alianzas tiene pactos con sectores conservadores con el evangelismo, pero eso no deja de definirlo como la cabeza de la izquierda real del país", dice Rojas, quien defiende que hay elementos de la "nueva izquierda" en todas las coaliciones que estamos viendo en América Latina.
En el caso de Petro, Rojas pone como ejemplo "su oposición al modelo extractivista, su apuesta por el feminismo, sus políticas hacia las comunidades indígenas y afrodescendientes. A diferencia de la izquierda bolivariana, ha sido muy enfático al rechazar el reelecionismo y no trae una agenda constituyente".
Para Chaguaceda, "lo único nuevo en esta nueva izquierda es la no apuesta por una refundación constituyente. Si ven todo el discurso del bloque heterogéneo que llevó al chavismo, que llevó a los populismos andinos al poder, eran una izquierda distinta, democráticamente participativa, avanzada en el tema de derechos humanos, de manera que a mí la retórica no me dice mucho a la hora de evaluar política, tengo que ver la trayectoria de los actores. Ahora, hay elementos de novedad retórica que también se vivieron en la ola bolivariana y hay elementos de novedad auténticos, que tienen que ver con el origen de esos liderazgos, como es el caso de Boric".
"Se condena a Nicaragua, la Iglesia del pueblo, se menciona al Arzobispado que es Venezuela, pero no se condena al Vaticano, que es Cuba. Hay un problema que no creo que sea solamente afectivo, sino que tiene que ver con razones de vínculos y organización".
Sobre la manera en la que la oposición cubana deba abordar a los gobiernos de la región para cambiar la forma en la que tratan el tema Cuba, Chaguaceda opina que "toda oposición con un régimen autoritario necesita construir puentes amplios, por lo que encasillarse con una opción ideológica no es inteligente. Yo critiqué cuando buena parte del exilio se alineó con el trumpismo. Veo bien que se le de el beneficio de la duda a los gobiernos de izquierda, pero si esos gobiernos no te reciben, incluso si tú haces el esfuerzo es complicado".
En este caso, Chaguaceda ejemplifica con el caso de Carolina Barrero, quien tuvo un encuentro extraoficial con un miembro de Frente Amplio, pero esta articulación de partidos de izquierda no lo reconoció.
Por su parte, Rojas opina que la clave está en la persuasión. "Es una ruta equivocada decir que esos gobiernos que no reciben la oposición cubana no son democráticos por ese hecho, porque hasta las oposiciones en esos países los reconocen como gobierno, así que nos estaríamos enemistando con las propias oposiciones democráticas de la región".
"Por otro lado creo que es equivocada la expectativa de que los gobiernos de izquierda rompan con Cuba. En el tema Cuba sí hay un consenso de derecha, centro e izquierda y es la oposición a la política de EEUU. Ese es el arma más poderosa que tiene el Gobierno cubano para silenciar las críticas".
¿Pero no que Rojas era del bando que se oponía a la dictadura en Cuba? Aquí dice unas cosas de antología: que AMLO, Fernández o Petro son de la nueva izquierda; que no hay que hacerles campañas a las izquierdas gobernantes para demandar que crítiquen violaciones de derechos humanos en Cuba; que el grupo de Puebla es diferente del de Sao Paulo por ser "interamericanos; que Petro ha sido crítico con Maduro; y asi. Ni AMLO, ni Fernández, ni Petro son de nueva izquierda, mas bien de una izquierda pro castrista que ha usado la democracia para imponer visiones autoritarias y populistas; ni tiene sentido ser blandos con estas izquierdas en el poder con tema Cuba; ni el Foro de Puebla tiene como interés la búsqueda de un interamericanismo democrático, sino representa a esta izquierda retrógrada amante de projectos autoritarios; y ni Petro ha sido crítico con Maduro, ahí están sus muchas declaraciones de amor hacia el chavismo y su continuidad. ¿Rojas será ahora bolivariano? Mal.