Una nueva avería en la conductora de 1.000 milímetros agravó el problema de la distribución de agua en la ciudad de Santiago de Cuba, donde unos 400.000 habitantes que se abastecen de la planta potabilizadora de Quintero llevan entre 17 y 45 días sin servicio.
La rotura se produjo el 18 de diciembre en las inmediaciones del poblado de El Cobre y, aunque las autoridades aseguraron que su arreglo demoraría 72 horas, no han resuelto el problema ni estabilizado el abasto.
Un ingeniero de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado dijo a DIARIO DE CUBA que las continuas averías obedecen a problemas operacionales, pues las tuberías de las presas del sistema noreste deben sortear importantes elevaciones, y por lo general no se regulan las presiones y se violan las normas de trasiego.
La planta potabilizadora de Quintero garantiza el 80% del suministro de agua a Santiago de Cuba, incluidos todos los hospitales y las principales comunidades residenciales.
Esta es la tercera rotura de envergadura en el último cuatrimestre. El 15 de septiembre, la estatal Agencia Cubana de Noticias reportó una desconexión en las inmediaciones de la ciudad de Santiago de Cuba, que requirió la intervención de la empresa de mantenimiento y reparación de obras hidráulicas.
El 29 de noviembre, cientos de personas se intoxicaron debido a la contaminación con residuales albañales del agua potable que consume la población residente en San Pedrito y el Distrito José Martí.
Aunque la ciudad dispone de recursos hídricos suficientes y hace una década el Estado invirtió más de 200 millones de dólares para dotarla del acueducto más moderno de Cuba, miles de familias tienen que conformarse con un sistema rudimentario para almacenar la lluvia.
Un panorama similar existe en los municipios de Palma Soriano y Contramaestre, cuya población utiliza pozos rudimentarios con altos niveles de sodio y potasio, y consume agua de ríos donde se lavan tractores, se bañaban animales y las vaquerías vierten sus residuales.
En una nota publicada por el periódico estatal Sierra Muestra, la Empresa de Acueducto reconoció el "considerable" atraso en los ciclos y las dificultades en los sectores hidrométricos asociados a la potabilizadora de Quintero, pues la planta desalinizadora y el sistema de la presa Parada continúan en operaciones.
La publicación mencionó la situación de los residentes en Prosperidad, Mengana, Boniato, El Cristo y los circuitos La Vicana, Maceo Alto y la Curva de la S, que a mediados de mes presentaban atrasos de entre 17 y 19 días.
La página en Facebook El Chago, uno de las más visitadas por los internautas santiagueros, reseñó la magnitud de los problemas en torno a la distribución de agua.
La publicación citó el caso de una vecina de calle Celda, en el reparto Flores, que fustigó a las autoridades porque hace más de 15 días no ponen el agua, mientras en las calles se desperdicia sin medida.
Otra internauta se refirió a la rotura de Heredia entre Calle Blanca y Pedrera, donde las personas cogen agua con cubos y jarros de un agujero abierto en el suelo debido a que hace casi un mes no les llega por la red de distribución.
En la intersección de la Avenida de Los Pinos y el tramo que conduce a la Sala Polivalente, Zoila y el resto de los vecinos llevan años exigiendo al Gobierno que elimine el "charquero vitalicio" que afecta sus viviendas, mientras que en Sevilla, a Dania no le alcanza el salario para continuar pagando los tanques de agua, porque la distribución se ha demorado en ocasiones hasta 60 días.
"Desde finales de 2018 en esta ciudad ni existen ni se respetan los ciclos", dijo Dolores, de la calle Trocha, una zona a la que nunca envían camiones cisterna y la población esta cundida de sarna y rasquiña.
Como ellas, muchos santiagueros desconfían de una pronta solución al problema, porque "el Gobierno ni supervisa, ni dispone de un cuerpo de inspectores que fiscalice a la Empresa de Acueducto".
A mediados de año, la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos reconoció que de los 52 carros cisternas o pipas de agua, solo 11 estaban "aptos para su uso".
La irritación de los habitantes es mayor porque la capacidad de embalse del territorio se encuentra por encima del 80%, lo que garantiza agua para dos años, aun si el régimen de lluvias es escaso o nulo.
Pero y que hace el INRH para resolver los problemas de abasto de agua? Luego de gastar tantos millones en inversiones siguen las mismas afectaciones por problemas subjetivos. Será problemas tecnológicos problemas de la competencia de los cuadros y técnicos que dirigen el agua en Cuba? Y eso lo sabe la Viceprimera Ministra Inés Chapman? Debe apretar la mano para que no pasen esas cosas que afe tan tanto a la población.