Violencia machista
¿Llegó el #MeToo a Cuba?
Conversamos sobre violencia machista en Cuba, a propósito de la denuncia de cinco cubanas contra el músico Fernando Bécquer. Nos acompañan Any Cruz, una de las denunciantes, la feminista y periodista Marta María Ramírez y el periodista de DIARIO DE CUBA Mario Luis Reyes, quien dio a conocer el caso.
#DirectasDDC sobre abusos sexuales y violencia de género, moderada por Wendy Lazcano.
El movimiento MeToo es una aberración liberal para llevar el feminismo al máximo. Que no se tome en cuenta el principio básico de que todo el mundo es inocente hasta que su culpabilidad sea demostrada. Los liberales enfrentan a los hombres con las mujeres, a los negros con los blancos, a los homosexuales con los heterosexuales, a los judíos con los cristianos y con los musulmanes. Entierran el concepto de verdadera igualdad para imponer la dictadura de las minorías. Ahora bien, eso no justifica el machismo, los acosos y ataques sexuales que todos conocemos que ocurren en Cuba. Y mucho menos se justifica si quienes cometen esos abusos tienen el poder que el gobierno lea otorga por la razón que sea. Eso hay que condenarlo, aún cuando todos sabemos que Cuba es un país de abusos, no de derechos.
De acuerdo plenamente con usted estimado Weston lo que refiere sobre este movimiento histérico, mojigato y vengativo.
Es el feminismo radical que ha creado esa ola basada en un "sentimentalismo solidario" con las mujeres para señalar culpables rápido y pedir las cabezas sin importarle en lo absoluto que sus defendidas puedieran ser victimas 'per se' o de su propia estupidez.
Creo que la mujer tiene la responsabilidad y le asiste todo el derecho de proteger su dignidad y hacer una denuncia, pero tiene que hablar y pelear por sí misma para que la gente pueda pensar de forma seria sobre estos asuntos y no permitir que interceda por ella algo tan tóxico e irracional como lo es el "MeToo".
Saludos.
La activista Marta María Ramírez señala un asunto de importancia que no facilita en Cuba la denuncia --y mucho menos el proceso jurídico-- de un abuso sexual, que es la ausencia de una sociedad civil. Ese déficit lo suplen las redes sociales, pero no es suficiente, ni ostenta la capacidad que sí tendría una organización establecida sobre bases legales. Es excelente que a partir del caso del tal Bécquer al menos se haya movido la conversación sobre estos temas, pero en Cuba se está en pañales. Y DDC, por favor, quítenles la etiqueta de "MeToo" a estas denuncias, que en Cuba no existen situaciones similares a las de las celebrities de EEUU, Francia o España, y con ella se pudieran arrastrar sus defectos. Son lo mismo, pero no es igual,