En el recién inaugurado Centro Fidel Castro Ruz se presentó el jueves el libro Hasta siempre, Fidel, que recoge en más de 500 instantáneas, las imágenes del luto popular seguido a la muerte del dictador el 25 de noviembre de 2016.
Se trata de un volumen encargado a la periodista oficialista Rosa Miriam Elizalde, con diseño y realización de Ernesto Niebla y sello editorial de la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, recogió el diario oficial Granma.
Según el órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC), el título fue presentado por su autora y por Elier Ramírez Cañedo, subdirector del nuevo templo del castrismo, y recoge "la constancia gráfica de un sentimiento popular, expresado en gestos, lágrimas, rostros afligidos, abrazos, carteles, iniciativas concebidas por millones de cubanos para despedirlo en su hora final".
En palabras de Elizalde, "en esta obra colectiva hay dos protagonistas, Fidel (Castro) y el pueblo" y "puede seguirse con detalles el itinerario que comenzara con el mensaje del General de Ejército (Raúl Castro), en el que anunciaba la noticia, seguido de las guardias de honor, los discursos, las filas interminables en la Plaza de la Revolución, las luces de los móviles en la noche para acompañar su paso, hasta la llegada de sus restos mortales al Cementerio Santa Ifigenia".
La autora presentó como "la reina de este volumen" a "la fotografía de prensa", con imágenes tomadas de Estudios Revolución, Granma, Juventud Rebelde, la Agencia Cubana de Noticias, entre otros.
Ante el encargo de concebir el libro y "cómo podrían traducir aquel dolor que había paralizado a un país completo", la respuesta, según Elizalde, fue conformar un libro eminentemente gráfico, "pensado para el lector que había vivido en primera persona estos acontecimientos", y para que "en la distancia de los siglos", se pudiera comprender qué pasó en la Isla del 25 de noviembre al 4 de diciembre.
A pesar de que en vida Fidel Castro dijo oponerse al empleo de su nombre o imagen en espacios públicos y monumentos, el régimen no pierde oportunidad para glorificar la figura del dictador.
A cinco años del fallecimiento del gobernante, el recién inaugurado Centro Fidel Castro acoge por estos días todo tipo de actividades en honor a él, entre pisos de mármol, muebles de maderas preciosas, pantallas táctiles, instalaciones interactivas, anfiteatro propio y una biblioteca a lo Harry Potter.
Tengo dudas de que las cenizas del eterno e intergaláctico Mariconzón en Jefe estén en Santa Ifigenia, de las Lajas Querida, y tampoco creo lo hayan cremado, fué muy cobarde y ególatra en vida, debe estar congelado en Punto Cero (Jaimanitas), dentro de una urna, a la espera que lo resuciten, y mientras vigilando a la vieja puta que le aguantó sus pesadeces y su peste a verde orino.
Los regímenes totalitarios tienen un apego enfermizo a sus lideres fallecidos, es típico de ellos.
La piedra de Santa Ifigenia a la fosa de Bartlet y las cenizas fecales del cagandante al primer basurero que se encuentre; éste lugar a dinamitarlo y meterle napalm y bulldozer; lo primero a hacer cuando caiga la dictadura.
Comenta la periodista... "en la distancia de los siglos"... A decir verdad, no creo que mucha gente se acuerde de aquel señor en los próximos diez años. Y si mucha gente lo recuerda, no va a ser precisamente para elogiarlo.
Apología a la personalidad de un hombre que destruyó una nación. Sería un buen título. Si a cinco años de su desaparición física, los propios (des) gobernantes en funciones han desmontado su propio legado, me pregunto entonces, ¿qué quedará para el resto del pueblo? Y esperemos a que parta el número dos a ver cómo continúa la Historia.
Ya imagino el escenario. Como hienas, ávidas de carroña, despedazándose por el papel verde del Imperio. ¿Y la ideología? Sabrá Dios. En Cuba, ya no existe ya tal cosa. Solo el vil interés por repartirse lo que ninguno de ellos ha ganado con sudor propio.
Una bomba debian dejar caer en ese museo del criminal Cenizas.
Quienes lloraban, lloraban de alegría.
jajaja, muy cierto.
El libro se podría llamar “Muestrario gráfico del Síndrome de Estocolmo”.