"¿Tienen protección actualmente las situaciones que se generan por el acceso de nuestros niños, niñas y adolescentes a los espacios digitales?", pregunta la doctora en Ciencias Jurídicas, Yamila Ferrer, al abordar el futuro Código de Familias en un artículo publicado por Cubadebate.
"Con la publicación de su versión No. 22 se pone a disposición de la población, con la transparencia que corresponde, un texto que aun transita por un camino de perfeccionamiento, pero que ya expone claramente sus derroteros, atendiendo precisamente a la realidad familiar cubana de estos tiempos y a los paradigmas de igualdad, no discriminación, diversidad y justicia del proyecto social de la Revolución cubana, reflejados en la Constitución de la República", afirma la también profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
La autora afirma que el Código de Familia aprobado en 1975 "constituyó un hito en la promoción de los valores éticos y morales de la familia cubana" y "significó una ruptura con los cánones tradicionales clasistas y patriarcales de aquella época y sirvió para apoyar la lucha por la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre, entre los hijos e hijas y otros integrantes de la familia".
Sin embargo, tiene que reconocer que "a poco más de 46 años de su promulgación, ya no es coherente con la diversidad familiar que convive en la sociedad cubana y se hace imprescindible contar con una legislación familiar que refleje la realidad existente en nuestra cotidianidad y brinde soluciones jurídicas inmediatas y especializadas para los innumerables conflictos familiares que se dan sistemáticamente y que no encuentran amparo en la legislación vigente".
Según la doctora Ferrer, las problemáticas que "emergen hoy" y "deben ser abordadas en el nuevo Código" son "muchas y complejas". Por ello considera importante que la población tenga conocimiento de ellas y "pueda comprender la importancia de contar con una ley de este alcance".
La autora formula a los lectores varias preguntas sobre situaciones que ven en sus comunidades, entornos laborales y entre sus amistades, para demostrar la relevancia de las cuestiones que abordará el nuevo Código.
¿Cuántos casos conoce de abuelas y abuelos que se ven privados hoy de comunicarse con sus nietas y nietos por decisión de sus madres y/o padres y no tienen la posibilidad de solicitar a los tribunales un régimen de comunicación? Lo mismo ocurre con otros parientes, ya sean consanguíneos o afines.
¿Cuántas situaciones vinculadas a la migración o al cumplimiento de misiones en el exterior, como los casos de abuelas, madrastras, padrastros, que tienen a su cuidado niñas y niños por dicha razón y no pueden representarlos jurídicamente?
¿Cuánto afecta la no existencia de mecanismos de actuación frente a hechos de violencia al interior de la familia, desde los malos tratos psicológicos, físicos, sexuales, patrimoniales, económicos hasta el uso de las personas menores de edad como fuerza de trabajo en el negocio familiar?
¿Cuántos conflictos conoce derivados de la falta de reconocimiento jurídico de matrimonios y uniones de hecho para las parejas del mismo género, las que se han visto muy afectadas en su vida cotidiana, principalmente en el orden patrimonial y personal ante separaciones o fallecimientos, con la carga de sufrimiento humano que a ellos se adiciona?
¿Cuántas dificultades existen vinculadas a los cuidados de las personas adultas mayores y las que tienen discapacidades y que no solo les afectan a ellas, sino también a quienes ejercen esa labor de cuidado?
¿En qué medida la actualización del modelo económico cubano ha impactado en los núcleos familiares, qué modificaciones ha introducido al interior de las familias, en aspectos tales como la situación económica y las relaciones de poder?
Pese a lo loable que resulta que estos temas vayan a ser abordados dentro del nuevo Código de Familias cubano, resulta llamativo que le haya tomado tanto tiempo al Gobierno percatarse de estas problemáticas.
La necesidad de protección de los menores ante las situaciones que genera el acceso a los espacios digitales es un asunto nuevo, debido a que los cubanos tienen acceso a internet hace menos de diez años y este aún es muy limitado.
Sin embargo, las dificultades vinculadas al cuidado de personas mayores o con discapacidad; los problemas existentes por la falta de mecanismos de actuación frente a hechos de violencia al interior de la familia, y los conflictos derivados de la falta de reconocimiento jurídico de matrimonios y uniones de hecho para las parejas del mismo género, por ejemplo, son antiguos y conocidos por los juristas y el Gobierno cubanos.
"Hacia todos estos aspectos y muchos otros se dirige el contenido de este proyecto que estará a disposición de todas y todos", asegura la autora, aunque no dice cuándo exactamente estará el proyecto a disposición del pueblo cubano.
Entre las diversas instituciones jurídico familiares que desarrollará el Código de las familias, la autora adelanta:
• el parentesco y la obligación de dar alimentos;
• el matrimonio, su formalización, derechos y deberes entre cónyuges, regímenes económicos, divorcio, ineficacia;
• la unión de hecho, su constitución, pactos, extinción;
• la filiación cualquiera sea su origen;
• las relaciones parentales, su contenido, alcance, guarda y cuidado, comunicación, extinción;
• las instituciones de guarda y protección, como las guardas, acogimientos, tutela, derechos y protección a personas adultas mayores y personas con discapacidad, etc.
También desarrollará las posibilidades de solución armónica de conflictos a través de la mediación familiar, presentará fórmulas protectoras frente a la violencia familiar, brindará soluciones a los conflictos transnacionales que se deriven de las migraciones o de las relaciones entre personas cubanas y extranjeras, entre otras cuestiones esenciales, afirma la doctora Ferrer.