¿Por qué Díaz-Canel ha dejado de gritar 'Patria o muerte'?

Miguel Díaz-Canel ha hecho varias intervenciones públicas desde que el 11 de julio estallaran las protestas en Cuba, incluyendo un discurso ante miles de sus simpatizantes en La Piragua, en La Habana. Pero en ninguna ha cerrado sus palabras con la manida consigna castrista de "¡Patria o muerte!"

El propio 11 de julio, al llamar a las fuerzas represivas y a sus seguidores a "tomar las calles" para hacer frente al pueblo que pedía libertad, y cuando les ordenó "enfrentar con decisión" las manifestaciones, no la pronunció.

"No vamos a permitir que nadie manipule nuestra situación (...) que nadie pueda defender un plan que no es un plan cubano, que no es un plan para la nación cubana, que no es bienestar para las cubanas y los cubanos, y que es un plan anexionista. Y a eso es a lo que convocamos a los revolucionarios y a los comunistas de este país", dijo, para cerrar su intervención en un programa televisivo de urgencia.

El sábado 17 julio, en La Piragua, despidió el "baño de masas" organizado con convocatorias exprés entre militantes del Partido Comunista, funcionarios y trabajadores de entidades estatales, con frases desconocidas hasta ahora en la jerga del castrismo.

"¡Que viva Cuba soberana, independiente y socialista! ¡A Cuba ponle corazón! ¡Ponle corazón a la patria, a la Revolución, al socialismo y venceremos!", dijo como cierre de la intervención.

Minutos antes que él, Gerardo Hernández Nordelo, el exespía convertido en jefe de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), también cerró su discurso con un "¡Viva la Revolución!"

Entre frase y frase, los congregados corearon "¡Juntos podemos!"

Ninguno de ellos repitió el consabido "Patria o muerte". Este cambio de consignas es paradójico después que, en sus discursos de apertura y clausura del VIII Congreso del PCC, celebrado en abril pasado, tanto Raúl Castro al despedirse del cargo de primer secretario del partido único, como su sustituto Díaz-Canel, usaran la consigna que Fidel Castro empleó invariablemente desde 1960, tras pronunciarla en la despedida del funeral de las víctimas de la explosión del barco francés "La Coubre".

El "¡Patria o muerte!" fue siempre una consigna que exigía del público en respuesta el resonante "¡Venceremos!" En cambio, las nuevas arengas de Díaz-Canel no tienen siquiera ese eco en los participantes en sus mítines.

Por su parte, durante la explosión social del 11J, los cubanos corearon la frase "Patria y vida", apropiándose del desafío que esta supone frente a las consignas oficiales. Desde antes de las protestas, los cubanos la han usado como desafío ante la Policía.

El régimen ha hecho de todo por sepultar la canción que interpretan Yotuel, Gente De Zona, Descemer Bueno, El Funky y Maykel Osorbo. Desde lanzar varios temas rápidamente olvidados, como el tristemente célebre "Patria o muerte por la vida", que fue calificado por Google como la peor canción de 2021 debido a los más de 100.000 "No me gusta" que acumula, hasta tratar de apropiárselo.

En su campaña, iniciada en febrero tras el lanzamiento del tema opositor, el aparato de propaganda del régimen desató una campaña de descrédito contra los intérpretes que viven fuera de Cuba, metió en prisión a Osorbo, puso en arresto domiciliario a El Funky, y recién condenó a un año de cárcel al fotógrafo que grabó las imágenes del videoclip de la canción tomadas en la Isla, Anyelo Troya.

Pero nada de eso ha contenido la identificación de los cubanos con "Patria y vida", cuyo mensaje cuestiona frontalmente la dicotomía castrista entre "patria" y "muerte", tan repudiada en silencio por muchos durante décadas.

Después del 11J, pareciera que ni los ideólogos del Gobierno recomiendan usar tal frase, que va extinguiéndose del discurso oficial. Mencionar la opción de la muerte después de que Díaz-Canel tratara de justificar su llamado al pueblo a enfrentarse con la amenaza de que tendrían "que pasar por encima de nuestros cadáveres y estamos dispuestos a todo" parecería una alusión peligrosa ahora que el Gobierno hace malabares sobre un polvorín.