Back to top
Desabastecimiento

Elsa fue el ciclón de la morcilla podrida en Santiago de Cuba

El colmo del absurdo se vio en el sistema de carpas del distrito José Martí, donde se ofertó a las embarazadas botellas de ron, según residentes en la ciudad.

Santiago de Cuba
Una anciana preparando alimentos antes del paso de Elsa en una cocina improvisada en Santiago de Cuba.
Una anciana preparando alimentos antes del paso de Elsa en una cocina improvisada en Santiago de Cuba. Diario de Cuba

La tormenta tropical Elsa dejó más ironías que lluvias en Santiago de Cuba, donde será recordado como el "ciclón de la morcilla", pues ese fue el alimento básico que el Gobierno vendió a la población para resistir el evento meteorológico.

Frente al improvisado fogón de leña, ubicado a la entrada de su apartamento, la vieja Lalita bromeó: "Por lo que decía la prensa, nadaríamos entre aguaceros torrenciales y crecidas de ríos. Sin embargo, lo único relevante fue la diarrea que nos dio a todos los vecinos por comernos esa inmundicia".

"Habitualmente, el Gobierno nos mata de hambre. Esta vez nos mandó comida podrida", comentó la anciana de 86 años. "Olía a rayos", dijo Lalita, quien tuvo que consumir la morcilla porque fue la única opción a la que tuvo acceso con su economía de jubilada.

Como ella, muchas familias se alimentaron el fin de semana con ese producto, confeccionado con harina, sangre de res, sal y agua.

Su mal sabor obedece a que en muchas ocasiones la materia prima se mezcla con los excrementos de los animales durante las matanzas en el Combinado Cárnico de El Cristo, cuyo proceso industrial es obsoleto.

Un trabajador de esa industria dijo a DIARIO DE CUBA que, aunque se envasa en bolsas de nailon similares a las usadas para el jamón y la mortadella, la morcilla no está apta para el consumo. "Si añades la falta de refrigeración, lo que consume la gente es una indigestión, un problema estomacal seguro".

Sin embargo, la morcilla es uno de los elementos básicos en la dieta de los positivos y sospechosos de Covid-19 aislados en Santiago de Cuba. También fue la proteína que recibieron más de 10.000 evacuados durante el paso de Elsa.

Otra de las ofertas para enfrentar el ciclón fue el puré de calabaza envasado en pomos de cinco litros, y a un precio de 500 pesos, que por lo general se pone ácido debido al déficit de preservantes químicos.

Para garantizar la venta, los administradores "lo convoyaron con 15 cajas de cigarros", criticó Fráncico Chirino.

Pero el colmo del absurdo se vio en el sistema de carpas ubicado en la rotonda del distrito José Martí: la oferta para las embarazadas consistió en dos botellas de ron y un kilogramo de queso fundido, que los dependientes despachaban a mano limpia.

Ante la queja de Dainelys y las miradas perplejas de otras gestantes, la presidenta del Consejo Popular afirmó: "Se pueden dar con un canto en el pecho porque las beneficiamos con productos exclusivos".

La escasez y los precios abusivos tienen a los santiagueros "sin más huecos donde ajustarse el cinto" a la hora de dar de comer a sus hijos. A falta de pan y proteínas, en la ciudad los padres incorporan el mango como elemento clave en la dieta de los niños.

Como reportó días atrás DIARIO DE CUBA, el mango es el salvavidas de muchas familias a las que no les alcanzan los mandados de la bodega y no pueden pagar la libra de arroz a 75 pesos, la de azúcar a 60, el file de huevo a 300 y la caja de pollo a entre 3.500 y 4.000 pesos.

Aunque Santiago de Cuba está rodeada de mar, el pescado y los mariscos son alimentos de lujo. Los precios oscilan entre los 500 y 2.000 pesos, según la cantidad y la especie.

La situación se agrava porque las autoridades sancionan con multas de hasta 1.500 pesos la pesca deportiva y la captura submarina.

Frente a estas incongruencias y las escasas opciones para paliar la crisis alimentaria, la Intendencia multa y sanciona cualquier variante que el pueblo utilice para solventar sus necesidades alimenticias

Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.