Expertos internacionales consultados por BBC Mundo y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtieron que el uso de productos experimentales para la vacunación masiva contra el Covid-19, una decisión que ha tomado el Gobierno de Cuba, es "arriesgada".
Según publicó el medio británico, los especialistas consultados creen que, "si bien Cuba cuenta con una amplia experiencia en la fabricación de vacunas" y teniendo en cuenta "que cada país tiene la 'decisión soberana' de tomar este tipo de medidas", se trata de una "decisión arriesgada".
"La OPS está al tanto de la decisión del Ministerio de Salud Pública de usar los candidatos vacunales en fase III de investigación, Soberana 02 y Abdala, para su uso en territorios y personas con mayor riesgo de infección por Covid-19", dice un comunicado de la organización enviado a BBC Mundo.
"Esta es una decisión soberana del Gobierno de Cuba. La OPS no participa en esas acciones y solo recomienda utilizar vacunas cuando se hayan finalizado las tres fases de pruebas clínicas y las vacunas son aprobadas por una agencia reguladora o incluidas por la Organización Mundial de Salud (OMS) en su listado para uso de emergencia", agrega.
El Gobierno de Cuba, por motivos no esclarecidos, decidió no participar del mecanismo Covax (que busca llevar las vacunas aprobadas internacionalmente a naciones más pobres) ni negoció dosis con sus aliados políticos Rusia y China, lo que la ha llevado a ser uno de los últimos países de la región en comenzar a inocular a su población contra el Covid-19.
La propaganda oficial se ha encargado de replicar el eslogan de que Cuba "ha sido el primero en América Latina en utilizar una dosis producida a nivel nacional contra el coronavirus", pero es, también, el primer país del continente en el que se aplica a la población una "vacuna" que todavía no lo es.
Soberana 02 y Abdala (producidas por el Instituto Finlay y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, respectivamente) han comenzado a utilizarse sin que hayan sido aprobadas y registradas por una agencia reguladora (no cuentan siquiera con una "autorización de emergencia") y no se conocen datos de su efectividad ni resultados de la última fase de sus estudios clínicos, recuerda BBC Mundo.
Los candidatos vacunales cubanos tampoco han recibido autorización de la OMS/OPS y a, diferencia de lo que suele suceder con otros proyectos de este tipo, los científicos detrás de las plataformas de investigación para las vacunas solo han publicado un artículo en una revista especializada, que no fue revisado por pares.
El medio británico contactó con el Centro de Prensa Internacional, el Instituto Finlay de Vacunas, el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba, el Centro de Expertos en Vacunas y varios de los científicos implicados en la producción y certificación de las vacunas cubanas para conocer la posición del gobierno y de las autoridades de Salud de la Isla, pero no tuvo respuesta antes de la publicación de esta nota.
En abril pasado, autoridades de salud de la Isla informaron que, a mediados de mayo, el país iniciaría una "intervención sanitaria", una segunda parte de otros "estudios de intervención" que ya habían realizado, pero a mayor escala.
Anteriormente, Cuba ya había inoculado a su personal de salud y a "sectores en riesgo": para finales de abril, casi 450.000 personas habían recibido al menos una dosis de Soberana 02 y Abdala, según datos oficiales.
Esto ocurrió sin que siquiera el país concluyera de administrar los candidatos vacunales a los voluntarios para la fase III de investigaciones de ambas vacunas, lo que ocurrió a finales de abril en el caso de Abdala y el miércoles de esta semana en el caso de Soberana 02.
Las propias autoridades de salud de la Isla han reconocido, sin embargo, que no saben aún si sus vacunas serán efectivas.
"Es preciso terminar el estudio de inmunogenicidad que sería un muy buen indicador de que la vacuna estimula la respuesta inmune, pero hay que hacer el estudio de eficacia clínica: comprobar si realmente la vacuna es capaz de proteger contra la enfermedad sintomática", indicó la pasada semana en la televisión nacional María Eugenia Toledo Romaní, investigadora principal de Soberana 02.
"Aún no tenemos la respuesta total a esa pregunta", admitió.
Scott Halpering, director del Centro de Vacunología de Canadá y profesor de la Universidad de Dalhousie, critica que en Cuba lo que "están haciendo es exponer a un gran número de personas sin conocer si las dosis que están utilizando realmente funcionan".
"Sabemos de varias vacunas que comenzaron a desarrollarse y tuvieron que parar porque resultaron no ser efectivas, como la de (la farmacéutica) Merck, que demostró que era una vacuna segura, sin embargo, se demostró que su eficacia era demasiado baja", dice.
"Hoy sabemos que una de las plataformas que están utilizando en Cuba, de atacar la proteína de espiga del virus, ha probado ser efectiva. Así que su vacuna tal vez lo sea. Pero ¿qué pasa si no? ¿Cuál es la alternativa? A mí me preocupa mucho cuando un país toma ese riesgo, particularmente cuando existe la opción de obtener otras vacunas que ya han sido aprobadas", añade.
Andrea Carcelen, científica asistente en Salud Internacional en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, alerta que utilizar una vacuna cuya eficacia se desconoce implica peligros que van más allá del propio país.
Para la experta, este proceso podría generar desconfianza en general hacia las vacunas, de comprobarse que la dosis no funcione. También podría dar paso a algunas variantes peligrosas del virus.
La académica cree que una apuesta de este tipo implica también otros riesgos, desde económicos (por los gastos que implica una vacunación con una dosis que no se sabe si será efectiva, pudiendo apostarse ese dinero para otras intervenciones de salud), hasta "psicológicos".
"Si (las personas creen que) han recibido una vacuna, es posible que tenga un comportamiento más riesgoso, al asumir que ya están protegidos", considera.
No obstante, también apunta que la apuesta puede tener beneficios, de comprobarse después que la vacuna es efectiva: ya gran parte de la población estaría vacunada y se "podrían prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones o muertes".
"Me temo que las autoridades de Cuba han tenido que enfrentar un gran dilema ético: dejar que se sigan muriendo personas por coronavirus o comenzar a hacer este tipo de intervenciones con vacunas que no están probadas, pero que se basan en plataformas que ya han demostrado cierto tipo de seguridad. Si me preguntaras qué haría yo, pues lo que ellos están haciendo", opina la doctora Maria Elena Bottazzi, codirectora de la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Baylor.
En Cuba hay millones de conejillos de Indias que no le cuestan nada, incluso si mueren en el experimento.
Ojalá que sea segura y efectiva, porque ya la etán probando masivamente sin haber pasado la fase tres. Pero si no es efectiva, que al menos sea segura y no cause efectos secundarios graves. Pobres cubanos usados como conejillos de Indias.
A ver, partiendo de que cuando se invento la palabra gusano para ofender a los que pensamos diferente y estamos en contra de la dictadura fui de los primeros en sentirme identificado, no me ofende, la llevo con orgullo, esta es una de las pocas veces en que me pongo del lado de los satrapas,el mundo clama por la poca transparencia de las vacunas cubanas, yo clamo por la poca transparencia de esas cosas que andan inoculando a diestra y siniestra por el mundo bajo diferentes nombres, con un componente de manipulacion genetica, denunciado cada vez mas por biologos y personal medico que se estan desmarcando cada vez mas de este engaño, la Fundacion de Bill y Melinda Gates metida hasta las narices en todo esto tan turbio y con grandisimos intereses monetarios. Insto a todo el que lea por aqui que difunda e investigue sobre todo lo que esta pasando, no son teorias conspiranoicas ni mucho menos, mas nos vale preocuparnos por la izquierda radical internacional q por el agua con azucar cubana.
...y termina el artículo:
"Si me preguntaras qué haría yo, pues lo que ellos están haciendo", opina Botazzi.
¿Quién es Botazzi?
Castrocuba no se rige por ninguna ley ni regulación internacional; en castrocuba no existen ni los derechos ni los ambidextros, el pueblo es un medio de enriquecimiento para la dictadura fascista y lo maneja a su antojo; qué mejores conejillos de indias para experimentar que el propio pueblo? no hacen falta otras pruebas por tanto, si para probar su "independencia" y "soberanía" tiene que sacrificar unos cuantos, mejor, menos gente para tener que inventar cómo sostenerlos con vida para que trabajen dentro de su programa de hambre regulada de hace 62 años.