'El toque de queda no ha resuelto nada en La Habana'

En La Habana se respira el escepticismo ante las medidas epidemiológicas que las autoridades impusieron tras el último rebrote de Covid-19. Desde entonces, las cifras de contagio se han mantenido sobre los mil casos a pesar del toque de queda que impera desde las 9:00PM hasta las 5:00AM.

Para la totalidad de los habaneros encuestados, la indisciplina social no es la causa de tantos contagios diarios, sino las aglomeraciones que se generan del desabastecimiento y la escasez de alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad, que obligan a la ciudadanía a permanecer, durante horas, en largas colas para comprar un frasco de aceite, un paquete de pollo o dos de picadillo. 
   
"El toque de queda no ha resuelto nada en La Habana. Incluso después de todo este tiempo de confinamiento y de cerrada la provincia, los casos fueron en aumento cada día", criticó Verónica Robaina, vecina del Cerro.

"Cómo se explica que, si la mitad de los centros laborales están cerrados, los negocios privados solo ofrecen servicio a domicilio o para llevar, que los espacios públicos y las playas están cerrados y que haya un toque de queda, los contagios en vez de descender o mantenerse, vayan en aumento. Es inadmisible además que quieran culpar a la indisciplina social de esas espantosas cifras que están informando", ahondó Robaina en referencia a los últimos reportes divulgados por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

Según declaraciones de José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud, La Habana tiene una incidencia del 54% del total de casos reportados en el país durante la última semana, que aumentó en un 16,3%, a razón de 1.210 contagios y 10 fallecimientos diarios.

"Además del toque de queda, continúa en vigencia la medida de que solo puedes comprar en las tiendas del municipio donde resides; entonces cómo se explica que los contagios van cuesta arriba", cuestionó Moraima González Herrera, vecina de Diez de Octubre y trabajadora interrupta desde hace cuatro meses.

“La movilidad ciudadana está reducida, aunque permanece el transporte público y privado. También está la restricción de la presencia de niños en los parques y en zonas públicas con aglomeraciones. Las cifras de multas por indisciplina social han descendido; sin embargo, las cifras de contagio se han disparado durante todo este período de tiempo. Las explicaciones del Gobierno no son convincentes, y las personas se están haciendo preguntas inquietantes", señaló González Herrera.

No pocos habaneros especularon que las autoridades del régimen en la Isla han manipulado las cifras de contagio, a raíz de los anuncios de la campaña de inmunización. 

A finales del pasado mes de abril el Gobierno provincial aseguró que estaban alistando los Consultorios del Médico de la Familia, que catalogaron como "sitios clínicos por excelencia", para iniciar la vacunación masiva contra el Covid-19. El sitio oficial Cubadebate anunció que unas 186.499 ‒el 46% del total‒ personas habrían recibido la primera de las tres dosis del candidato vacunal Abdala en los municipios habaneros de San Miguel del Padrón, Habana del Este, Regla y Guanabacoa.

"Es demasiada casualidad que, a pesar del toque de queda y las otras medidas para reducir la movilidad ciudadana, los contagios se mantengan sobre los mil y contando", señaló Adolfo Mena López, ingeniero eléctrico y vecino de Boyeros.

"Mantener la cifra en números alarmantes, más la asfixia de un toque de queda que en definitiva no está funcionando, condiciona que la población no se niegue a ser parte de un experimento, y después de reconocer que en el país la vacuna será con candidatos propios, porque no había dinero para comprar vacunas. No habría que ser genio para sacar un poco de cuentas: causar alarma como parte de la vieja estrategia de crear problemas y después ofrecer soluciones", especuló Mena López.

"Lo cierto es que llama la atención que previo a la intervención sanitaria en grupos y territorios de riesgo, con candidatos vacunales no definitivos, la cifra de contagio sea incontenible", coincidió por su parte Ada Elba Labrador, maestra de primaria jubilada y vecina de Plaza.

"Es como un golpe de efecto para un número significativo de personas que han manifestado públicamente su desconfianza ante las llamadas vacunas, que se han fabricado en apenas un año, y en un país que no está produciendo ni aspirinas", insistió Labrador.

Para Gerardo León, panadero y vecino de Centro Habana, la Covid-19 persistirá mientras la problemática de la vivienda siga a la orden del día.

"Estás aglomerado en las colas y hacinado en tu casa. Por supuesto que la pandemia durará en Cuba un siglo a menos que se encuentre la verdadera vacuna. Hace un mes el gobernador de La Habana sugirió mantener el distanciamiento dentro de los hogares. Pero nunca explicó cómo carajo se mantiene el distanciamiento en un cuartucho de cuatro por cuatro y seis personas viviendo dentro. O en un solar o cuartería donde conviven más de cincuenta personas. Ni toque de queda ni ninguna otra medida podrá frenar la pandemia", concluyó León.