El hotel Meliá Trinidad Playa, que se construye en la península de Ancón, en Sancti Spíritus, está "a un paso de concluir la construcción", informó este sábado el medio oficialista Escambray. La noticia fue criticada por cubanos porque es triunfalista y se da en momentos de gran escasez en la Isla.
"La edificación está a un 98% de ejecución a pesar de la situación epidemiológica provocada hace más de un año por la Covid-19 y limitaciones financieras y de recursos. Desde octubre no se reciben materiales imprescindibles para la terminación total. La fecha de entrega, programada para este año, aún está por definir ya que depende en gran medida de las importaciones", dijo Pedro Luis Sarduy Gómez, especialista en la Asociación Económica Internacional (AEI) Construcciones Trinidad.
Según la citada fuente, en la construcción del hotel categoría Cuatro Estrellas Plus "se emplearon modernas tecnologías; está conformado con hormigón armado de alta calidad y su estructura se levantó in situ, sobre una altura muy sólida, lo cual lo hace más resistente a las eventualidades de la naturaleza".
El hotel Meliá Trinidad Playa tendrá 401 habitaciones ubicadas en siete módulos y tres niveles. En la instalación también contará con un bloque central donde se ubican los servicios esenciales y 11 piscinas que conforman una línea perimetral a lo largo de la zona de hospedaje.
"Lo interesante de este hotel es que su ejecución avanzó en medio de la pandemia cuando nuestro pueblo carecía de alimentos y otros insumos básicos producto del bloqueo (embargo de Estados Unidos al régimen). El bloqueo es selectivo, antojadizo y extremadamente caprichoso", dijo Edgar Ricardo en los comentarios de Escambray.
Por su parte, un cubano identificado como Augusto dijo que "lamento informarle que ese artículo que ha publicado no tiene validez ya que trabajo cerca de esa construcción y no está ni al 80% de terminación". "Con tantas cosas importantes sobre todo referentes a la salud y la pregunta incapacidad de controlar la pandemia, dan una información que ni siquiera es veraz. Así va Cuba rumbo al futuro. Aires triunfalistas y verdades idealistas", dijo Davis Manuel.
"El triunfalismo es la peor plaga que nos azota desde hace muchos años. ¿A quién engañamos con eso? Pues a nadie, ya estamos acostumbrados a no confiar en lo que publica nuestra prensa que hace tanto daño como un bloqueo, ese bloqueo interno que no deja publicar las realidades, sean dulces o amargas", dijo Kamilo.
"Yo pensaba que todo eso estaba paralizado y los pocos recursos que entren serían para lo que se avecina y lo que estamos viviendo por el Covid-19 y para comida. Lo que se gasta en un año en la construcción de un hotel de esos alcanza, por ejemplo, para los insumos de los hospitales, que no tenemos ni antibióticos, ni jeringuillas, ni guantes, ni nada, estamos en cero y ni hablar del tema ambulancia", dijo Anaili Iliana en los comentarios del Facebook de Cubadebate.
"Y luego para el pueblo ni este cemento, la verdad que lo del Gobierno cubano ya es un descaro, las casas de la gente cayéndose, y esta gentuza levantando más hoteles", "abajo el bloqueo interno al pueblo cubano" y "a llenar las barrigas de los dirigentes o perdón, los bolsillos de dólares, igual es lo mismo. Ningún hotel representa mejoría para el cubano", son otros de los comentarios.
Este chiste de los hoteles vacíos, y Gaesa construyendo y construyendo y dejando que sucedan derrumbes en lugares estratégicos para seguir construyendo me huele raro hace rato.
Aquí hay billete circulando por donde menos nos lo imaginamos. Tal vez la ganancia no viene por el operador del hotel, sino por los GC extranjeros, la agencia del Bonding, el banco prestamista o alguien que se moja muy bien mojado en el negocio y le pasa dividendos a los militares cubanos.
Algo así como un odebrech en menor escala: al cliente final (gobiernos locales) ni le va ni le viene lo que se hizo o se dejó de hacer, sino el sablazo que le propinaron al arca estatal de donde le dieron su parte.
En este caso es probable que el dinero no haya salido de un arca estatal, sino de alguna agencia de desarrollo de la ONU, un negocio turbio tapado de ONG o un inversionista tonto y es la construcción en sí lo que está dando dinero.
Algún periodista serio o un economista con agallas se debería asomar y averiguar más