Los miembros de Clandestinos Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo han sido formalmente acusados de "tráfico y tenencia ilícita de drogas". La petición fiscal para ellos, a la que DIARIO DE CUBA tuvo acceso, es de 12 y siete años de cárcel, respectivamente.
Para Jorge Ernesto Pérez García, cuya única vinculación con Clandestinos fue haber prestado su teléfono celular para enviar videos e imágenes de las acciones del grupo, la Fiscalía solicita cinco años de condena por un supuesto delito de "tráfico de drogas".
En el caso de Rodríguez Baró, a la acusación por tráfico de estupefacientes, se suma otra por "juegos prohibidos".
La madre de Rodríguez Baró, Esther Carrillo, en anteriores declaraciones a DIARIO DE CUBA ha reconocido que su hijo es consumidor, pero ha asegurado que jamás ha traficado drogas.
Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo cumplen condenas de 15 y nueve años de prisión por haber derramado sangre de cerdo sobre algunos bustos de José Martí y vallas con propaganda política en los primeros días de 2020.
En ese caso, fueron acusados de difamación de las instituciones y organizaciones, y de los héroes y mártires, de carácter continuado, así como por el delito de daños a bienes del patrimonio cultural. Ambos están recluidos en la cárcel Combinado del Este, en las afueras de La Habana.
Por su vinculación con Clandestinos, Jorge Ernesto Pérez García cumple un año de cárcel. En declaraciones a DIARIO DE CUBA su madre rechazó el nuevo cargo por "tráfico de drogas".
"Mi hijo ni es consumidor habitual y mucho menos traficante. Él es totalmente inocente de ese delito. Yo, que vivo con él y lo conozco bien, puedo asegurar que es así. Espero que en el juicio si de verdad queda un ápice de justicia en este país, sea absuelto de esa acusación y pueda estar ya en libertad como corresponde", dijo a DIARIO DE CUBA Mercedes García.
A finales de marzo, Pérez García realizó una huelga de hambre para exigir la libertad que considera le corresponde por haber pasado ya un año preso. Debido a su delicado estado de salud —lleva un marcapasos para el corazón— decidió abandonar la huelga.