El cubano Jorge Ernesto Pérez García, condenado a un año de cárcel como parte del proceso contra el grupo Clandestinos, abandonó el pasado domingo la huelga de hambre que había comenzado el 18 de marzo para exigir su libertad, informó a DIARIO DE CUBA su madre, Mercedes García González.
"Él no tiene condiciones de salud para realizar una huelga de hambre. Decidió hacerla porque se considera totalmente inocente y en el juicio el fiscal no le pudo probar nada. El abogado defensor en cinco ocasiones pidió una fianza para que pudiera esperar en libertad la fecha del juicio y siempre fue denegada", explicó García González, quien fue una de las pocas personas que asistió al juicio, celebrado en diciembre del pasado año bajo fuertes medidas de seguridad.
Según García González, la única vinculación de su hijo con los hechos ocurrió cuando, "sin conocer la relevancia de los sucesos, prestó su teléfono de mejor calidad a su primo, Panter Rodríguez, para que los vídeos e imágenes fueran enviados a Estados Unidos. Ni siquiera fue en su teléfono donde esos vídeos e imágenes se hicieron, pero tampoco esa supuesta transferencia de información el fiscal pudo demostrarla en el juicio", expresa esta mujer.
Las autoridades cubanas "quieren encausarlo también por tráfico de drogas, cuando mi hijo ni siquiera es consumidor de ningún estupefaciente, es una gran injusticia todo lo que está ocurriendo con él", apuntó García González
La petición fiscal inicial era de seis años de condena para Pérez García. El Tribunal le impuso finalmente un año por el supuesto delito de "difamación de las instituciones y organizaciones de los héroes y mártires de carácter continuado", y lo exoneró de la figura penal de "daños a bienes del patrimonio cultural", pues quedó demostrado que Pérez García no tuvo participación alguna en el vertido de sangre sobre bustos de José Martí y a vallas con propaganda política, que constituyeron las principales acciones de Clandestinos.
La Fiscalía, no conforme con la condena a Pérez García, apeló el fallo del Tribunal Municipal de Plaza de la Revolución y se encuentra a la espera de una respuesta.
Los otros cubanos miembros de Clandestinos, Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, fueron condenados a 15 y nueve años de privación de libertad, respectivamente, por los delitos de "daños a bienes del patrimonio cultural" y "difamación de las instituciones y organizaciones, de los héroes y mártires".
Ambos también se encuentran a la espera de juicio por supuesto tráfico de drogas, lo cual aumentaría sus condenas (ya excesivas). En el caso de Rodríguez Baró, el abogado defensor presentó una apelación de esa condena al Tribunal y se encuentra a la espera de respuesta.