Dos madres cubanas ocuparon el martes con sus hijos, entre ellos un lactante de apenas dos meses, un taller de herrería abandonado, ubicado en la calle Villegas 436 entre Teniente Rey y Muralla, en La Habana Vieja.
Las "madres okupas" son un fenómeno cada vez más común en la capital cubana, en especial en su municipio más antiguo y con más edificaciones en mal estado.
"La desesperación nos llevó a hacer esto, algo que ni siquiera planificamos con mucha antelación. Simplemente vimos que este local no se usaba y rompimos. Yo tengo tres hijos y mi esposo falleció de manera repentina hace diez meses, dejándome embarazada en ese momento. En casa de sus padres no podía seguir", relató a DIARIO DE CUBA Danisleidys Calderín Mendoza, con su bebé en brazos.
"Ya vino un funcionario de Vivienda, tomó nuestros datos y se marchó. Hemos tenido la solidaridad de los vecinos, que nos prestaron una lámpara. Nosotros lo que deseamos es que no den este local, que se lleven todos estos trastos que hay aquí y así poder tener nuestra casa", apuntó Theicha Domínguez Guzmán, quien tiene una niña de un año.
Pocos días atrás, una madre tomó junto a su hija una bodega vacía en la barriada de Luyanó y fue amenazada por la Policía de la zona con quitarle la custodia de la menor sino abandonaba ese local.
La ocupación de locales estatales por parte de madres con sus hijos se ha hecho frecuente en la capital cubana. El pasado año, DIARIO DE CUBA contabilizó siete casos de ese tipo, la mayoría La Habana Vieja.
Todos estos sucesos han sido protagonizados por mujeres desesperadas debido a la falta de vivienda propia, o que viven en edificaciones en ruinas en las cuales peligra la vida de sus hijos. Muchas llevan años esperando y han perdido la esperanza de una solución a corto o mediano plazo para su situación.
Aunque en la mayoría de los casos las madres logran permanecer en esos locales, todas han recibido amenazas de las autoridades para tratar de desalojarlas.
