Durante mucho más de un siglo el bodeguero y la bodega del barrio en Cuba fueron una institución muy peculiar integrada al paisaje y la cultura criollos. Tanto, que en los años 50 el chachachá de Richard Egües "El bodeguero" le dio la vuelta al mundo en la voz de Nat King Cole, como auténtica expresión de cubanía, pese a ser cantada por un extranjero (la interpretó magistralmente).
En la bodega de la esquina, como se le llamaba comúnmente, las familias cubanas se abastecían de prácticamente toda la canasta básica, excepto carne fresca, pescados y algunos vegetales, que se compraban en carnicerías, pescaderías y las "placitas".
Pero todo aquello con su imagen cuasi folklórica de bodega y bodeguero, desapareció. Y no porque fueron desplazados por la competencia de supermercados modernos, o porque se modernizaron y cambiaron su fisonomía y su añejo sabor. Fueron destrozados por el comunismo.
Sin castrismo en Cuba habría supermercados (tipo Minimax o Grocery de antes) pero las bodegas tradicionales no habrían desaparecido. Muchas se habrían modernizado, otras no, pero comprar la "factura" semanal (canasta básica) cerca de la casa seguiría siendo cosa muy práctica.
La bodega cubana con el castrismo devino cuchitril que expende apenas diez o 12 productos estrictamente racionados y en cantidades tan bajas que solo alcanzan para una semana o diez días. Están vacías, destartaladas, sucias, muchas de ellas con ratones y cucarachas.
Las imágenes de bodegas que salen de la Isla expresan con crudeza la pobreza, el hambre y el atraso actual del país.
Bodega, un cubanismo
La inmensa mayoría de los cubanos hoy no tiene idea de cómo eran las bodegas cuando Cuba era una "neocolonia explotada por el imperialismo".
Con el significado que tiene en Cuba la palabra bodega, como destaca Fernando Ortiz, es un cubanismo. No significa bodega de barco, ni lugar para guardar vinos como en el resto del mundo hispanoparlante.
La bodega precastrista estaba repleta de mercancías en estantes que llegaban al techo. Además de su función comercial, tenía una función social. Era común la frase: "me enteré en la bodega…" Allí coincidían vecinos del barrio. Conversaban de aspectos familiares, noticias, criticaban al Gobierno, discutían por qué el Habana perdió con el Almendares, o si Puppy García era mejor boxeador que Ciro Moracén. (A propósito, en los años 60 Puppy García tenía un auto de alquiler en una piquera muy cerca de mi casa. Varias veces utilicé sus servicios. Nunca me habló mal de Moracén, con quien peleó varias veces.)
Salvo raras excepciones, las bodegas estaban en las esquinas de las cuadras. Una de esas excepciones se hizo mundialmente famosa. En los años 40 del siglo XX, a mediados de una cuadra cerca de la Catedral de La Habana estaba la bodega Casa Martínez. Muchos clientes se citaban en la "bodeguita del medio de la cuadra" para conversar, tomar cerveza y comer algo ligero. Su dueño de entonces, Angel Martínez, la convirtió en restaurante y nació La Bodeguita del Medio, hoy con siete filiales en Europa y Latinoamérica.
Burras ordeñadas en las bodegas
Ya en la época colonial la bodega y el bodeguero (muchos de ellos españoles), eran muy populares. Fe de ello da el libro De bandera a bandera (From flag to flag), de la estadounidense Eliza Eliza Mc Hatton-Ripley, quien en 1865 fue a vivir a Cuba durante diez años con su familia y dos esclavos, y compró una plantación de caña de azúcar en Matanzas que nombró "Desengaño".
Su libro, publicado en 1889, destaca las "innumerables bodegas pequeñas y cantinas (…) dispersas por los alrededores y calles apartadas, donde los trabajadores blancos y de color comían uno junto al otro pescado frito o sopa de ajo y bebían aguardiente". Y narra que en algunas bodegas "se mantenían burras atadas al mostrador y se ordeñaban allí mismo para vender la leche a inválidos y personas de digestión delicada. El café que se servía en esas mismas bodegas era rico y delicioso".
Volviendo a la República, la bodega vendía arroz, granos, papas, jamón, quesos, confituras, café, aceite y muchos otros alimentos, dulces finos, turrones, chocolates. También champú, cuchillas de afeitar, jabón, detergente, desodorante, talco, pasta dental, perfumes baratos, betún, cordones de zapato, papel, sobres para cartas, curitas, hilos y agujas, limas y pinturas de uña, brillantina para el cabello y muchos otros productos.
O sea, el bodeguero abastecía de casi todo a las familias. Tenía cartuchos de hasta 25 libras para envasar, y papel parafinado para envolver manteca, jamón, chorizos, aceitunas, pasas y alcaparras. La mayoría de las bodegas contaba con una barra en la que se podía tomar cerveza, ron, vino o refrescos y comer "saladitos", mientras se jugaba al cubilete. Tenían mensajeros para llevar las mercancías a domicilio.
En Navidades y fin de año el bodeguero obsequiaba a sus "marchantes" (así le llamaban muchos bodegueros a sus clientes habituales, palabra de añejo origen en España) sidras, botellas de vino o turrón español.
Y otro detalle, el bodeguero no se limitaba a estar "entre frijoles, papas y ají", como dice la contagiosa canción de Egües, sino que hacía hasta de banco. Si un cliente necesitaba con urgencia hacer efectivo un cheque el bodeguero lo hacía. O le prestaba el dinero y lo anotaba en su cuenta, pues las "facturas" por lo general se pagaban mensualmente. El bodeguero les fíaba, les concedía crédito a sus clientes y anotaba en una libreta lo que iban debiendo.
Además, a los niños más grandecitos les gustaba que los enviaran a "hacer un mandado" a la bodega, pues podían pedir "la contra" y el bodeguero les obsequiaba caramelos, bombones o galleticas.
Llegó la libreta de la bodega
Así fue la bodega cubana hasta la llegada del socialismo, sobre todo hasta marzo de 1968, cuando Castro I dio jaque mate a la economía de mercado. Estatizó las 11.878 bodegas de la Isla, como parte de los 57.280 pequeños negocios privados que confiscó o eliminó. E inventó la libreta de la bodega o cartilla de racionamiento.
¿Qué "dan por la libreta" en las bodegas de hoy? Según cifras oficiales: siete libras de arroz per cápita, medio litro de aceite, media libra de frijol negro y media de frijol colorado (cuando los hay), tres libras de azúcar blanca, y tres de azúcar sin refinar, una libra de pollo, diez huevos, un paquetico de café de cuatro onzas, y 30 panecitos redondos de 80 gramos cada uno, que solo alcanzan para un tercio o menos de un mes . También un paquetico de sal trimestralmente para toda la familia. Y leche en polvo para niños menores de siete años y compota para menores de tres años. Y punto.
Para alimentarse el resto del mes hay que "inventar". Sumergirse en el mercado negro, cada vez más escaso y caro. Incluso ya ni con dólares se puede comprar alimentos en las shopping. No los hay, o son demasiado caros. Otra solución es robar ganado, o en los centros de acopio, almacenes y fábricas procesadores de alimentos.
Paradójicamente, la escasez está comenzando a rescatar de alguna manera la función social de las bodegas de antaño. Los "marchantes" ahora protestan a toda voz en las bodegas cuando no han llegado los alimentos necesarios. Culpan abiertamente a Miguel Díaz-Canel, califican de "tremenda mierda" a la Tarea Ordenamiento, denuncian lo bien que comen los dirigentes.
En resumen, el bodeguero cubano de hoy puede repetir: "Aprended flores de mí/ lo que va de ayer a hoy/ que ayer maravilla fui/ y hoy sombra de mí no soy", del poema de Góngora dedicado al marqués Flores de Ávila hace exactamente 400 años.
Y sí que hay que aprender.
Muy bueno,me encantan estos trabajos que describen la cuba de antes del fatídico año porque no tuve la oportunidad de vivirla y crecí en la absoluta mentira.Sin dudas la época de los 50 fue la de mayor esplendor.Ahora bien,siempre alguien tira la misma pregunta,porqué entonces el pueblo se rebeló contra el honorable Presidente Fulgencio Batista y Zaldívar?.No fue el pueblo,fueron unos jóvenes cabezas calientes que se tomaron la potestad,en nombre de ese pueblo,de iniciar una guerra terrorista en las ciudades para crear el pánico y el terror y dar al traste con la democracia en el país.Se mataba y se asesinaba?,sí,pero,ante la violencia siempre se responde con violencia.Unos días después del intento de asesinato contra el Presidente Fulgencio Batista y Zaldívar hubo una manifestación multitudinaria de apoyo al General.Desgraciadamente el pueblo cubano se fue con la de “trapo” y ya llevamos más de 62 años de miseria y destrucción y añorando por un pasado que no volverá.
Así eran las bodegas de mi niñez, mi madre hacía la compra mensual y si entre semana había que comprar algo lo sacaba y firmaba la factura que luego se añadía a la compra del mes. Lugares donde se compraba el petit pois La muñequita, el vino seco Edmundo, la leche condensada La lechera o Nela, o los quesitos suizos, y aquellas galletas saladitas que venían en una latas inmensas. Ya nada de eso existe, solo quedan los recuerdos.
Y como comentaba Azayas, sí que la clase media en Cuba era pujante y generaba dinero y puestos de trabajo, en mi barrio casi todos eran comerciantes, desde dueños de cafeterías, dueños de cine o farmacéuticos, nadie se consideraba "rico" pero se tenía lo suficiente para vivir decentemente y enviar a los hijos a colegios privados, luego llegó el comandante y mandó a parar, el resto es historia. Mi padre con 68 años cumplidos comenzó de cero en otro país y consiguió sacar a toda la familia que quedó en Cuba.
Me parece bastante irónico el nombre que lleva la bodega de la imagen: Diluvio, que en lenguaje coloquial significa la existencia de alimentos en abundancia.
.....no es la bodega lo decadente, es el horror de encontrarte de frente las fotos del carnicero de la cabaña....
Hay algo que no entiendo. ¿Por qué si la bodega cubana era así de linda, hubo gente que se alzó y hasta murió peleando para que ahora tengamos un cuchitril castrista y nadie se alce? Empezando por RAQ, que defendía a capa y espada la economía socialista en Granma y disertaba sobre la crisis estructural del capitalismo.
Gualterio, en Cuba la gente se alzó para acabar con una dictadura que mataba y torturaba, pero que lejos de prohibir la libre empresa permitió que Cuba tuviese su mayor expansión y prosperidad económica y social de toda su historia. Los rebeldes cuando bajaron de la Sierra tenian en el cuello rosarios. Yo los vi en la caravana que fue de Santiago a La Habana. Fidel Castro impuso el sovietismo para poder mantenerse en el poder. En cuanto a mi le recuerdo que Boris Yeltsin y Gorbachov eran miembros del Buro Politico del PCUS y acabaron con el comunismo.
Sencillamente, porque la gran mayoría de los que apoyaron a esos alzados, jamás pensaron que dichos establecimientos se iban a transformar en lo que son ahora.
La pesa que aparece en la imagen es una magnífica pieza de colección para ser subastada en Sotheby's.
Las bodegas eran como las describe el autor. Muchas gracias por ese recordatorio. El complemento de ellas eran los puestos de viandas --al menos en el pueblo donde yo viví--, donde se podían comprar cualquier tipo de viandas y vegetales, también maíz, en mazorcas o molido para tamales. Otros establecimientos eran la carnicería, y las pollerías donde también se compraban huevos. La única libreta que conocí antes del racionamiento, fue la que usaba el bodeguero de la esquina de mi casa para anotar lo que comprábamos, se pagaba a fin de mes.
Como dice el autor la nueva generación no sabes lo que es una bodega cubana. En la República Dominicana en los pueblos hay un parecido a esas bodegas de la Cuba capitalista.
Si los comunistas cubanos se hubieran propuesto como objetivo destruir la economía, no hubieran logrado hacerlo mejor. Razones de primer nivel hay muchas: soberbia, ignorancia, maldad, envidia... pero yo quisiera mencionar un par de razones un poco más sofisticadas. La primera, fue poner la política por encima de las leyes del mercado. Y la segunda, la destrucción de la clase media, compuesta principalmente por la gente de empuje, los que verdaderamente encabezan el desarrollo, los pequeños y medianos empresarios. Esa gente está ahora, en su mayor parte, en Miami. Y los que se han quedado en Cuba son los mas mansos, los menos decididos a pelear por su futuro y progresar en la vida. En mi opinión, la reconstrucción del tejido social en Cuba una vez que el comunismo caiga por su propio peso, puede durar otro medio siglo. En total, un siglo de desarrollo perdido por un canalla y estúpido asesino.
Weston ___ Pipiolo, no sabía que hoy tenía terapia de grupo.
Un detalle sumamente importante pasado por alto es que hace ya muchos años en las bodegas cubanas la libra no tiene 16 onzas. Los mulatos van a la bodega y saben que día a día el bodeguero les roba. Creo que lo mas jugoso de este articulo es la fotografía, me llama la atención que en tiempos de la colonia existía el sincretismo religioso, los esclavos africanos homologaban sus deidades con los santos católicos y la fiesta se llevaba en paz, ahora se ve en la decoración a uno de los pilares del materialismo y por consiguiente ateísmo, el asesino Che Guevara junto a la de el piadoso San Lazaro, se trata de dos figuras irreconciliables . Como interpretar esta malanga, cobardía, rebeldía, burla o ignorancia. Quiza 60 años de caracoquismo han hecho mella en la salud mental de la población y llegan a Miami llenos de complejos y de mala leche cuando llegan a la dolorosa conclusion de que se los jamaron con papitas.
Un largo artículo, bien descriptivo, sobre las diferencias entre una bodega en el capitalimo y otra en el socialismo. Larga lectura para entender reiterativamente que el socialismo no funciona.
Buen pretexto para que los pre-claros foristas entonen sus himnos de combate.
Las fotos del Cheo, el doctor asesino, son para qué el bodeguero se haga el "revolucionario", el comecandela, y poder robar la poca míseria que le venden al pobre pueblo esclavo.
Parece increíble pero es cierto. En Cuba ya hay más pobreza que en Haití.
Hoy, la clásica bodega cubana, es un insulto al pueblo que por carnero no se da por aludido.