Pocas cosas sacan tanto de sus casillas a los dueños de Cuba como que la prensa independiente se financie con fondos extranjeros; pero se ponen verdaderamente histéricos cuando el dinero viene de la USAID, esa agencia estadounidense que canaliza parte de la ayuda internacional de ese país —el mayor donante mundial— y que, según los voceros del régimen, es una tapadera de la CIA.
"¡Mercenarios!", gritan indignados los periodistas de la Seguridad del Estado cuando "descubren" lo que los propios medios independientes publican con la conciencia totalmente tranquila: que se financian con quien puedan para poder defender su propia agenda, pues es legítimo tener una agenda y más si es previa a la financiación.
Del norte ha venido dinero a Cuba para todos los grupos políticos, incluyendo el partido de Martí y el movimiento de Fidel, y antes, desde La Habana, se envió dinero para financiar las tropas de Washington en la definitoria batalla de Yorktown. ¿Habrá sido el primer presidente norteamericano un mercenario al servicio de la alta sociedad habanera?
Lo curioso es que la USAID no se limita a financiar proyectos de prensa independiente cubana —o de muchos otros países—, ¡también financia al Ministerio de Agricultura castrista! Así mismo, como se oye. La FAO, agencia internacional dedicada a promover cuestiones de agricultura, ha aprobado un programa en Cuba que costará más de ocho millones de dólares, y adivinen quién es uno de los máximos donantes de la FAO… Efectivamente, la CIA, digo, la USAID.
Cabe preguntarse cuán seguro está el Gobierno cubano de que ninguno de esos billeticos que la FAO le enviará no proviene de la USAID y, en caso de no estarlo, ¿no hay cierto tufillo a doble rasero en el asunto? Quizás en otros tiempos ideológicamente más puros el ministro del ramo habría tenido que hacerse una profunda autocrítica… o no… La verdad es que Quien-tú-sabes siempre aceptó encantado la financiación extranjera mientras fuera para él y no para ningún "periodistilla independiente"… ¡Faltaba más!
Además, este asunto queda entre amigos. La FAO tiene estacionado en la Isla a todo un personaje, el brasileño Marcelo Resende, un ferviente admirador de Chávez y Fidel que aterrizó en Cuba en 2018 proveniente de Venezuela, donde ejerció sus funciones como funcionario de la FAO con notable "éxito", a juzgar por la hambruna que allí dejó, a pesar de la cual no mermó un ápice su entusiasmo por el Socialismo del Siglo XXI.
Aún no se había instalado en alguna lujosa mansión de Miramar expropiada a una familia burguesa que seguro no la merecía, y ya el camarada Resende le regalaba al Gobierno cubano frases como: "En el Día Mundial de la Alimentación, Cuba tiene mucho que celebrar, al país no le falta rumbo, liderazgo y voluntad política" o "La nueva constitución ratifica a la alimentación como una prioridad política y un derecho universal de cubanas y cubanos".
Incluso el brasileño ejerce su libertad de expresión publicando laudatorios artículos en Cubadebate —órgano oficial digital del PCC— a favor del plan de las 30 libras mensuales de viandas, hortalizas y frutas que el Gobierno pretende, algún día —no muy lejano— garantizarles a los cubanos, si el "bloqueo", el coronavirus, el cambio climático y la conjunción de Saturno y Venus se lo permite.
Y si alguien se pregunta cómo la FAO financia un Gobierno con tan enciclopédico historial de despilfarro de recursos y fracasos agrícolas, la respuesta probable es que la organización, al menos en sus oficinas centrales de Roma, no sea totalmente consciente de la inoperancia de la política agrícola cubana, basada en un sistema que no se salva ni con los 3.000 millones de dólares del presupuesto total de la FAO.
Digo que no lo sabrán en Roma donde se guían por estadísticas oficiales, pero el amigo Resende es comunista, no tonto ni ciego. Este debe saber que las 2.762.000 toneladas de viandas, 2.454.000 toneladas de hortalizas y 1.894.000 toneladas de frutas que, según la ONEI, produjo Cuba en 2018 son simplemente mentira. Porque si prorrateamos esas cantidades entre la población, le estarían tocando a cada cubano 116 libras de viandas, hortalizas y frutas; cuando la realidad, según reconoce el ministro de Agricultura, es que no se llegan ni a 20 libras per cápita, y eso sin contar la merma entre el surco y la mesa.
En fin, parece que el problema del Gobierno cubano no es que la CIA, la USAID o el Espíritu Santo len de dinero al periodismo independiente cubano. El problema es la existencia misma de ese periodismo, pero, a no ser que muy pronto nos enteremos de que el actual ministro de Agricultura fue "destinado a otras funciones" tras hacer una profunda autocrítica, y se expulse del territorio nacional a Resende, vamos a tener que pensar que en Cuba, mercenarios somos todos.
Totalmente de acuerdo con el artículo. Soy testigo de los buenos oficios de la USAID en Africa. Ahora mismo está ayudando en la vacunación contra el Covid.
Pero hay otra cosa aparte de lo dicho en el artículo, que muestra el doble rasero del gobierno de Cuba en cuanto a su agricultura, y es el uso de las semillas transgénicas de Monsanto.
El castrismo ha estado usando la coartada "antimperialista" durante 60 años para acusasr de mercenario y agente de la CIA a todo aquello que vaya en contra de sus intereses ideológicos. Pero la tortilla se ha virado con la aparición del interne donde todo se sabe y se documenta y los cubanos se empiezan a enterar de cosas que no les han dicho la propaganda oficial..
Ya el embargo (que no bloqueo) no es lo que era, porque se sabe que la compra de alimentos y medicinas en Estados Unidos no estaba prohibido en las cláusales finales de la medida, porque de otro modo no se puede explicar los pollo Made in Usa o el papel en que se imprime el Granma.
Las ayudas de la USAID no sólo van a parar al periodismo independiente, sino para mantener también la la burocracia del Ministero de Agricultura, y de paso y por carambola, el yate de Tony, el Porsche del Cangrejo o el Mercedes de Sandro.