Campesinos cubanos se niegan a comprar el fertilizante ocho veces más caro

Una fuente del Ministerio de la Agricultura en Holguín aseguró a DIARIO DE CUBA que "a pesar de haber déficit en los suministros de fertilizantes y productos químicos para el control fitosanitario, lo poco que hemos asignado a cultivos priorizados, en parte está estancado, sin venta, debido a los precios elevados después de enero".

Al contactar con campesinos, se pudo verificar que en efecto existe gran inconformidad y preocupación por parte de los agricultores, no solo por la falta de suministros, sino también por el precio de la mayoría de los insumos.

Para Javier, productor de frijoles, "es una locura que el precio del frijol haya subido tan poco, que ni siquiera se duplicó, y el de los insecticidas se multipliquen hasta diez veces. Es la ley del embudo, la parte del Estado ancha y la del pueblo que trabaja la más fina, como si uno fuera burro o esclavo".

"El abono (fertilizante químico industrial) nunca llegó, pero dicen que está por las nubes. Y los productos (químicos para el control de plagas) nos llegaron tarde, después que el frijol estaba casi a punto de cosecharse, cuando ya era inútil aplicarlo. Si uno no lo compra en la calle, del que se roban en los almacenes de ellos mismos y nos venden más caro todavía, pierde la cosecha", aseguró.

"Estamos jodidos como siempre o peor, porque todo eso nos afecta las ganancias. A Acopio no le importa si llegó tarde esto o aquello ni cuanto te costó. Ellos lo quieren todo y para tener rentabilidad hay que vender donde mismo uno compra lo que necesita para producir: en la calle", afirmó muy resuelto.

Los productores de tabaco en Mayarí se ven igualmente perjudicados, y la mayoría decidió no comprar el fertilizante tan caro. "Es un precio imposible, ya a 105 pesos el saco de fertilizante estaba demasiado caro. Si lo hubieran subido tres veces, se podría pagar, pero ocho veces es demasiado", afirmó Juan, un cosechero de experiencia, que fue dirigente cooperativista en el pasado y conoce del tema.

"Ahora, con todos los incrementos del 10% que le aplica cada intermediario hasta que llega al campesino, el precio de venta es 845 pesos un saco nada más (45 kg). Es como tres quintales de tabaco solo para recuperar la inversión en abono para una hectárea, porque al tabaco solo lo subieron 2,2 veces el precio del de producción nacional y 1,7 veces el de exportación. Imaginen que, para una hectárea de tabaco, por lo menos hace falta 13 sacos: eso es como 11.000 pesos", explicó.

"Y súmale que todo los demás que se necesita es mucho más y ha subido igual, de manera desproporcionada. No da la cuenta. Es mejor no aplicar fertilizante y bajar el rendimiento, o sembrar otra cosa menos exigente de fertilizantes. Porque con el tabaco no hay invento, hay que echarle lo que es para que dé rendimiento. Dicen que quieren exportar más pero si esa es la estrategia para estimular al campesino, se les va a caer el tabaco. Ojalá se den cuenta a tiempo y arreglen toda esta locura", concluyó.

Luis, otro campesino productor de tabaco en el valle de Mayarí, contó a DIARIO DE CUBA: "Los tabaqueros que compramos el primer lote de abono a 105 pesos, en noviembre, pudimos aplicarlo, pero los que sembraron o tenían que sembrar después de enero están embarcados porque llegó a más de 800 pesos".

"La Dirección de la cooperativa preguntó uno por uno si lo comprarían y solo dos o tres estuvieron dispuestos a pagarlo así, porque es demasiado exagerado. La siembra del tabaco se va a joder si no bajan el abono o suben el precio del tabaco, algo tendrán que hacer", opinó.

El Gobierno de Díaz Canel exhorta al sector productivo a tener mentalidad exportadora y a sustituir importaciones para captar más divisas o ahorrarlas, en medio de la crisis aguda en que se halla inmerso el país. Sin embargo la excesiva burocracia del sistema y las ilógicas aberraciones y trabas que produce de manera espontánea y sostenida, como algo inherente, atentan contra su propia política.

Es lo que parece suceder con los muy elevados precios de los fertilizantes y otros insumos para el vital sector agrícola que, al menos a nivel de discurso, pretenden reanimar. Tal vez sea a paradojas como estas que se refirió Díaz-Canel cuando, con otra paradoja, hizo un llamado a "ordenar el ordenamiento".