Fue una toma relámpago. De manera muy improvisada, 11 mujeres con sus hijos pequeños, en total 16 personas, tomaron un taller abandonado al mediodía del pasado jueves en la calle San Indalecio 116, en el municipio habanero del Cerro. Pero a las cuatro horas de estar en el sitio, tuvieron que salir ante la amenaza de la Policía de rociarlos con gas pimienta si no abandonaban el lugar.
En la acción, ocurrida al filo del mediodía, a las madres los acompañaban dos hombres.
"El policía, que se identificó como un mayor, nos esposó y nos enseñó el rociador en modo amenazante. Como los niños todos son muy pequeños —el mayor de todos tiene siete años y el menor apenas dos meses—, quisimos evitar males mayores y por eso decidimos salir, pero hicimos eso porque todos tenemos una situación muy difícil con la vivienda", contó a DIARIO DE CUBA Samuel Vargas Pila, uno de los hombres que entró al taller.
"Yo no tengo donde vivir. El cuarto donde vivía con mi mamá, que es alcohólica, está en derrumbe. Tengo una niña de nueve meses y necesito al menos un lugar donde pueda estar con mi hija. Por eso decidí meterme en ese lugar", comentó Coni Lázara Suazo Aguilar, una de las madres, de apenas 17 años.
Según el testimonio de varios vecinos recogidos por esta publicación, las madres decidieron tomar el local, abandonado hace dos años, indignadas por la amplia oficina que, justo al lado del taller, le han otorgado como vivienda al jefe de Logística de la Empresa Estatal de Muebles Dujo, mientras todas ellas han reclamado casas y nunca se las han otorgado.
"Yo vivo en una casa con muchas personas en condiciones de hacinamiento y con un tío mío impedido físico que grita de manera constante y altera a mi niño. Aunque he reclamado algún local para salir de donde vivo, nunca me han atendido. Por eso decidí colarme allí, pero enseguida nos sacaron", refirió Yaniela Echegaray, quien tiene un niño de un año y es madre soltera.
Uno de los elementos que llevó a la Policía a actuar de manera más enérgica es que en el taller aún quedan varias máquinas que no han sido retiradas y el local tiene poco tiempo de haber sido desactivado.
Acciones como estas son cada vez más adoptadas por familias cubanas, especialmente por madres necesitadas de una casa propia ante el grave déficit de viviendas que existe en la Isla, especialmente en la capital.
DIARIO DE CUBA ha reportado varios casos similares ocurridos en el último año, como el de las ocho madres con sus 11 hijos que tomaron a mediados de noviembre un local en la calle Villegas, en La Habana Vieja. También dos hermanas con tres hijos ocuparon una carpintería abandonada en la calle Cuba a mediados de diciembre.
¿El batistato con gas pimienta? Jo,