Trabajadores de centros estatales de La Habana, incluido un hospital, denunciaron los altos precios que la administración ha establecido para la alimentación en los comedores laborales, que antes eran subsidiados.
Según las nuevas tarifas, en correspondencia con la llamada "Tarea Ordenamiento", en el Hospital Militar Carlos J. Finlay un almuerzo puede llegar a costar 50 o 60 pesos, dependiendo del menú, "ya que una simple ración de picadillo sale en 35 pesos", expresó el trabajador, que prefirió mantenerse en el anonimato.
"Por una ración de arroz congrí te están cobrando diez pesos. Saca la cuenta. Hay días que solo almuerzo eso porque, si gasto más en un plato fuerte, después lo que cobre no me alcanzará para los gastos de la casa", agregó el trabajador de 63 años de edad, responsable de una madre que acaba de cumplir 81.
Este empleado hace turnos de 24 horas, por lo que con frecuencia necesita desayunar, almorzar y comer en el comedor del hospital.
El Finlay vendió a principios de año a los trabajadores una tarjeta por valor de 600 pesos. El trabajador consultado por DIARIO DE CUBA cobrará en el mes de enero aproximadamente 4.700 pesos, por lo que la tarjeta del almuerzo le habrá costado aproximadamente una octava parte de su salario.
"Cuando la vendieron, ni siquiera sabíamos cuánto íbamos a cobrar. Fue un tómalo o déjalo. Muchos la compramos para que fuera descontada del primer salario del año, y otros simplemente están dejando de almorzar, están pasando hambre", lamentó.
Tras las quejas de los trabajadores, la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, dijo el 14 de enero en el programa Mesa Redonda, de la televisión estatal, que el precio de los comedores obreros sería de 18 pesos diarios como promedio. "¿Qué quiere decir? Que quizá un día nos puede costar 12 pesos, y otro 18 pesos, o 15 pesos. Pero el promedio debe ser 18, de modo que cuando se multiplique 18 por los días trabajados, esté en el entorno de los 432 pesos como gasto por almuerzo", afirmó la dirigente.
La realidad contradice a Bolaños Weiss en el hospital Finlay y lo mismo pasa en el Instituto Nacional de la Reserva Estatal.
"Te cobran 15 pesos por el almuerzo cuando trae huevo, 19 cuando es con picadillo, 27 cuando tiene pollo y 35 si incluye carne de res o de cerdo", dijo un trabajador de ese centro.
"Pero calcula: mi salario es de 2.880 pesos y, multiplicando 24 días de trabajo mensual por 15 pesos, que es el precio mínimo, ya serían 360. Si tienes en cuenta que no siempre hay huevo, verás que en realidad se te va una buena parte del salario", añadió.
"Antes, el almuerzo costaba tres pesos a lo sumo, y el salario rondaba los 500. Con la subida hay mucha gente que ha dejado de almorzar", afirmó el trabajador.
En unidades donde no se vendía almuerzo, el trabajador recibía a final de mes una suma en pesos convertibles equivalente a 60 centavos por día trabajado, algo que también eliminaron las autoridades bajo la justificación de que los salarios, ahora más "altos", supuestamente alcanzarán para costear la alimentación de los trabajadores por vía externa, o sea, en el sector cuentapropista.
Así lo explicaron los jefes a Carlos, abogado de las empresas de la Industria Deportiva.
La subida de salarios, pero también la elevación de los precios minoristas estatales, han producido un incremento de los precios en el sector privado que no siempre es proporcional.
"Salir a almorzar o merendar fuera del centro laboral ya no es una opción. El otro día fui con un colega a merendar a un quiosco cercano y nos cobraron 128 pesos por cuatro pizzetas y dos refrescos de lata. Como estas bebidas no se están produciendo localmente, o al menos no se están vendiendo, tuvimos que pedir Sprite, a 50 pesos cada lata", explicó el abogado.
Además de los precios de la alimentación, otros aspectos del aseguramiento a los trabajadores estatales, como es el caso del transporte, también se han visto afectados.
"Pienso ir a mi trabajo en guagua de la calle, porque lo que me están pidiendo mensualmente por el transporte es impagable, 200 pesos", dijo Pedro, trabajador de una empresa de camiones perteneciente al Ministerio de Transporte
Según declaró, en ese centro de trabajo sí se está respetando el límite de los 18 pesos anunciado por la ministra Bolaños Weiss, "pero porque la mercancía que están usando para cocinar fue comprada en diciembre, con las tarifas anteriores", aclaró Pedro. "Ya nos anunciaron que cuando se acabe tendrán que subir los precios".
"Solo en gastos laborales" se irán mensualmente por lo menos unos 600 pesos, calculó el trabajador.
Pero que pueblo más pendejo ese en vez de levantarse y meterse en la fuerza en los mercados ,si eso pasa aquí en honduras lo destruimos todo y cogemos lo que nos pertenece , a todos no nos pueden meter presos y allí igual miren como viven sus dictadores.
Se le fue la mano: picadillo, huevo, pollo,....y "carne de res"
El gobierno quiere el bien de los cubanos. Saben que si propician que los cubanos de a pie coman menos, estos engordaran menos y no tendran enfermedades como diabetes y otras, tipicas de las modernas sociedades.
Lo que pasa es son unos eternos incomprendidos.....hijos de puta.(con perdon de las putas)
Que les pongan una cinta con un discurso del cenicero en jefe y así "alimentan", si no el estómago, sí el espíritu. ¿No van a la plaza a desfilar o siguen gritando que la calle es de Fidel? Entonces a... lo que dijo Pepe Sancho.
¡Ese es el mejor ejemplo del proletariado firme, decidido, integrado , que con su trabajo y el estómago vacío , apoya -directa o indirectamente- al régimen EXPLOTADOR que los EXPRIME, MALTRATA y HUMILLA a diario! ¡¡A TRABAJAR SIN COMER, ESCLAVOS DE LA MAFIA!!
Este es el mejor logro del experimento fascista en Cuba, producir sin comer. Este experimento se empezó a consolidar con el desayuno de “sopa ‘e gallo” (agua con azúcar prieta) y almuerzo de arroz con col en salsa y mermelada de algo parecido al mango. También los derivados de la soja y la
Moringa combatiente.