Gran parte de Cuba volvió este martes a las aulas en medio de medidas restrictivas que contemplan el cierre de la capital, epicentro de la epidemia del Covid-19 en la Isla, y donde una segunda ola del virus ha amenazado con la propagación nacional.
Con nasobuco obligatorio y recibidos por personal de la salud a la entrada de escuelas, cientos de miles de estudiantes cubanos retomaron las clases del curso anterior para posteriormente reiniciar un nuevo período lectivo, como anunció recientemente la ministra Ena Elsa Velázquez Cobiella.
En total, los recientes rebrotes de coronavirus mantendrán en sus casas a unos 355.000 alumnos de La Habana, pero también de seis localidades de Pinar del Río, Artemisa, Matanzas y Villa Clara, con trasmisión local de la enfermedad.
Las universidades de la capital tampoco reabrirán hasta que la situación sanitaria mejore en la ciudad.
La pandemia ya dejaba el martes 4.065 positivos y 95 muertos. Se han suspendido tradicionales desfiles masivos, celebraciones religiosas y se han cerrado las escuelas, alternativa a la que el Gobierno se resistió al inicio.
El Gobierno cubano, que ha convertido la educación gratuita y universal en una de sus banderas de propaganda, se vio obligado a interrumpir las clases a fines de marzo pasado ante el clamor de los padres y la rápida propagación de casos de Covid-19. Su intención era reiniciarlas un mes después, pero la situación fue complicándose.
En abril la Isla registró el mayor número de casos durante la primera ola de contagios.
En junio el Gobierno declaró controlada la enfermedad y anunció el inicio del plan nacional de reapertura, que incluía el regreso a clases este septiembre, cuando se preveía que el país tuviera ya avanzada la desescalada de la cuarentena, recordó un reporte de EFE.
Sin embargo, rebrotes recientes en la zona occidental han puesto en jaque el retorno a la normalidad, con cifras diarias que superan al pico de abril, sobre todo en La Habana.
Aún así, las autoridades siguieron adelante con la vuelta a las aulas en el resto del país, en la tercera y última fase de desescalada, y desde el martes prácticamente incomunicado con la zona occidental.
Nasobucos y pruebas PCR
El 31 de octubre deberá concluir el curso, mes en el que se realizarán las pruebas de ingreso a la Educación Superior, aplazadas desde mayo.
El periodo 2020-2021 deberá comenzar en noviembre, según el cronograma oficial.
Como la reapertura, el regreso a las aulas en Cuba también será escalonado: los estudiantes de las provincias que sí retoman las clases no comenzarán a la vez, ni permanecerán en los centros al mismo tiempo.
Velázquez Cobiella explicó recientemente que las enseñanzas secundaria, preuniversitaria y politécnica reorganizaron sus calendarios para que los estudiantes asistan en días alternos y así asegurar espacios para las escuelas primarias cercanas que necesiten descongestionar sus aulas.
Tras un recorrido previo por 1.500 centros de todo el país, Velázquez reconoció que en muchos persistían problemas con el suministro de agua y en otros no se habían completado las mejoras programadas durante el paréntesis de seis meses.
Entre las medidas preventivas se incluye el uso obligatorio de mascarilla para alumnos y maestros, la toma de temperatura, la desinfección de manos, la prohibición de entrada con síntomas respiratorios, el cierre a personas ajenas y horarios distintos de recreo y almuerzo.
Las autoridades también dijeron que realizarán pruebas PCR aleatorias para detectar posibles casos asintomáticos.
"Si lo hacemos bien, podemos avanzar en el curso escolar", insistió Miguel Díaz-Canel, en reunión con sus ministros.
Polémica en las redes
A pesar de las medidas anunciadas por el Gobierno y la propaganda en los medios oficiales sobre los preparativos para el regreso a clases, muchos padres cubanos son reacios a enviar a sus hijos a las escuelas, pese a que en la Isla la enseñanza es obligatoria hasta los 14 años. Así lo han manifestado en redes sociales con comentarios en contra del reinicio presencial del curso en favor de las clases televisadas, al menos hasta que la situación se estabilice.
"La dirección del país debe pensar mejor esta decisión. Los últimos días evidencian que la situación se está saliendo de control en el país. Un evento de transmisión en una escuela sería desastroso", pidió un usuario en la sección de comentarios del portal oficial Cubadebate.
Otros internautas impulsan la etiqueta #MisHijosSeQuedanEnCasa en Twitter contra una medida que consideran "apresurada" y "precipitada", aunque es de prever que la gran mayoría de los padres cubanos sí envíen a sus hijos a los colegios.
La Habana
Durante la primera quincena de septiembre La Habana estará bajo las medidas restrictivas más fuertes desde el inicio de la epidemia, incluidos toque de queda nocturno, la limitación de la circulación de personas y coches y la prohibición de entrada y salida de la ciudad.
Como en el resto de los territorios que no comenzarán las clases presenciales, los alumnos habaneros recibirán las materias por la televisión, que programó clases para todos los niveles, incluidas la educación especial y las escuelas de arte.
La única excepción en la capital serán los círculos infantiles, los únicos que no han cerrado totalmente (aunque sí han reducido su matrícula), ni durante lo peor de la pandemia.